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Isaac Asenjo
Madrid
Jueves, 1 de diciembre 2022, 00:10
A juzgar por el precio, los móviles bien podrían ser considerados un artículo de lujo. Entre los topes de gama no hay ni uno que no supere los 1.000 euros. Y subiendo: según el comparador Idéalo, el coste medio de los teléfonos ha aumentado ... un 17,1% en los últimos dos años, y la consultora GfK cifra en un 15% la subida del precio de los terminales en 2021. «Nada más sacarlo de la caja, el 'smartphone' pierde hasta un 30% de su valor, y tampoco es que se le saque un enorme rendimiento, ya que una vez que lo 'jubilamos' la mayoría de estos aparatos acaban olvidados en un cajón», explica Pablo Blanco, director general de Rentik, uno de los servicio en España que ofrece el 'renting' de móviles, una tendencia al alza.
El teléfono se ha convertido en una extensión de nosotros y lo necesitamos para casi todo. No es difícil encontrar uno que se adapte a nuestras necesidades porque la variedad es casi infinita. Lo que sucede es que a veces nos apetece tener el último modelo, el que mejores fotografías haga o el que tenga la batería más duradera. Pero, ¿hace falta comprarlo? Porque el alquiler está en auge: coches, electrodomésticos, ropa... y también dispositivos tecnológicos. Alquilar un teléfono en vez de comprarlo se antoja una opción atractiva para quien no quiera o no pueda gastarse un dineral en ellos. Está especialmente de moda entre los más jóvenes, que se resisten al concepto de 'propiedad'.
«La juventud de hoy en día ha crecido en este contexto y, como tal, es más pragmática y valora más la oportunidad de utilizar algo cuando realmente lo necesita y en el momento en que lo necesita, con una visión más a corto plazo y no tanto a largo plazo, como para invertir. No tienen liquidez ni capacidad de ahorro, así que son los que más optan por el alquiler, ya sea en el caso de una vivienda, una moto o, en este caso, un teléfono», señala Carolina Vázquez Morocho, psicóloga sanitaria y consultora académica en Deusto Salud.
En esta forma de 'democratizar la tecnología', «la persona pasa de comprar el móvil que puede permitirse a tener el que desea, aunque no sea suyo», afirma Blanco. Un estudio cuantifica en un 40% el porcentaje de personas que se plantearía pasarse a ese modelo.
Tal y como sucede con el 'renting' de vehículos, el alquiler de móviles viene con un seguro con una alta cobertura que incluye robos, accidentes por caída de líquidos o rotura de pantalla. Unas averías cuya cuantía oscila entre los 50 y los 100 euros. Sin embargo, cuando hablamos de teléfonos 'premium', reparar una pantalla puede ascender a 200 o 300 euros, lo que equivale a un 15% o 20% del precio del terminal. En el caso de que se estropee el dispositivo de alquiler, el cliente recibe uno nuevo.
Aunque cuidado, que el 'renting' de móviles tiene también sus riesgos y puedes llegar a pagar más por alquilarlo que comprarlo. Vamos a poner algunos ejemplos: un Samsung Galaxy Z Fold4 con almacenamiento de 256 GB se puede alquilar por 76 euros mensuales firmando un contrato de 24 meses, lo que suma 1.824 euros en total, mientras que ese mismo modelo cuesta si lo compras 1.799 euros. En el caso del iPhone 14 (el de 128 GB) nos lo encontramos en modo 'renting' por 49,9 euros al mes si se alquilar durante 2 años, con lo que acabará pagando 1.197 euros, cuando el móvil vale en tienda 1.009 euros.
«De forma inconsciente, desde el punto de vista de la psicología, nos termina resultado más atractiva la opción mensual al ver un precio menor que la cantidad total, aunque sepamos que al final valdrá casi lo mismo», apunta Morocho. Por supuesto, en este mercado también se comercializan terminales de gama media que son a la vez potentes y económicos. Por ejemplo, se puede conseguir un Samsung Galaxy A13 por 12 euros al mes, el Xiaomi Poco M4 Pro 5G por 21 euros o el iPhone SE por 30.
Lo recomendable, en caso de optar por esta opción, es comparar distintos precios en varias empresas que ofrezcan el mismo servicio. Entre ellas, además de Rentik, destacan Simplr, Tecfys o Grover. Algunas obligan al usuario a mantener el móvil durante un tiempo determinado, normalmente contratos de un año y otras de dos o incluso algo más. «Lo habitual es que el contrato dure 24 meses, lo que garantiza que el cliente estrenará móvil cada dos años», señala Blanco. Otras compañías, entre las que destacan las operadoras como Movistar, O2 o Yoigo, cuentan con sus propios servicios de suscripción para sus clientes.
El proceso de contratación es sencillo, se realiza de forma 'online' a través de una página web y el terminal es libre, por lo que no está vinculado a compañía alguna. «Si el usuario quiere cambiar el móvil antes del tiempo establecido, puede hacerlo y se adapta la cuota en función del terminal elegido y dependiendo del momento del contrato en el que se encuentre. Se suele establecer una pequeña compensación por esta interrupción de contrato, que será de menor cuantía a medida que quede menos tiempo para la finalización del contrato», explica Blanco.
Una vez finalizado el contrato, el móvil usado se pone a punto y se distribuye en el mercado de reacondicionados para darles una segunda vida, como indica la normativa de la Unión Europea.
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