El nuevo gran transmisor de virus Ya mata a 700.000 personas cada año Alarma ante la amenaza de los mosquitos, el animal más letal de la Tierra
Mata a 700.000 personas al año y, gracias al cambio climático, conquista nuevos territorios. Europa y Estados Unidos han lanzado alertas. Si los epidemiólogos tenían al murciélago en el punto de mira como transmisor de virus, los mosquitos son el nuevo enemigo al que batir.
Hay un animal que se está aprovechando como ningún otro del cambio climático. Y es una mala noticia porque se trata de la criatura más letal que existe sobre la faz de la Tierra. Es el mosquito, que mata anualmente a unas 700.000 personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las regiones tropicales y subtropicales donde es endémico. Ahora se está beneficiando del cóctel de altas temperaturas y eventos meteorológicos extremos, como tormentas e inundaciones, para colonizar también las zonas templadas.
Europa y Estados Unidos han lanzado sendas alertas. «En los últimos años estamos observando una propagación geográfica de especies invasoras de mosquitos hacia áreas previamente no afectadas en la Unión Europea –advierte Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC)–.
Si esto continúa, podemos esperar ver más casos y, posiblemente, muertes por enfermedades como los virus del dengue, chikungunya, zika y la fiebre del Nilo». Los CDC (siglas en inglés de Centros de Control de Enfermedades) de Estados Unidos también han emitido una alerta sobre casos de malaria adquirida localmente en aquel país.
Un mosquito es lo más parecido a un misil en miniatura que existe en la naturaleza. Tiene una visión prodigiosa. Es capaz de detectar su objetivo a 15 metros de distancia, sobre todo si se visten ropas de colores llamativos. Pero cuando está cerca le basta con el calor corporal de su víctima y el dióxido de carbono que exhala al respirar para orientarse irremediablemente hacia ella. También es un gourmet.
Le atrae el olor: una mezcla de sudor, ácido láctico y sustancias volátiles en la piel, como ciertas colonias almizcladas; así como el nivel de hormonas (las embarazadas son un blanco prioritario) o si se ha bebido alcohol… En general, ataca a unas personas e indulta a otras basándose en su caprichoso olfato.
Solo pican las hembras, gracias a una trompa o probóscide tan eficaz como una aguja hipodérmica, porque necesitan proteína de calidad (sangre humana o de cualquier otro animal) para que sus huevos se desarrollen. Son glotonas: pueden beberse de una sentada el equivalente a su peso corporal. No es de extrañar que luego queden aletargadas para hacer la pesada digestión.
Incluso el autóctono mosquito común puede transmitir encefalitis, entre otras dolencias. En 2020 ya hubo un brote en Sevilla, con ocho fallecidos
Cuando no están en fase reproductiva, se alimentan de néctar y savia. Su saliva contiene un anestésico y un anticoagulante, que son los que causan la reacción alérgica que produce la comezón. Pero lo peor de estas bombas volantes es que algunas pueden contener una carga bacteriológica. Frecuentemente, un arbovirus: diversos virus aerotransportados por insectos que causan fiebres hemorrágicas y otras enfermedades.
Ha resistido varias extinciones masivas
El mosquito es un superviviente nato. Lleva 45 millones de años en la Tierra. Ha resistido varias extinciones masivas, incluida la glaciación que acabó con los dinosaurios. La mayoría de las 3500 especies que existen son inofensivas. Pero hay una docena que causa estragos… El mosquito tigre (Aedes albopictus), procedente del sudeste asiático, está incluido en la lista de especies invasoras más dañinas. Sus parientes de Japón y Corea no le andan a la zaga.
Y el mosquito egipcio, transmisor de la fiebre amarilla, ya ha saltado a Europa. También han llegado dos linajes del virus del Nilo Occidental, uno por Andalucía y el otro por Cataluña, que ahora también es capaz de transmitir el autóctono mosquito común (Culex pipiens). Este virus provoca encefalitis. Se produjo un brote en la provincia de Sevilla en 2020, con 77 afectados y ocho fallecidos, aunque la alarma que se generó quedó mitigada por un problema entonces mayor: estábamos en plena pandemia del coronavirus.
