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Fotografiada por un capitán francés La Primera Guerra Mundial como nunca la viste

A casi un siglo del inicio de la contienda sale a la luz un archivo fotográfico único, realizado en 3D por un capitán francés desconocido. Tomadas entre 1916 y 1935, las imágenes muestran la guerra y la posguerra desde el frente y han sido rescatadas tras una larga pesquisa que empieza en Tánger y termina en Logroño.

Viernes, 13 de Octubre 2023

Tiempo de lectura: 3 min

Tánger 2003. El fotoperiodista Pablo San Juan halla en un mercado unas cajitas de madera, de 15 por 20 centímetros, con 50 placas de vidrio con imágenes dentro. Son negativos obtenidos con una cámara estereoscópica Verascope que muestran antiguas escenas bélicas. Decide llamar a su amigo Jesús Rocandio, fotógrafo y responsable de la Casa de la Imagen de Logroño (CDI), especializada en la conservación de material fotográfico. «Cómpralo todo», le dice Rocandio al escucharlo y, al ver ante sí el material, descubre que tienen un tesoro: la Primera Guerra Mundial en 3D, mostrada desde el frente, con gran calidad, en 500 tomas fechadas, localizadas y, muchas veces, comentadas.

El nombre del autor brilla por su ausencia. «Nunca firmó sus fotos ni se autoseñala –cuenta Carlos Traspaderne, responsable del Archivo Histórico de la CDI–, pero hemos detectado quién es en las fotos al observar que es el único retratado que aparece en varias imágenes a lo largo de los años y, muchas veces, en tomas repetidas, en posiciones distintas por ser quien cambiaba la placa para la siguiente toma. Pudimos deducir, por su uniforme, que era un capitán francés. Y de artillería, por sus comentarios tan minuciosos sobre el calibre de los cañones, o del servicio de Logística, porque hay mucho movimiento geográfico. Están siempre en las carreteras; casi siempre hay un camión al fondo... Por eso, él se mueve por todo el frente francés y belga y tiene tan documentada la guerra»

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Los descubridores. Jesús Rocandio (izquierda), director de la Casa de la Imagen de Logroño, con Carlos Traspaderne, responsable del Archivo Histórico. En la mesa: las placas y cajas originales del autor desconocido y una cámara y visor estereoscópicos de la época.

Ricondo y Traspaderne se inclinan por pensar que, pese a la gran calidad de su trabajo, el autor de este potente archivo era un aficionado, pero con muy buen ojo. «Y muy modesto –remarca Traspaderne–. No se da ninguna importancia. Aunque salga en varias fotos, está siempre ausente. Creemos que se enfrentó a la guerra como a un fenómeno natural.

De aquella contienda tenemos una visión hecha con fotos sueltas, pero no la visión de alguien metido en esa historia, como ocurrió con Robert Capa en la Segunda Guerra Mundial. Este archivo es el único de la contienda del 14 que podríamos considerar de autor. Realmente el único. No hay nada igual sobre la Primera Guerra Mundial».


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