LEANDRO PAVÓN
Martes, 18 de marzo 2014, 02:14
Tras meses de protestas vecinales para evitar que la gasolinera de Huerta Nueva se hiciera realidad, las obras para su construcción ya han empezado en el descampado donde la estructura de la estación de servicio estaba levantada desde hace tiempo. En los laterales de esta infraestructura hay varios bloques de edificios, que en los últimos meses pelearon por evitar esta situación. Desde el Ayuntamiento admiten haber luchado también por lo mismo. Pese a estar parada desde 2005 por un acuerdo en el que se cambiaría en el PGOU la situación del suelo para pasar de industrial a residencial, éste nunca se llegó a producir, y la empresa reactivó su plan de obras.
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«La situación inmobiliaria parece no mejorar, por lo que la empresa no parece interesada ya en el cambio del suelo a un uso residencial. Ellos quieren su gasolinera, y si no le dejábamos hacerla nos pedían una indemnización que el Ayuntamiento no es capaz de sufragar», expresó el alcalde, José María García Urbano.
El actual regidor admitió que intentaron abordar otras posibilidades para evitar la construcción, pero no pudieron convencer a Patrimonial Adonara. «Si existiera un terreno de propiedad municipal por el que pudiéramos permutarlo y cumpliera las condiciones lo hubiéramos hecho, pero es que no lo hay. Intentamos alquilarles ese terreno para uso deportivo hasta que el mercado inmobiliario remontara y les fuera rentable hacer la permuta, pero no se consiguió», explicó García Urbano.
Según narró el primer edil, estuvieron aplazando la aprobación del proyecto reformado de la construcción hasta tener todos los permisos. «No hemos firmado nada hasta estar seguros de que le concederían la licencia de apertura a la empresa. Es su terreno y ya poco podemos hacer», afirmó el regidor.
Pesimismo vecinal
Los vecinos de la urbanización Las Brisas, principales afectados por la construcción de la gasolinera, se muestran pesimistas y desencantados con el inicio de las obras. «Ya no tenemos pensado manifestarnos más. Hemos hecho dos concentraciones y hemos visto la pasividad de muchos, incluso de la misma urbanización. Creo que ya no nos merece la pena», admitió David Domínguez, presidente de esta comunidad.
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Ahora mismo, se encuentran estudiando la posibilidad de intentar parar la obra por vía judicial para así, ganar tiempo. «Hemos pedido a unos abogados un estudio de la viabilidad para llevar a juicio el decreto firmado por la concejala de Presidencia al estar basado en la licencia de 2001. En 2014 podría estar caducada. Con eso solo haríamos ganar tiempo hasta que le den otra, ya que están en su derecho. Pero la esperanza nunca se pierde», manifestó Domínguez.
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