Borrar
Fernando Almansa: «A los Presidentes se los deja mucho más en paz que a la Familia Real»

Los hombres del Rey (I)

Fernando Almansa: «A los Presidentes se los deja mucho más en paz que a la Familia Real»

Su primera entrevista a un medio de comunicación

Fotografía: Antón Goiri.

Fernando Almansa fue jefe de la Casa del Rey desde 1993 a 2002. En ese tiempo se encargó de renovar la Casa y de preparar al príncipe Felipe como heredero. Con motivo de los diez años de la proclamación ante las Cortes de Felipe VI como monarca concede su primera entrevista a un medio de comunicación. Nos recibe en su casa.

Viernes, 26 de Abril 2024

Tiempo de lectura: 1 min

El diplomático Fernando Almansa, vizconde del castillo de Almansa, fue jefe de la Casa del Rey desde 1993 hasta 2002. Casi diez años, «la tarea más difícil» de su vida. Además de la envergadura de su puesto, durante su mandato falleció su mujer y se quedó viudo con tres hijos pequeños. «Llegué joven, con 44 años, y me quise ir joven», asegura convencido sobre la necesidad del relevo. Bajo su dirección, la Casa se 'rejuveneció' y entró a trabajar la primera mujer en un puesto relevante, Asunción Valdés. Almansa acepta la primera entrevista que otorga a un medio de comunicación porque quiere ser constructivo con la figura del Rey Felipe. De su padre, don Juan Carlos, apenas se pronuncia, aunque «no tengo más que buenas cosas que decir». «Los que hemos servido a la Casa creemos que la institución funciona y que merece la pena», afirma tajante.

XLSemanal. ¿Por qué aceptó el puesto? Solo tenía 44 años. A los pocos meses de su llegada, además, falleció don Juan.

Fernando Almansa. Entré muy joven, con un mandato de renovar la Casa, de introducir personal civil porque gran parte de los servidores eran militares.

XL. ¿Qué más había que modernizar?

F.A. El príncipe Felipe acababa de terminar sus estudios en la Universidad Autónoma y había que hacerle frente a su formación posuniversitaria y a su preparación como heredero. Eso me llevó a formar una pequeña estructura que fuera dependiente de él bajo mi autoridad.

alternative text
La coronación. Felipe VI durante su proclamación como Rey ante las Cortes Generales el 19 de junio de 2014 en Madrid, acompañado por la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Juan Carlos I había anunciado su abdicación pocos días antes, el 2 de junio, tras 39 años de reinado.

XL. Y fue a la Universidad de Georgetown a cursar un máster de relaciones internacionales. ¿Se fue solo?

F.A. No. Busqué un diplomático de carrera para que lo acompañara. Al margen de su asistencia a la universidad entró en contacto con el Fondo Monetario Internacional o la propia Presidencia de los Estados Unidos. Conoció a personalidades importantes y todo ello enriqueció mucho su formación.

XL. ¿Mostraba una vocación de príncipe heredero?

F.A. Él siempre tuvo esa vocación y yo percibo que ahora tiene una gran vocación de ser rey, de estar donde está. Esto es muy importante porque puede ocurrir que no sea así.

XL. Cuando usted llegó, el príncipe tenía 25 años.

F.A. Siempre me sorprendía cómo preparaba los temas. Recuerdo acompañarlo al entierro de Miguel Ángel Blanco. Había estado hasta altas horas de la madrugada leyendo y escuchando las noticias. Cuando se estaba despidiendo al féretro en Ermua, tomó la palabra y dijo algo extraordinariamente bien dicho. Fue muy emocionante porque esas palabras no estaban preparadas. Las tenía dentro. Ese es el rey que tenemos hoy.

XL. Es cierto el tópico de que es el rey mejor preparado de la historia de España.

F.A. Sí. Es un tópico, pero es así. Es una persona tranquila, serena, tenaz. A su vez muy disciplinado, y eso me facilitó mucho mi trabajo. Se implicó mucho en las tareas de la Casa.

«Felipe VI tiene una gran vocación de ser rey, de estar donde está. Esto es muy importante porque puede ocurrir que no sea así»

XL. ¿Qué tareas?

F.A. Organizábamos unas reuniones semanales con toda la familia. Los reyes, él y las infantas. Se interesaba y participaba. Yo creo que ha habido una continuidad extraordinaria en lo que fue don Juan Carlos y lo que hoy es el Rey Felipe.

