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El vapeo no parece ser tan inocente como se presentaba. Los profesionales sanitarios vienen advirtiéndolo desde que comenzó a ponerse de moda, hace ya más de diez años, y ahora nuevas evidencias científicas aportan datos adicionales sobre lo pernicioso que resulta. Un trabajo del Instituto ... para la Investigación en Salud de Lawson, uno de los más prestigiosos de Canadá, concluye que esta actividad puede dañar lo que se conoce como el surfactante pulmonar, una sustancia presente en los pulmones que es determinante para facilitar la función respiratoria. Su falta puede dificultar, incluso llegar a imposibilitar, la respiración.
Los autores del trabajo, que se publica en la reconocida revista 'Plos One' admiten que falta aún evidencia científica que confirme definitivamente este hallazgo, pero eso no quita en absoluto validez a la publicación. ¿Por qué?Porque, aún estando revisado por pares, es decir, por otro equipo de investigación que siguiendo el mismo procedimiento ha llegado a las mismas conclusiones, la ciencia requiere años de seguimiento para considerar una evidencia como concluyente. El método científico es así.
Sin embargo, prácticamente todos los trabajos realizados desde que el cigarrillo electrónico se introdujo en el mercado apuntan en la misma dirección: vapear también perjudica seriamente la salud, como recuerda el especialista Joseba Zabala, del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), que aglutina a las principales asociaciones profesionales médicas y de pacientes de España. Algunos estudios, los menos, prefieren centrarse en las ventajas de este tipo de dispositivos como una ayuda válida para dejar de fumar. La mayoría de ellos están financiados por la industria tabaquera, «que es la más interesada en la expansión del vapeo. Han encontrado en él, según explica Zabala, todo un filón. Más del 80% de los nuevos fumadores, especialmente los adolescentes, comienzan a fumar a través de los cigarrillos electrónicos. Lo que consideran un juego inocuo acaba convirtiéndose en una adicción.
El surfactante es un elemento crítico en la compleja maquinaria que facilita la respiración de los seres humanos. Con ese nombre tan aparentemente veraniego se conoce a una capa de lípidos y proteínas que recubre los pulmones y que permite que las personas puedan respirar con un esfuerzo mínimo. Sin él, la respiración solo sería posible mediante ventilación mecánica.
El grupo del Instituto Lawson que ha elaborado el trabajo, que ha contado con la participación de la Escuela de Medicina y Odontología Schulich de la Universidad Western, está especializado precisamente en el estudio del surfactante. «Nos dimos cuenta de que lo primero con que entra en contacto el aerosol del vapor al entrar en los pulmones es con esta capa de lípidos y proteínas», explica el científico Ruud Veldhuizen, que firma la investigación.
El equipo examinó diferentes dispositivos de vapeo y también sabores, aditivos, incluso nicotina, para determinar los efectos que cada uno de ellos tenía sobre el surfactante. Lo que vieron es que los líquidos que se utilizan en los cigarrillos electrónicos «no tienen peores efectos que la nicotina, pero sí algunos saborizantes que se emplean, como el mentolado».
El grupo sospecha que es este daño el que explica por qué las personas que vapean tienen una mayor susceptibilidad a desarrollar lesiones pulmonares, especialmente las que se han visto afectadas por virus respiratorios como el covid. «Nuestra obligación es difundir esta información. La gente tiene que saber que vapear puede ser dañino para los pulmones», afirma Veldhuizen.
Uno de los posibles causantes de ese daño pulmonar es, según detalla Joseba Zabala, el propilenglicol, un aditivo autorizado por las autoridades sanitarias para la industria alimentaria, pero no para ser inhalado. Este producto, el mismo que utilizan los grupos de rock en los conciertos para llenar los escenarios de una aparente humareda, es el que sirve a los vapeadores para tener la falsa sensación de exhalar humo. «No es inocuo». Irrita los ojos, la garganta y ahora se sabe que daña también las vías respiratorias.
Puerta de entrada al tabaquismo Un estudio de la Sociedad Española de Médicos de Familia (SemFYC)determinó que un 80% de los adolescentes que se inicia en el hábito tabáquico comienzan siendo usuario de cigarrillos electrónicos. Uno de cada dos reconoce haber vapeado de manera esporádica o hacerlo con asiduidad.
Perjuicio, menos pero mucho El vapeo parece generar menos daño que el tabaco, porque con él se inhalan menos sustancias tóxicas. Eso no lo hace inocuo. También contiene nicotina. El propilenglicol, además, se convierte en gotitas (vapor) cuando llega a 300 grados, pero cuando esa temperatura baja a 36 se solidifica y se deposita en los pulmones.
Daño medioambiental Las colillas están consideradas como el producto de desecho más importante del planeta y uno de los más contaminantes. Las de los cigarrillos electrónicos son de plástico y la mayoría de un solo uso.
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