La cuarta boda de una leyenda

A sus 75 años conserva el brillo en los ojos de un truhán mujeriego. Y es que no sólo sobre la tierra batida destaca el extenista Manolo Santana. Dar el 'sí quiero' es siempre un momento especial, pero si es la cuarta vez que se hace, ya se es todo un profesional.

Santana celebra hoy ante sus amigos el que es su cuarto enlace y lo hace para declarar amor eterno a la colombiana Claudia Inés Rodríguez, con quien comparte convivencia desde hace un lustro y que tiene veinte años menos que él. La fiesta tendrá lugar en el domicilio de un amigo ubicado en una exclusiva urbanización situada en el límite entre Marbella y Benahavís y si bien era un evento previsto, los preparativos han tenido lugar con discreción.

Días antes se habría producido, según fuentes consultadas, el enlace civil oficial del que sólo ha trascendido que no se celebró en el Ayuntamiento. Así de discreta es la figura del deportista, de espíritu solidario y colaborador de las causas sociales siempre desde un segundo plano. Santana siempre ha preferido dejarse ver por cualquier restaurante del municipio a posar ante los flashes en las galas veraniegas o saraos varios.

Precisamente y ante lo acelerado de la preparación de la fiesta una de las galas claves del verano, la que se celebra esta noche a favor de la Asociación Española contra el Cáncer, ha sufrido la baja de algunos de los asistentes previstos, que han decidido acudir al enlace de Santana. Competencia de nuevo para un evento que el año pasado ya se vio afectado en esa ocasión por la gala benéfica de Antonio Banderas.

Rodríguez lleva años haciendo feliz a un Santana que disfruta de su carácter extrovertido y simpático además de que a ambos les une su pasión por el municipio costasoleño. «De aquí no me echan ni con agua caliente», ha declarado en más de una ocasión el deportista.

Se trata de un enlace más que deseado sobre todo después del fallido intento que se produjo el pasado tres de julio y que impidió que la unión pudiera materializarse legalmente debido a la falta de un documento.

Santana y su esposa habían elegido el campeonato de Wimbledon para celebrar su boda y hacer un guiño a la carrera de uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos. Allí, en Londres, recibió un reconocimiento a su trayectoria y quitó hierro al asunto de su boda frustrada adelantando ya el enlace en Marbella con sus «amistades íntimas que no han podido venir a Londres», declaraba entonces.

El extenista lleva retirado profesionalmente desde los años 80 pero sigue al pie del cañón en lo que a deporte se refiere. Desde 1997 regenta 'Racquets Club', una escuela de tenis que él mismo define como «un club deportivo familiar» y es un habitual de los mejores campeonatos de tenis ya sea por motivos profesionales o como invitado.

El hecho de que no hayan trascendido detalles, el secretismo con el que se han llevado los preparativos y el tirón que todavía conserva Santana en el público han despertado especulaciones sobre la posible venta de una exclusiva.

Son detalles, en todo caso, que no interesan a la que a la que fuera su última mujer la modelo sueca Otti Glanzielus, de quien se separó en 2008. Ésta recientemente anunciaba su intención de no valorar el enlace haciendo gala de la discreción que la caracteriza.

Cabe recordar que la ahora esposa del extenista, Claudia, era una de las mejores amigas de Glanzielus que soportó estoicamente el desplante de su entonces marido y que pese a la polémica que suscitó en lo medios, siempre ha permanecido callada. Hasta la anterior de las esposas de Santana, la tertuliana y siempre dispuesta a hablar Mila Ximénez, ha apoyado en público y reiteradamente a la sueca.

Como suele decirse, que sean felices y coman perdices; esperemos que a la cuarta vaya la vencida para este maestro de la raqueta y de las relaciones públicas.