«Mario Conde me felicitó»

Veinte años después y los entramados financieros siguen de actualidad. Telecinco aprovecha el tirón y saca del cajón 'Mario Conde. Los días de gloria' (hoy, a las 22.00 horas). En sus dos capítulos (el próximo el día 11), esta película recordará el ascenso del expresidente de Banesto y su entrada en prisión. El teniente Pando de 'Luna. El misterio de Calenda' (Antena 3), el actor Daniel Grao (Barcelona, 1976), se mete en la piel de Conde y hasta llevará su corbata fetiche: una de elefantes, que lucía en sus «reuniones importantes».

- De los hombres lobo a los negocios de Conde. ¡Qué miedo!

- (Risas) Sí, son temores distintos, pero el mundo financiero y político que se refleja en la película da bastante miedo. Creo que es la verdadera jungla.

- ¿Le han sacado parecido con Mario Conde?

- ¡Sí! Y me extrañó bastante. Era uno de los miedos que tenía, porque es un personaje muy conocido, aunque no se trataba de hacer una imitación. Obviamente voy afeitado, engominado y trabajé su postura corporal. En parte me tranquilizó cuando, rodando en los exteriores en Madrid, más de uno me llamó Mario Conde.

- ¿Llegó a conocerle?

- No tuve contacto con él hasta que terminó el rodaje y vio el producto final. Me llamó para felicitarme por el trabajo.

- ¿No será un lavado de cara?

- Está basado en su libro y es su versión, pero no creo que la sensación final sea ver a Mario Conde con otros ojos, sino la de ver a todo el entorno con mucho fango. En ese sentido me parece bastante escandalosa, porque salpica a mucha gente del ámbito de la banca y la política de la época.

- ¿Llegó a prestarle ropa?

- Sí, me pasaron una corbata con elefantitos que, por lo visto, era su amuleto cuando tenía reuniones importantes.

- ¿Y qué dijo de sus trajes?

- He leído por ahí que Mario Conde opinó que alguna chaqueta de las que llevo era 'inviable'. Tampoco queríamos plasmar la moda de los 80 y 90, sino que quedara el aroma de que si todos llevan un traje medio, Mario Conde iba con el más 'cool'.

- ¿Le dejará poso el personaje?

- ¡Espero que no! En varias ocasiones, durante los meses del rodaje, los personajes han llegado a poseerme. Y con este me ocurrió con bastante fuerza. Me costaba ser objetivo e incluso defendía ciertas posturas con mucha vehemencia. Tengo amigos que decían que era bastante radical hablando del tema de Mario Conde durante esos días.

- ¿Y qué le 'conquistó'?

- Hay algo admirable: su disciplina y su constancia. Tiene hitos de verdadero crack. Creo que esa ambición le absorbe y paga el precio de no vivir el día a día con los hijos y con la familia por estar poseído por ese ego.

- ¿Aún confía en los bancos?

- (Risas) ¡No me fío de nadie!