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La vacuna de la gripe es la bomba. Eso dice un estudio de la Universidad de Calgary, en Canadá, que le otorga capacidad para reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares. ¿La vacuna antigripal también protege contra el ictus? Pues parece que sí. Todo parece indicar ... que tiene un cierto efecto protector para los adultos, porque este último estudio, publicado hace solo unos días, viene a refrendar –en plena campaña de vacunación– lo mismo que venían diciendo otros trabajos similares en los últimos años. La Sociedad Española de Neurología advierte, sin embargo, que todavía es temprano para echar las campanas al vuelo. Las noticias que llegan resultan esperanzadoras, pero falta aún una evidencia científica «más consistente» para poder afirmar algo así con rotundidad.
Vaya de entrada que vacunarse contra la gripe es una idea fenómenal. No hay sociedad científica que lo ponga en duda y menos aún en tiempos como los actuales en que la influenza y el covid compiten con otros virus por el aire que respiramos. La inmunización reduce el riesgo de complicaciones en mayores y pacientes con enfermedades crónicas, especialmente en diabéticos y personas con enfermedades pulmonares. Con ella, se rebajan también las posibilidades de hospitalización y de muerte.
El estallido de la pandemia y las medidas de profilaxis que se adoptaron frente a ella redujeron a la mínima expresión el impacto de la gripe en la población. Aunque no es fácil establecer cifras exactas, el Sistema de Vigilancia de la Gripe y otros virus respiratorios estimó que en el invierno de 2019-2020, el último antes del estallido de la pandemia, se contabilizaron en España 619.000 casos de gripe, confirmados por la red de Atención Primaria. De todos esos afectados, 27.700 tuvieron que ser hospitalizados y acabaron muriendo 3.900. A estas cifras, sin embargo, habría que sumar las de los fallecidos por complicaciones derivadas de la gripe, como neumonías, muy frecuentes.
Los investigadores de Calgary aseguran en su trabajo, publicado en 'Lancet', una de las más prestigiosas publicaciones científicas del mundo, que la protección antigripal reduce el riesgo de accidente cerebrovascular, incluso en las personas que no tienen un alto riesgo de padecerlo. Con ese nombre, accidente cerebrovascular o ictus, se entienden dos fenómenos distintos. Son el infarto cerebral, que se produce al obstruirse una arteria por un bolo de grasa, y el derrame, por rotura del vaso. Pues bien, los investigadores llegaron a esta conclusión después de analizar los registros de salud de más de cuatro millones de habitantes de la provincia de Alberta durante un total de nueve años.
En sus conclusiones apuntan que la vacunación contra la gripe debe recomendarse «encarecidamente para todos los adultos», incluidos los afectados por enfermedades cardiacas. Tradicionalmente, la campaña de vacunación ha estado abierta para mayores de 65 años, enfermos crónicos, mujeres embarazadas y personal sanitario. Desde el estallido de la pandemia de coronavirus muchos servicios públicos sanitarios han ido ampliando esa oferta original a todo aquel que quiera recibirla. En principio, basta con solicitarla en el centro de salud.
«Se sabe que la vacuna de la gripe reduce el riesgo de ataque cardiaco y hospitalización para las personas con enfermedades del corazón. Queríamos averiguar si el medicamento tiene las mismas cualidades protectoras frente al ictus», explica el científico Michael Hill, de la Escuela de Medicina de Cumming (CSM) e investigador principal del estudio. «Nuestro trabajo muestra que el riesgo es menor para todos los adultos, no solo para los de alto riesgo».
Los investigadores sostienen que su trabajo tiene dos «puntos fuertes». Utilizó una población completa durante un periodo de diez temporadas de gripe y se llevó a cabo en un territorio con un solo sistema de atención médica universal. «Sabemos que las infecciones de las vías respiratorias superiores a menudo preceden a los ataques cardiacos y los accidentes cardiovasculares», razona Michael Hill. «Hemos visto en la vacunación una asociación protectora muy fuerte frente a estas enfermedadesy el beneficio se dio tanto en hombres como en mujeres», defiende.
El pasado mes de septiembre, la Academia Americana de Neurología publicó en su revista oficial otros estudio, este curiosamente realizado en España, en concreto en la Universidad de Alcalá, que llegó a la misma conclusión. Ese trabajo, basado como el de Calgary en el análisis de datos epidemiológicos, concluyó que las personas vacunadas tenían un 12% menos de probabilidades de sufrir un ictus.
Sin embargo, la evidencia científica disponible resulta aún insuficiente, según destaca la especialista Mar Freijo, portavoz de la Sociedad Española de Neurología y miembro de su grupo de investigación Proyecto Ictus. Los trabajos realizados hasta hoy, estos dos últimos y los anteriores, se basan todos en el análisis de datos. Son mera estadística. «Parece que son menos frecuentes en los vacunados, pero se necesitaría un ensayo clínico bien reglado para saberlo con plena certeza», insiste.
«Es una línea de trabajo muy interesante pero todavía no se puede decir que si vacunamos reduciremos el impacto de los accidentes cerebrovasculares», argumenta la experta, neuróloga del hospital vizcaíno de Cruces. «Es bueno protegerse contra la gripe, pero defender la vacunación para prevenir el ictus todavía resulta aventurado», sostiene.
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