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Mel y Marshal Dixon llegaron por primera vez a Cómpeta en 2009, a una casa de alquiler. Estaban recién jubilados tras una larga vida trabajando ... en el sector farmacéutico (ella) y en una fábrica (él) en la localidad británica de Whitby, en Yorkshire del Norte. «Aquí hemos encontrado nuestro pequeño paraíso», confesaban al mediodía de ayer sentados al sol en una terraza de la emblemática plaza Almijara de la localidad de la Axarquía. «Aquí casi siempre hace buen tiempo, nada que ver con Inglaterra», expresaron horas antes de que una tormenta de granizo vespertina los llevara durante unas horas a su tierra natal.
Bautizada como la Cornisa de la Costa del Sol, a los pies de la Sierra Almijara, Cómpeta sigue, un año más, arrojando datos que confirman su enorme multiculturalidad. Así, casi la mitad de sus 3.814 vecinos empadronados, concretamente el 46,9%, han nacido fuera de España. En su mayoría, también con casi el 50%, en el Reino Unido. Concretamente, son 884 los británicos empadronados en Cómpeta, según los últimos datos conocidos este martes del padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al 1 de enero de 2022.
Como los Dixon, otros muchos británicos han decidido poner tierra de por medio con respecto a Reino Unido en estos últimos años, especialmente tras los «nefastos» efectos del Brexit. «Es un tiro en los c...», consideró Marshal. «Llevamos cinco años sin viajar a Inglaterra, ahora iremos en febrero, nuestros hijos vienen con los nietos, aquí están encantados, uno se ha comprado una casa de campo cerca de la nuestra», apuntó Mel. El matrimonio decidió mudarse a una zona rural próxima en 2017.
Apenas tres meses llevan en Cómpeta Rick y Lexi, de Leeds. Ambos teletrabajan en el sector audiovisual como productores. «Somos nómadas digitales», confesaron estos británicos de 38 y 41 años. Sin hijos, ambos están planteándose pasar temporadas de, al menos, tres meses seguidos en Cómpeta, «lo máximo que nos permiten por ahora por el tema del Brexit, pero vamos a intentar un permiso de trabajo aquí», apostilló ella, quien reconoció que le gusta «todo de Cómpeta». «La comida, la gente... y, por supuesto, el clima, es fantástico».
Huyendo también del frío ha llegado a Cómpeta la sueca Pía Roding, de 65 años. Lleva apenas cuatro meses instalada en el municipio, «pero ya sé que aquí quiero vivir el resto de mi vida», admitió esta cocinera y periodista. Fueron unos amigos, con casa en Nerja desde hace más de tres décadas, los que la convencieron para que viniera a pasar unas vacaciones el año pasado a la Axarquía. «Y me enamoré de este sitio. Vivo con un perro y dos gatos. Me encanta la gente, el ambiente tranquilo del pueblo, la hospitalidad...», expresó mientras tomaba una cerveza en la céntrica plaza Almijara.
Callejeando por el centro de Cómpeta andaban al mediodía de ayer los irlandeses Robert y Nina, que acaban de comprarse una casa en el pueblo. Tras una vida trabajando como policías, descubrieron la localidad al visitar a unos amigos. «Hemos vivido en el campo de alquiler, pero ahora hemos decidido comprar en el pueblo, es más cómodo y divertido», dijeron.
Por su parte, la primera teniente de Alcalde y edil de Residentes Extranjeros, Rosa Luz Fernández (PMP), destacó la gran implicación de los residentes foráneos en las actividades culturales y sociales que organizan, como la Noche del Vino en el mes de agosto, o a través de asociaciones y grupos musicales, como un coro compuesto por vecinos de diez nacionalidades.
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