El Estudio de Ignacio del Río destapa la obra inédita de Dámaso Ruano

«Es una exposición muy especial porque estas piezas salen por primera vez de su estudio para mostrar la calidad y la frescura del arte de Dámaso, uno de los grandes de nuestra ciudad por lo que es de justicia reivindicar su memoria», explica el galerista Ignacio del Río, comisario de esta muestro junto a la profesora Carmen Cortés. Un total de nueve obras de pequeño a gran formato se exhiben en el espacio expositivo de calle San Lorenzo en el que se puede descubrir los azules de la Málaga que lo acogió, marinera y luminosa, como ese taller del pintor en El Palo en el que encontró la forma de crear su propio paraíso.

De esta forma, los cuadros 'Lunes en Samoa' y 'Hora incierta' muestran esa abstracción con elementos geométricos del artista que, en ocasiones, acaba revelándose reconocibles. «Su arte muchas veces roza la figuración, especialmente cuando lees el título de la obra y te das cuenta de lo que el pintor estaba viendo o pensando», explica Del Río que señala entones al cuadro denominado 'VPO', en el que los colores se acaban transformando en edificios cuando se lee la cartela. Otras veces no hace falta la anotación para ver ese referente real, como la obra 'Sin título' que plasma lo que bien podría ser uno de esos resorts de la Costa del Sol con múltiples balcones en primera línea de ola y última línea del urbanismo.

Esos inéditos de Dámaso Ruano conservan intactos su diálogo con la actualidad, a la vez que exhiben a un artista exquisito y rabiosamente contemporáneo que usa el óleo, las técnicas mixtas, el collage y hasta el espray del arte urbano. «Era un artista que se adelanto a experimentar ya entonces con materiales que hoy son de uso común», asegura el galerista que subraya la «coherencia» de esta exposición, que completa la que ya exhibió este estudio en 2016 sobre el propio autor abstracto al cumplirse dos años de su desaparición.

La familia de Dámaso Ruano se ha volcado con el montaje 'Inédito' que ya estaba programado desde hace tiempo, aunque ha coincidido con la reciente denuncia del hijo del artista, Pablo Ruano, para la obra de su padre tenga hueco en las galerías y colecciones públicas, además de pedir que se restauren los deteriorados murales que el creador dejó en diferentes edificios de Málaga y Mijas. «Es gratificante que un galerista como Ignacio del Río sea capaz de reclamar la obra de Dámaso, a la vez que exhibe en su espacio gente muy actual como Darko», señala el hijo del autor plástico, al que quiere llevar ahora a espacios expositivos de fuera de Málaga. Una idea en la que también cuenta con la complicidad del porpio galerista. «El sitio natural de la obra de Dámaso son los museos, donde se podría visibilizar de forma permanente», cierra el exhibidor.