XL. ¿Cómo contribuyó usted a esa continuidad?

F.A. Nueve años son bastantes. Muchas horas. Gran parte del equipo que heredó don Felipe fue introducido por mí. La primera mujer que tuvo un puesto relevante fue Asunción Valdés y entró conmigo. Fue una tarea difícil, había muchos servidores que había que renovar y reemplazar. E hice algo que fue importante, sin ser arrogante, que es irme antes de cumplir los diez años, precisamente porque entendía que la renovación y el cambio eran buenos.

XL. Ahora, el jefe de la Casa tiene menos trabajo. El número de los miembros de la familia real se ha reducido.

F.A. La familia real tenía que acotarse; no por la imagen, sino porque no hay tanto país para una familia tan grande. Una cosa es la familia del Rey y otra, la familia real.

XL. ¿Qué opina de cómo trasladamos la imagen de los Reyes informativamente?

F.A. El control sobre ellos es muy grande y el interés de la llamada 'prensa del corazón', que debe existir y cumple un papel, hace que estén muy expuestos. A los ministros o presidentes se les deja mucho más en paz que a la familia real. Pero es verdad que eso también contribuye a su popularidad.

La sucesión de los Borbones. Don Juan Carlos y doña Sofía con las infantas Elena y Cristina y el príncipe Felipe en Palma de Mallorca en 1994. Abajo: don Felipe durante sus estudios en Georgetown entre 1993 y 1995. A la derecha: la Princesa Leonor en la recepción en palacio posterior al desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre de 2023. / | Getty images / D.R.
[ALTERNATIVE TEXT]
[ALTERNATIVE TEXT]
[ALTERNATIVE TEXT]

XL. El emérito don Juan Carlos ha protagonizado documentales, biografías; una última, en camino. ¿El Rey Felipe no debería dar una entrevista?

F.A. Yo creo que no. Don Juan Carlos es distinto porque ya no está en el trono. Pero no creo que el Rey deba hablar o escribir nada. Sus notarios somos los demás. Los que los hemos servido, los políticos que estuvieron con ellos.

XL. La educación del Rey Felipe ha sido muy distinta de la de su padre.

F.A. Como la mía de la de mi padre. España ha cambiado muchísimo. Con 18 años mi padre estaba en el frente, en una trinchera, en lugar de estar en la universidad. Don Felipe tiene otra formación y otra forma de ser y se preocupó mucho de ir conectando con las nuevas generaciones, más allá de la generación de su padre. Don Juan Carlos tuvo muchísimas complicidades políticas y personales con quienes promovieron la democracia junto con él. Incluso con Santiago Carrillo.

«Los veranos en Palma eran una locura. La familia real en bermudas. Yo me preguntaba por qué no veraneaban en un sitio aislado como Balmoral»

XL. Como todos los jefes de la Casa ha tenido muchos sinsabores, disgustos. Aparte de manejar las amistades poco convenientes del rey, tuvo que gestionar la crisis de Iñaki Urdangarin.

F.A. Hoy, el caso Urdangarin me quitaría más el sueño. Tuve que viajar a Denver yo solo, en vísperas de Nochebuena, a hablar con ellos (la infanta y Urdangarin) y hacerles ver la gravedad del asunto. Fue muy duro. Intenté que entendieran que se estaba produciendo un grave daño reputacional a la institución. Le tengo un gran cariño y afecto a la infanta Cristina.

XL. También tuvo que gestionar el anuncio del Rey de su ruptura con Eva Sannum. ¿Usted apoyó que rompiera su noviazgo, como se dijo?

F.A. Fue un tema complicado de manejar con los medios. Daban por sentado el compromiso. Unos meses antes se fue enfriando la relación y él fue preparando la ruptura. Me acusaron de haber sido el responsable y de que ese fuera el motivo de mi marcha. ¿Cómo desmontas eso?

