Raphael: «Los padres me recomiendan bien a sus hijos»

Lo afirma tajante: «Yo nací para esto». Por eso no importa que ya haya conseguido lo imposible (fue el primero del mundo en recibir un Disco de Uranio por las millonarias ventas) o que lleve más de cincuenta años sin bajarse del escenario. Raphael mantiene viva la «ilusión» por nuevos retos. El próximo, ofrecer cinco grandes noches seguidas en el Teatro Cervantes, del 28 de noviembre al 2 de diciembre. Sobre las tablas, solo su voz y el piano de Juan Pietranera.

-Le esperan cinco noches seguidas en el Cervantes. Todo un reto.

-Cada cual debemos de luchar contra la crisis a nuestra manera, y la mía es trabajando. Me encantan los retos, te hacen estar muy en forma y no te dejan dormirte en los laureles.

-No le asustan los retos. Después de tantas experiencias en la profesión y en la vida. ¿A qué le teme?

-Después de lo que pasé -en referencia al trasplante de hígado al que se sometió en 2003- no le tengo miedo a nada. Ten en cuenta que estuve cerca de la muerte , y la pasé. Cuando me venga otra vez ya la conozco, no le tengo miedo.

-Insiste siempre en que sigue siendo aquel, pero mejorado. ¿Prefiere al Raphael de hoy frente al veinteañero que se comía el mundo?

-(Risas) Estoy muy mejorado porque he aprendido muchísimo, el tiempo juega a mi favor. Yo últimamente salgo al escenario a disfrutar con el público. Ya no tengo nervios, tengo un pellizco en el estómago por el sentido de la responsabilidad. Me quedo con el Raphael de hoy, pero tengo la misma ilusión de cuando empecé. Esa mezcla es buena.

-La experiencia le ha dado calma.

-Sí, estoy más calmado. Pero cuando me tengo que 'descalmar' me 'descalmo' muy bien.

-350 discos de Oro, 49 de Platino y uno de Uranio. ¿Cree que alguien llegará a igualarlo algún día?

-Puede haber gente que lo consiga siempre y cuando lo trabajen tanto como yo lo he trabajado. Lo del disco de Uranio es complicado, ya no se venden discos como para eso...

-Parece imposible que alguien lo consiga hoy día.

-¡Es imposible ya hasta para mí!

-Pasó de ser un incomprendido a estrella de la canción. Hoy ya es un mito para muchos. ¿Se saturó de fama alguna vez?

-No. Me considero un aprendiz de todo y un maestro de nada, estoy empezando siempre. Y eso es un parapeto para mí, para protegerme. Entonces ni se me suben las cosas a la cabeza ni se me bajan a los pies. Soy una persona muy Tauro, muy con los pies en la tierra y muy normal.

-Podría estar en casa tranquilo descansando con la familia. ¿Por qué embarcarse en otra gira?

-Es que esta es mi vida. Yo nací para esto, no voy a dejarlo nunca. Por supuesto, el día que vea que no estoy en condiciones me iré de vacaciones eternas; aunque tampoco diré que me retiro porque un artista que nace artista, muere artista. Pero el público a mí siempre me va a ver bien; no voy a dar la oportunidad de que me vean mal.

Un escándalo

-'Escándalo' se escribió hace más de 20 años, pero parece la banda sonora perfecta para este tiempo.

-Lamentablemente sí. Las cosas están... de escándalo. Yo quisiera que no fuera el 'leitmotiv' de este momento, que fueran otras canciones. Pero yo soy una persona que ve siempre los vasos medio llenos y no medio vacíos, y tengo la fe y la esperanza de que todo esto tiene arreglo trabajando. Tenemos que trabajar todos mucho y crear trabajo.

-¿Qué le escandaliza más: la banca o la política?

-(Risas) Ambas 'deux', ambas 'two', ambas dos. Te lo he dicho en tres idiomas, que quede claro.

-Se lleva bien con las nuevas tecnologías, tiene Twitter.

-Uso Internet, no Internet me usa a mí. De pronto tengo media hora y lo uso, pero no estoy todo el día enganchado, hay muchas otras cosas que hacer. No hay que ser esclavo de eso. Y de lo que no voy a hablar es de lo que he desayunado, de si estoy comiendo o cenando... No, no.

-Es una herramienta para acercarse a los muchos jóvenes que le siguen y que llenan sus conciertos.

-Sí que hay mucha gente joven. Los padres me recomiendan bien a sus hijos (risas).