La dilatada trayectoria política de Amparo Rubiales ha acabado de la peor manera posible. La dirigente histórica del socialismo andaluz, de 77 años, a las que muchas mujeres socialistas consideran un referente, ha dimitido forzada por la dirección del PSOE de Sevilla, agrupación de la ... que era presidenta, forzada por su propio partido. Rubiales había insultado gravemente al coordinador nacional del PP, Elías Bendodo, a quien dirigió descalificaciones antisemitas en Twitter. Lo llamó «judío nazi».
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La ya ex dirigente socialista escribió su mensaje en la red social el pasado sábado en respuesta a una información que involucraba a Bendodo con críticas a Pedro Sánchez, pero hasta este miércoles el insulto no tuvo gran repercusión pública. Después de que desde el PP se denunciaran los insultos, la dirección su partido comunicó que consideraba «absolutamente rechazables» esas declaraciones y le pidió que se rectificara. Rubiales no atendió a la petición.
Por el contrario, ensayó un simulacro de disculpa con el que repitió el insulto contra el dirigente malagueño. En lugar de retirar el tuit original, admitió que no debe usarse la religión, el origen, o la etnia de alguien para la crítica política, pero volvió a llamar nazi a Elías Bendodo.
Previamente fue publicando otros mensajes en los que negaba ser antisemita, elogiaba a La Lista de Schindler como una gran película y a su «grandísimo director judío», afirmaba que no tenía de qué disculparse, sostenía que no tiene nada contra los judíos y aseguraba tener amigos de esa religión. El tuit original no fue modificado ni retirado.
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En la madrugada del viernes, alrededor de la una, escribió otro tuit con el mensaje «Jamás debe usarse la religión, origen o etnia de alguien para la crítica política aunque, como en mi caso, la intención fuese señalar una grave incoherencia. Mis disculpas y corrijo: Bendodo es un nazi».
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Esa respuesta no conformó a la dirección provincial socialista, que horas después comunicó que la experimentada dirigente había trasladado su renuncia al cargo para zanjar la polémica creada y después de que el PSOE de Sevilla le pidiera una rectificación. Rubiales, que fue parlamentaria andaluza, diputada, senadora y consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía, ocupaba desde diciembre de 2021 la presidencia del PSOE de Sevilla, un cargo que en el organigrama de esa formación tiene más carácter honorífico y de representación que ejecutivo.
Al tiempo que se conocía la dimisión de Rubiales, el Partido Popular anunciaba la presentación en un juzgado de instrucción de Sevilla de una querella contra la ex dirigente socialista por un supuesto delito de odio. En una nota, el PP lamentó que en España «algunas personas utilicen las creencias religiosas como un insulto personal cruzando así todas las líneas rojas permitidas». El PP reclamará que se tomen las medidas oportunas «ante una actuación que no se puede consentir ni tolerar en una sociedad como la española que ha luchado para desterrar este tipo de ataques».
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El presidente nacional de esa formación, Alberto Núñez Feijóo, dijo que la mayoría de militantes socialistas no comparten la actitud de Amparo Rubiales y reclama que el PSOE tome medidas contra la dirigente socialista que, situación que ya se ha producido.
El tuit que desató la polémica no ha sido retirado.
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