«El mosquito está aprovechando el calentamiento del planeta para globalizarse y llegar a latitudes donde antes no llegaba. En otros tiempos circulaba lentamente en los barcos del comercio de esclavos, maderas... Ahora todo es más rápido, tanto las rutas del comercio como las del turismo. Puede dar el salto entre continentes en un buque mercante, escondido en un cargamento de neumáticos de segunda mano o en un avión. Y luego moverse cientos de kilómetros en cualquier coche donde se haya colado por las ventanillas bajadas –explica Nacho de Blas, epidemiólogo y profesor de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza–.
Para medrar solo necesita calor, que estimula su metabolismo, y un dedo de agua estancada. Las sequías no le afectan porque a la hembra le basta el agua de un plato bajo una maceta o un simple charco en un jardín para poner hasta 200 huevos», añade. Los inviernos, cada vez más cálidos, ya no interrumpen su ciclo. Las larvas apenas tardan una semana en convertirse en adultos. Además, cuando las temperaturas aumentan, las personas tienden a pasar más tiempo al aire libre, sobre todo por la mañana y a última hora de la tarde, que son los momentos ideales para la actividad del mosquito.
Europa es el continente que se está calentando más rápido. Esto crea condiciones más favorables para especies invasoras. El mosquito tigre, que en España se detectó por primera vez hace veinte años, ya está presente en 13 países europeos. El año pasado se reportaron 1133 casos y 92 muertes por infección del virus del Nilo Occidental en la Unión Europea. Y también 71 casos de dengue adquiridos localmente (6 de ellos en España).
Conocida como 'la fiebre de los huesos rotos', el dengue causa fiebre, vómitos, diarrea, fatiga, hemorragias internas… No existe un medicamento eficaz para esta enfermedad viral. Los expertos piden que se extreme la vigilancia para evitar que se propague la epidemia que está asolando Perú, con más de 200.000 casos y 357 muertes confirmadas. Una buena manera de colaborar en detectar posibles focos es el proyecto Mosquito Alert. Cualquier ciudadano puede tomar una fotografía de un presunto mosquito invasor y enviarla a través de una aplicación a un equipo de expertos, que la examinarán y, en caso positivo, notificarán el avistamiento al CDC europeo.
También preocupa la malaria, causada por la picadura del mosquito del género Anopheles. Es endémica en Asia, América Central y del Sur y África subsahariana, donde mata anualmente a 350.000 personas, sobre todo niños. Y lo fue en España hasta los años sesenta. Hoy se considera erradicada en nuestro país, aunque cada año se producen decenas de casos, de momento importados.
Las mosquiteras y otras medidas de prevención
Los mosquitos no son los únicos insectos cuya picadura puede transmitir graves enfermedades infecciosas. El auge de los flebotomos (o moscas de la arena, más oscuras y pequeñas que los mosquitos) está causando un incremento de los casos de leishmania en perros, pero también en humanos. «Se trata de un problema emergente en Europa. En España hemos tenido un brote que se ha prolongado más de una década y cuyo epicentro fue un parque de Fuenlabrada (Madrid) donde había muchas liebres y conejos. Los flebotomos no necesitan humedad, sino todo lo contrario, un ambiente seco. Y acostumbran a poner sus huevos en las madrigueras de los conejos. También se están viendo más casos de picaduras de garrapatas, que pueden contagiar el virus de Crimea-Congo», advierte De Blas.
Es lo más parecido a un misil en miniatura que existe en la naturaleza. Tiene una visión prodigiosa y su trompa es tan eficaz como una aguja hipodérmica
¿Qué medidas de protección se pueden tomar? Algunas son de sentido común, como evitar el agua estancada en canaletas, bebederos, piscinas infantiles… Usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, sobre todo durante las horas en que los mosquitos son más activos, y aplicar un repelente a la piel expuesta. Los expertos sugieren el aceite de eucalipto como un buen sustituto de los insecticidas químicos. Y señalan que la citronela puede proteger, aunque se necesita más cantidad que la que contiene una pulsera o una vela. Colocar mosquiteras en puertas y ventanas ya es habitual. Pero en el futuro todo apunta a que también necesitaremos mosquiteras en la cama en muchas regiones donde nunca hicieron falta.
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