Juan Herola junto al algarrobo que decora su bar. :: S. V.
ESTEPONA

Creatividad en Estepona tras la barra

Paredes llenas de billetes, cuadros roqueros y hasta un árbol hacen de estos rincones de la localidad lugares con encanto Tres empresarios de Estepona derrochan imaginación en sus bares

SELENE VEGA @S_Vega_

Domingo, 9 de septiembre 2012, 03:31

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Tomar una copa en la Costa del Sol puede ser muy divertido si se hace en buena compañía, pero el entretenimiento se multiplica si se está en un lugar especial. En Estepona existen tres bares con encanto que hacen que los clientes se detengan a contemplar su decoración. Estos rincones han sido diseñados con mimo por sus dueños, empresarios que derrocharon imaginación y creatividad a la hora de emprender sus negocios.

«Bartolo es el hombre con más billetes de Estepona», dice un cliente del primero de estos bares. En cierto modo tiene algo de razón. Tras la barra le atiende Bartolomé Hormigo, un empresario que no quería pintar las paredes de su negocio cada vez que presentaran un aspecto deteriorado, así que decidió llenarlas de vitrinas con billetes, y ahora solo tiene que limpiar cristales.

Más de 5.000 de estos rectángulos decoran todos los rincones de su bar que lleva el mismo nombre que él y está situado en la céntrica plaza de Las Flores. Son billetes antiguos que empezó a coleccionar porque no ocupaban mucho espacio. «Tengo más, pero ya no hay sitio para ponerlos», dice orgulloso Hormigo, a la par que menciona que el valor total de estos ejemplares es muy difícil de calcular, pues los hay de todas partes del mundo y su precio varía en función de las épocas.

«De los países más baratos hay más», indica con una sonrisa el dueño de este bar. Hormigo recorre el pequeño local lleno de recuerdos y señala: «mira, ahí hay de distintas épocas de Argentina, uno de un millón de pesos, y otro de tres trillones de dólares de Zimbabwe». A pesar de lo escandalosa que parece esta última cifra, explica que le costó unos 50 euros adquirirlo.

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«Tengo billetes con la cara de Gadafi, de Sadam Husein y de la época hitleriana», subraya mientras sostiene un billete de 1780 de los antiguos Estados Confederados de América. «A través de un billete se puede ver la historia de un país», concluye.

El establecimiento parece un museo más para los turistas que visitan la zona, y otro bar al que acude gente desde diversos puntos de España es Louie Louie, en la calle Real. Son aficionados al rock que viajan para ver los conciertos que ofrecen, según mantiene el dueño del establecimiento, Francisco Montero.

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En el interior del local que lleva el nombre de la famosa canción de Richard Berry, las paredes están cubiertas de cuadros y motivos roqueros que atraen a un público variado. «Vienen roqueros, punkis, 'setenteros', el que entiende de música y el que no», menciona Montero, que antiguamente vendía discos en una tienda llamada Lolly Pop.

En los árboles

En este recorrido por bares originales de Estepona también encaja Juan Herola. Lo que más llama la atención de su establecimiento desde hace 31 años es un árbol que hay tras la barra. «Era un algarrobo de verdad», señala con amabilidad. Lo introdujo con esfuerzo en su local de la calle de Antero y ha sido testigo de su trayectoria. Un amigo también le regaló una escultura tallada en un tronco que luce junto a la chimenea de su bar. En su caso se puede decir que la creatividad creció en los árboles.

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