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Los televisores deberían llevar, quizás, un aviso que apareciera impreso en la pantalla con cada encendido. Como los paquetes de tabaco, uno distinto por conexión. Del tipo 'el consumo excesivo de televisión perjudica la salud' o tal vez más radicales, 'la tele infarta'; que cale ... el mensaje. Un estudio firmado por epidemiólogos de las universidades de Cambridge y Hong Kong concluye que reducir el visionado de televisión a menos de una hora al día ayudaría a prevenir al menos una de cada diez enfermedades coronarias. Ya sabe, infartos y anginas de pecho fundamentalmente. La caja tonta no solo favorece el sedentarismo, sino también la ingesta de los alimentos que más dañan nuestra salud cardiovascular, como patatas fritas, galletas y chucherías variadas.
El trabajo se acaba de publicar en la reconocida revista británica 'BMCMedicine' y fija en el 11% los casos de patología coronaria que podrían evitarse con menos de una hora de tele al día. La cifra no es en absoluto despreciable. En Reino Unido, las enfermedades desencadenadas por un fallo de las arterias coronarias provocan cada año la muerte de unas 64.000 personas;en España son casi el doble, más de 120.000 al año, según el Instituto Nacional de Estadística.
El informe apunta dos razones que convierten al televisor en un asesino silente, aunque casi con toda seguridad sean más, según apunta la especialista Petra Sanz, de la Fundación Española del Corazón (FEC), que considera «lógicas» las conclusiones del trabajo. Uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad coronaria ya se sabía, es el sedentarismo. Para vincularlo con los llamémosles televidentes de largo recorrido, los investigadores analizaron el ADNy riesgo de enfermedad coronaria de más de 500.000 adultos que forman parte de un grupo de estudio que lleva siendo seguido desde hace doce años. El Biobanco de Reino Unido conserva todos sus datos.
Los investigadores establecieron un sistema de medición mediante puntos con el fin de poder evaluar el riesgo innato de cada paciente en función de 300 variables genéticas. El objetivo era llegar a conocer las posibilidades reales de cada individuo de sufrir un accidente coronario. Según el parámetro fijado, el riesgo sería mayor en aquellos pacientes que, finalmente, obtuvieran más puntos. ¿Qué pasó?
Lo esperable. Las personas que veían más de cuatro horas de televisión al día presentaban un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Ese alto nivel de riesgo cayó apenas un 6% en los telespectadores con dos o tres horas de consumo diario. Los que únicamente se sentaban una hora ante la pequeña pantalla presentaban, en cambio, una tasa un 16% más baja. En todos los casos, y esto resulta también muy curioso, los resultados eran independientes de la predisposición genética de cada individuo. Dicho de otra forma, el abuso de la tele es perjudicial para la salud en cualquier caso. ¿Por qué?
La razón parece evidente para la cardióloga de la FEC. Los factores de riesgo cardiovascular, como la alta tensión arterial, niveles altos de colesterol, la diabetes y la obesidad, «aumentan o empeoran cuando se hace una vida sedentaria». Además, añade la experta y así lo recoge el artículo de las universidades de Cambridge y Hong Kong, «por norma general» las personas con prácticas sedentarias suelen ser también las menos dadas a practicar ejercicio físico de forma regular.
En buena lógica, algo así llevaría automáticamente a pensar que, en la sociedad actual, las personas pasan muchas horas –siete al día, incluso más– sentadas ante las pantallas de ordenador con las que trabajan. Los investigadores británicos dicen que esto no es comparable. La tele, explican, suele verse de noche, después de cenar, cuando los niveles de glucosa y lípidos están más altos. En ese momento de relajo diario es, además, cuando a uno le tienta más todo lo que no debería comer.
Sanz añade otros dos riesgos para el telespectador que el trabajo no menciona. La tele quita horas de sueño, que es fundamental para una buena salud cardiovascular; y sus contenidos contribuyen a generar un estrés añadido a determinados espectadores. La 'telebasura', que es una auténtica epidemia, está cargada de insultos, faltas de respeto, gritos y broncas que al corazón le sientan fatal.
13.200 muertes podrían evitarse cada año en España si los ciudadanos redujeran su consumo diario de televisión. En nuestro país, las enfermedades coronarias se cobran más de 120.000 vidas anuales.
Dormir bien: Numerosos estudios concluyen que dormir poco favorece el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión y niveles altos de colesterol y triglicéridos. Un descanso reparador en el marco de una vida sana reduce el riesgo de infarto un 83%.
Ejercicio físico: La actividad física protege frente a la enfermedad coronaria y mejora la calidad de vida de las personas, especialmente las de mayor riesgo.
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