Angelika Riegerbauer, de 32 años, junto a sus dos perros, Mickey Mouse y Josi, en Algarrobo. :: E. Cabezas
Axarquia

De perro callejero a campeón internacional de obediencia

Una adiestradora austriaca afincada en Algarrobo consigue que uno de sus canes, que rescató junto a un río, sea un animal admirado en torneos

EUGENIO CABEZAS

Martes, 7 de enero 2014, 10:35

La vida de Josi podría haber sido como la de cualquier perro callejero que deambula por pueblos, ciudades o campos de la provincia, comiendo de las basuras y con el peligro de morir atropellado o envenenado en cualquier momento. Sin embargo, este cruce de varias razas tuvo la fortuna de encontrarse con Angelika Riegerbauer, una profesora de equitación austriaca de 32 años afincada en Algarrobo desde mediados de la década de los noventa. Fue a comienzos de 2011 cuando comenzó esta historia de superación y esfuerzos, que ha convertido a este can en todo un campeón internacional en competiciones de obediencia para animales de compañía.

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«Lo observé durante varias semanas deambulando junto al río de Algarrobo, poco a poco conseguí ganarme su confianza y en marzo de 2011 ya lo tenía en casa. Al principio era un perro que se asustaba muchísimo con cualquier ruido, y también le daban miedo la gente que llevaba gorro o sombrero», cuenta esta especialista en el estudio de la conducta de los animales de compañía, natural de un pequeño pueblo situado muy cerca de la ciudad austriaca de Graz, quien cree que esto pudo deberse a que su dueño lo maltrató siendo un cachorro portando una prenda de este tipo.

«A mi marido, Roman, le recomendaron pasar largas temporadas en el sur de Europa y elegimos Algarrobo por el clima», confiesa Riegerbauer, quien desde pequeña se ha criado con perros. «Pero nunca había adoptado a un animal de la calle, porque es algo que puede resultar hasta cierto punto peligroso, ya que suelen ser perros con enfermedades y a los que es muy complicado reeducar», sostiene.

Sin embargo, con Josi todo ha sido diferente. «Desde el principio noté que era un perro especial, es posible que por el tipo de cruces del que proviene, que pueden ser podencos, galgos y 'pointers'», detalla esta criadora, quien además posee un segundo can, una hembra de perro de agua, a la que bautizó como Micky Mouse. «A ella la adopté en una perrera», dice la adiestradora.

Organizar concursos

Apenas cinco meses después de que Josi entrara a formar parte de su vida, ya acudió con él a un campeonato de agilidad en Austria, en la modalidad de 'dog-dancing show', esto es, un concurso en el que animal y dueño deben coordinarse al ritmo de una música. «Lo hizo genial, y conseguimos nuestra primera medalla», sostiene orgullosa Riegerbauer, quien trabaja en un proyecto de investigación sobre el comportamiento de los perros en una universidad austriaca.

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«El entrenamiento diario es fundamental, que el perro forme parte de tu día a día, y las rutinas no son siempre con recompensas de comida», aclara la adiestradora, quien cree que la gente adopta o compra perros «demasiado a la ligera», sin tener en cuenta el trabajo y sacrificio que estos exigen. «Son como una persona más en la casa, hay que dedicarles mucho tiempo, aunque no los adiestres para competiciones», sostiene

Tras su debut en septiembre de 2011, en estos dos años, Josi ha acudido a otros cuatro torneos internacionales, tanto en Hungría como en España. El último fue en Marbella, a comienzos del mes de noviembre, donde consiguió el primer puesto del certamen 'Triple A' en la modalidad de obediencia. «Me gustaría poder organizar algún tipo de concurso por esta zona de Algarrobo, porque no hay demasiados», asegura Riegerbauer. «Son espectáculos muy vistosos, y donde la gente aprende a amar a los animales y a respetarlos», concluye.

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