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Los dentistas de Estados Unidos están escandalizados de la cantidad de pacientes que les llegan 'colocados'. Más de la mitad de los odontólogos, hasta el 52%, reconoce que desde que ha comenzado a despenalizarse el consumo de marihuana en el país, el número de clientes ... que les llegan drogados no ha dejado de crecer. Un porrito, según creen, les ayuda a vencer el tradicional –y carente de todo sentido– miedo al dentista. Pero se equivocan de lleno. Ese 'cigarrillo de la risa' que creen que les protege solo sirve para que las cosas se les compliquen aún más. Aunque resulte difícil de creer, en España también se dan casos, aunque el fenómeno no ha alcanzado ni de lejos las dimensiones que tiene ya al otro lado del Atlántico. Los expertos llaman a la calma. La odontofobia, recuerdan, resulta hoy injustificable.
Lo de Estados Unidos no es algo que ocurra en una o dos consultas. La situación ha alcanzado tales dimensiones que la Asociación Dental Estadounidense (ADA, por sus siglas en inglés) se ha visto en la necesidad de hacer un llamamiento a la población para que se abstenga de consumir marihuana, o las droga que sea, antes de acudir a la visita del dentista. Es una necedad, recalcan.
La situación, por lo que cuenta la ADA, se ha ido desbordando poco a poco con la paulatina despenalización del consumo de 'maría'. Su uso recreativo es legal ya en 19 estados y el Distrito de Columbia, que es lo que se conoce popularmente como Washington DC. Además, hachís y cannabis son legales en 37 de los 50 estados del país, además también del Distrito de Columbia.
La odontóloga Tricia Quartey, dentista en Nueva York y portavoz del colectivo profesional, reconoce que «al analizar los antecedentes de salud, cada vez más pacientes me dicen que usan marihuana porque ahora es legal. Suelo decirles –advierte–, que desafortunadamente, tener esa sustancia activa en ti te obligará a una consulta adicional».
La acción de la marihuana puede desbaratar por completo el trabajo del profesional sanitario. El 46% de los odontólogos que participaron en el estudio reconoció que brindar la atención que requiere un paciente 'colocado' de entrada obliga a utilizar una mayor cantidad de anestesia. Puede resultar paradójico, pero así es.
El principio activo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol, comúnmente conocido como THC, provoca el efecto contrario al que supuestamente los pacientes buscan. Lejos de contribuir a la sedación, lo que hace, según explica el presidente del Consejo General de Dentistas de España, Óscar Castro Reino, es interferir con la anestesia y obligar al especialista a tener que utilizar una mayor cantidad de calmante para conseguir los mismos resultados. «España no es EEUU. Para empezar, aquí el consumo de marihuana está despenalizado, pero su distribución y venta siguen prohibidas. Aún así, todos conocemos casos, yo el primero, de pacientes que llegan a la consulta drogados y que, sintiéndolo mucho, con ellos resulta muy difícil trabajar», detalla el especialista.
El paciente que llega 'fumado' en España a la consulta del odontólogo, de momento, no tiene mucho que ver con el estadounidense. En el país de las barras y estrellas, por lo visto, es el miedo irracional que aún provoca el dentista el principal motivo que provoca esta situación. «La gente aún tiene en mente la idea de los viejos sacamuelas, que te arrancaban las piezas dentales sin anestesia», se lamenta el portavoz de los especialistas españoles. «En la actualidad no tiene nada que ver, lo hemos dicho en infinidad de ocasiones... Quizás el público se sentiría mucho más tranquilo si supiera que fuimos los dentistas quienes descubrimos las primeras anestesias, el óxido nitroso y el éter, las mismas con las que hoy se opera a los enfermos», asegura el portavoz profesional.
El paciente tipo que en España acude 'fumado' al dentista suele ser, por lo general, alguien con una larga trayectoria de consumo de estupefacientes. El problema ahora, para nuestro país, es que todo lo que ocurre en EEUU acaba poniéndose de moda también en Europa. Y el ámbito de la salud no escapa a esta tendencia.
La marihuana, según explica Tricia Quartey, puede provocar un aumento de la ansiedad, la paranoia y la hiperactividad, «lo que podría hacer la visita más estridente». También aumenta la frecuencia cardiaca y tiene «efectos secundarios respiratorios no deseados que aumentan el riesgo de usar anestésicos locales contra el dolor». Castro Reino lo corrobora. «Cuando alguno llega así, lo mejor es mandarlo a casa, porque son problemáticos. Para empezar, impregnan toda la sala de espera de ese olor característico del cannabis, que no tiene por qué gustar al resto de pacientes; y, si vienen 'puestos', son más susceptibles, todo lo magnifican, lo exageran, hay que tener con ellos un cuidado exquisito».
Existen «fuertes indicios» de que el consumo de marihuana resulta perjudicial para la salud bucodental y general. Fumarla se asocia con enfermedad de las encías (periodontal) y sequedad bucal. Además, pone a los fumadores en un mayor riesgo de padecer cánceres de boca, cuello y todos los relacionados con el hábito de fumar, fundamentalmente el de pulmón. «Si la marihuana ayuda a un paciente terminal a calmar un dolor, raro será el médico que la niegue, pero aquí hablamos de otras cosas», resume el presidente de los dentistas de España, Óscar Castro Reino.
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