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Este aceite que ha sobrado de la fritura de la sartén... bah, por el fregadero, que no es nada. ¿Y qué va a pasar por tirar un poco de harina? Si luego echo agua, 'traga'... El primer día, efectivamente, no pasa nada. Pero al cabo ... de un tiempo, es probable que se forme un tapón. Por el fregadero no debería salir más que el agua, restos de jabón, líquidos... Que no es el cubo de los desperdicios, vaya. «En España tenemos buen sistema de recogida de basuras y estamos bastante concienciados, pero aún seguimos echando por el fregadero y, sobre todo por el váter, cosas que no deben desecharse así». La advertencia la hace Mario Rial, del departamento técnico de la Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos (CONAIF). Y alerta de los problemas que puede ocasionar tirar por el tubo del desagüe ciertos alimentos y productos.
En la cocina
«Los aceites de oliva o de girasol no llegan a solidificar, pero jamás deben tirarse por el fregadero o por el váter. Tampoco otras grasas como la mantequilla, que sí llega a endurecerse y genera una pasta. Sucede como en las arterias, que se crea un pegote y dificulta el paso del agua», explica el especialista, y advierte, más allá del atasco en el tubo, del peligro para el medio ambiente que supone no reciclar los aceites domésticos. «No solo atasca tuberías y alcantarillados, sino que el aceite que acaba en ríos y océanos es altamente contaminante, ya que dificulta el intercambio de oxígeno y daña los ecosistemas de los animales marinos», advierten en la web de Ecoembes. Dan un dato: «Un litro de aceite puede llegar a contaminar 1.000 litros de agua». Otra advertencia: «Se recicla el aceite vegetal sobrante de asados, fritos, alimentos enlatados, manteca de cerdo o grasas caducadas y en mal estado. Pero, cuidado, no debe mezclarse este aceite con el de motor o las grasas industriales».
Restos de macarrones, de paella, de la harina del rebozado... son problemáticos para los desagües. «Son alimentos que al hidratarse se hinchan y provocan atascos. Igual que el puré de patata y cualquier producto que lleve almidón», enumera el técnico de CONAIF.
Los tapones retenedores que llevan ya todos los fregaderos son la solución para que no se escape por ahí nada que deba ir a la basura... por pequeño que sea. «Las cáscaras de nuez, por ejemplo, son muy peligrosas porque pueden llegar a formar una costra dura en las paredes de la tubería», advierte Rial.
Desatascador manual: «El desatascador manual lo que hace es generar un golpe de aire. Se coloca en la boca del desagüe, se tapa el rebosadero y se hace el movimiento de arriba a abajo para que succione el agua. Si el tapón que ha generado el atasco está blanco lo moverá», explica Mario Rial, técnico de CONAIF.
Desatascador 'natural': «Si el atasco no es demasiado importante basta con verter por el fregadero dos tazas de bicarbonato, una de vinagre de limpieza y un litro de agua caliente. Esa mezcla hará que se reblandezca el tapón», asegura Mario Rial. Y advierte sobre los desatascadores que venden en las tiendas y supermercados: «Son bastante agresivos, así que dependiendo del estado de las tuberías, podrían llegar a dañarlas».
En el baño
«Mucha gente las tira por el baño, pero no debe hacerse nunca porque no se degradan y los sistemas de depuración de aguas no están preparados para tratarlas. Sí eliminan grasas del agua, arenas, objetos flotantes... pero no las sustancias tóxicas que tiene el tabaco».
«En sí mismo no es un gran problema, pero al mezclarse con otros residuos es fácil que se enganche. O que acabe por formar un tapón al mezclarse con los restos de jabón de la pastilla, porque el jabón es untuoso cuando nos lavamos, pero los restos se quedan secos y solidifican», alertan desde CONAIF. Tampoco deben tirarse por la taza del váter, algodones, bastoncillos de los oídos, el cartón del rollo de papel higiénico...
En algunos países de Europa las toallitas que se tiran al baño han causado serios tapones en los colectores, aunque en España no se usan tanto. «El papel higiénico está diseñado para que se deshaga con el agua, pero no así los clínex, el papel de cocina y, mucho menos, las toallitas, que son resistentes al agua y cuando se acumulan y se secan adquieren una dureza similar a la del hormigón», explica el especialista.
Echar por el baño restos de pintura o barnices cuando se ha terminado una obra supone un riesgo medioambiental. «Tienen que ir al punto limpio porque, si no, contaminan el agua». Y parecido sucede, advierte, con los restos de jarabes , pastillas y otros medicamentos.
Además de atascos, la taza del váter puede ser fuente de malos olores y es un lugar propicio para que las manchas se incrusten. Begoña Pérez, La Ordenatriz en redes sociales y autora de 'Limpieza, orden y felicidad' (Planeta), nos indica cómo mantener el inodoro limpio. «Para limpiarlo a fondo hay que vaciar el agua del sifón con una fregona vieja. Después, se hace una pasta con vinagre y bicarbonato y se cubre con ella el interior del inodoro. Deja actuar doce horas y frota con un estropajo verde. Tira de la cadena para que vuelva a llenarse el sifón». Si persisten los malos olores, añade la experta, «limpia toda la zona con una bayeta empapada en agua oxigenada y, a continuación, déjala en esa zona apoyada en un plato y cámbiala cada doce horas hasta que el olor desaparezca».
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