La sentencia de los ERE explosiona en el debate entre Moreno y Díaz

La reciente sentencia de los ERE explotó ayer con virulencia en el debate parlamentario donde el presidente, Juanma Moreno, y la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, mantuvieron un encendido choque sobre las repercusiones de este caso de corrupción. Moreno aseguró que la sentencia es «una enmienda a la totalidad a 37 años de gobiernos socialistas» y destacó «la coincidiencia de todos los grupos políticos de la Cámara para pedir su dimisión». El presidente acusó a Susana Díaz de «defender a su partido y a sus dirigentes en este caso en lugar de defender a Andalucía y eso le va a acompañar para siempre en su carrera política».

La líder del PSOE-A, por su parte, le replicó argumentando que «no tiene ninguna autoridad moral para calumniar y difamar a su partido y de estar siempre en el fango y en la mentira», tras admitir el perdón que ha pedido ya a todos los andaluces.

Moreno dijo que «Díaz es presa de la desesperación y está atravesando un mal trago al estar en estado de shock por la sentencia que ha servido para «poner de acuerdo a todas las fuerzas políticas de la Cámara, de ideologías tan dispares, para pedir su dimisión». A su juicio, «la sentencia ha dejado claro que se trataba de una decisión política y no jurídica y es un ejemplo de corrupción institucionalizada, una forma de gobernar en la que los socialistas usaban la administración andaluza como su propia casa para mantenerse en el poder a cualquier precio».

El presidente andaluz anunció que su Ejecutivo va a impulsar todas las medidas que estén a su alcance para recuperar todo el dinero posible que se ha defraudado pese a la dificultad provocada por el anterior Gobierno socialista al decidir retirar la acusación particular en la causa judicial. «Algún día tendrá que explicarlo y aclarar el porqué de esa decisión», afirmó Moreno. A este respecto, Díaz le instó a que le pregunte a los letrados de la Junta por esa decisión y apeló al respeto a la división de poderes y que, por tanto, fue una decisión jurídica en la que no se entrometió su Gobierno, «que sí puso los controles para evitar que esto volviese a ocurrir e impulsó medidas para la recuperación de 86 millones defraudados».

El presidente confesó sentir «bochorno, tristeza y vergüenza por el mayor caso de corrupción de la historia de la democracia, con 680 millones defraudados salidos de los bolsillos de los andaluces, un perjuicio incalculable a la imagen de Andalucía que nos costará mucho recuperar», precisó.

Moreno avanzó que «a partir de ahora hay que limpiar el nombre de Andalucía y vamos a trabajar para ello con el objetivo de evitar que esta historia vuelva a repetirse y construir una nueva Andalucía transparente, honesta y eficaz que se parezca a los andaluces».

Con anterioridad los portavoces de Ciudadanos y PP-A, Sergio Romero y José Antonio Nieto, respectivamente, arremetieron duramente contra el PSOE-A por esta sentencia y dieron alas al presidente para lanzar sus críticas por este caso.

Sergio Romero sostuvo que «hay que limpiar la mancha que siempre acompañará a Susana Díaz y borrar la vergüenza de todos los andaluces por este caso del PSOE y evitar que la foto de Chaves y Griñán en el banquillo de los acusados vuelva a repetirse», mostrando en varias ocasiones esta instantánea en su intervención.

El popular José Antonio Nieto, por su parte, también criticó el grave daño causado por este caso a la marca Andalucía y pidió al PSOE-A abrir un «nuevo tiempo» en el que debe convertirse en una oposición «limpia y sin sombra que pemita mejorar la marca Andalucía».

Por otra parte, la violencia de género volvió a colocarse en el epicentro del debate con las críticas de la portavoz adjunta de Adelante, Ángela Aguilera, que acusó al Gobierno de PP-A y Cs de ser «rehén» de la ultraderecha de Vox, que impone sus políticas y medidas como el disparatado «pin parental o el uso del término violencia intrafamiliar». Moreno censuró a Adelante Andalucía por «utilizar» a las víctimas para «sacar rédito político» y pidió unidad de todos en un asunto que está por encima de las ideologías.