XL. ¿Cómo llevaba la presión de los medios?

F.A. Fue uno de los temas más difíciles que viví porque no era fácil de controlar. Me refiero a los veraneos en Palma. Yo me preguntaba que por qué no veraneaban en un sitio aislado como Balmoral [risas]. Tenía tres jóvenes solteros rodeados de escoltas, también jóvenes, cachas, y todos en la noche de Palma. Al día siguiente, el rey estaba regateando y después saliendo a cenar. Eso era la locura. Para mí, lo peor, lo más difícil. La familia real en bermudas. Y Peñafiel, Rodríguez-Sieiro y demás cronistas instalados en Palma hasta que se iban el 20 de agosto a Marbella a cubrir la otra crónica social.

«Cuando incorporaba personal a la Casa, yo no les preguntaba si eran monárquicos o republicanos. Y seguro que los había que entraban como monárquicos y salían como republicanos. ¡Nunca sabes!»

XL. Por lo menos no tenía que lidiar con las redes sociales.

F.A. En mi época era más fácil porque había grupos de comunicación muy serios y hoy en día los medios no son de nadie, no tienen un dueño visible. El capital de los medios ahora está fragmentado, muy sovietizado, no sabes quién manda. Tuve esa ventaja.

XL. ¿Ha sido el puesto más difícil de su carrera?

F.A. El más difícil. Eres la persona más próxima al Rey, él era mi único jefe, despachaba directamente con él; era su instrumento para manejar su Casa. Te ocupas de la familia, de la relación del Rey con el presidente del Gobierno, con las Cortes, los políticos, los parlamentarios, los medios, la agenda, los viajes; guardias civiles, policías, seguridad… Y la última palabra es la del Rey. Si me lo ofrecieran ahora, diría que no, que lo hiciera alguien con más energía [risas].

XL. Además, tenía que ocuparse de sus hijos. Se quedó viudo a los tres años de entrar en la Casa.

F.A. Fue durísimo. Tenía tres niños pequeños. El otro día les pregunté si notaron desatención por mi parte durante los años en la Casa y me dijeron que no, que yo siempre estaba allí, tarde, pero estaba. No fueron años fáciles. Un año y medio de enfermedad de mi mujer.

XL. ¿Cómo reaccionó el rey Juan Carlos?

F.A. Con una humanidad extraordinaria. Hasta tal punto que en algún viaje oficial yo no quería que viniese mi mujer por temor a que se pusiera peor, pero el rey insistía en que nos acompañase. Es un hombre de mucho corazón. No le fue fácil llegar hasta donde llegó y estar allí. Recuerdo que me decía: «Cuando yo no era nadie…». El exilio es una escuela.

«El rey Juan Carlos era un general frustrado. Hubiera sido un gran general, sabía manejar a los soldados»

XL. ¿La Casa ha tenido buenos jefes?

F.A. Sí. Y yo me pongo entre paréntesis. Ha tenido muy buenos servidores. Y para nada politizados. Cuando incorporaba personal a la Casa, yo no les preguntaba si eran monárquicos o republicanos. Y seguro que los había que entraban como monárquicos y salían como republicanos. ¡Nunca sabes! [Risas].

XL. ¿En qué cree que el Rey Felipe se parece a su padre?

F.A. En que es Rey. Y es tan Rey como su padre. 

XL. ¿Cómo definiría al Rey Felipe?

F.A. Es una persona reflexiva, prudente, de buen temple, buen carácter y muy atento a su trabajo y a su oficio. Dedica mucho tiempo a hacer las cosas como debe hacerlas.

XL. ¿Y don Juan Carlos?

F.A. Yo creo que era un general frustrado. Hubiera sido un gran general, muy querido por su tropa. Era algo cuartelero por su simpatía, pero sabía manejar muy bien a los soldados, al Ejército. Es disciplinadísimo, ordenadísimo, aunque no lo parezca. Muy madrugador y puntual. Y tiene una gran empatía que creo que viene del exilio. Esa experiencia forma y le dio unas mayores posibilidades de entender al ser humano. Viene de una posición muy frágil. Si yo sobreviviera a don Juan Carlos, tendré algo que decir. Pero ahora del que hay que hablar es de don Felipe.

XL. ¿Cree que nuestro país daría para una serie como The Crown?

F.A. A mí no me gustó nada, salvo los primeros capítulos, y me da la impresión de que a la Casa le envolvieron en una trampa. Por otro lado, me parecen un fracaso los reportajes que se han hecho del rey Juan Carlos. Los ingleses lo hacen mejor.

MÁS DE XLSEMANAL