MÁLAGA

La Policía Local se baja de los coches para patear la calle y mediar entre los vecinos

El Ayuntamiento de Málaga ultima una reestructuración profunda del organigrama de este cuerpo de seguridad

JUAN CANO

Viernes, 23 de septiembre 2011, 09:18

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El Gemac se llamará GIP y el Grupo de Medio Ambiente será el Gruprona, como el Seprona pero en versión local. Los agentes explorarán nuevas formas de patrullaje. No solo irán en coche, en moto o a caballo. A partir de ahora, también se les podrá ver en bicicleta por la capital. Y, si se tercia, habrá funcionarios con formación específica para mediar en conflictos vecinales.

Más allá de los cambios de nomenclaturas, el Ayuntamiento de Málaga ultima una remodelación a fondo del organigrama de la Policía Local. El proyecto, al que solo le faltan unos trámites administrativos para su aprobación definitiva, empezará a aplicarse en unos 15 días. «Desde 2003 no se había hecho una reestructuración tan profunda», afirma el concejal de Seguridad, Julio Andrade, que ha sido el promotor del plan.

La idea es, en palabras del edil, «modernizar la Policía Local y hacerla más cercana y participativa». Para ello, se ha preparado una batería de reformas que afectan a la mayoría de los grupos. «Los tiempos cambian, la sociedad tiene nuevas necesidades y la propia plantilla viene demandando modificaciones para adaptarse a ellas», añade.

El primer objetivo del plan es retomar el concepto de policía de barrio, con mayor presencia en las calles. «Aparte de las patrullas en motos y coches, nuestra intensión es intensificar el número de efectivos en zonas peatonales, ya sea a pie o en bicicleta», apunta. Esta es, precisamente, una de las principales novedades. El consistorio va a adquirir medio centenar bicis y uniformes adaptados a esta forma de patrullaje, que se llevará a cabo en las zonas más llanas de la ciudad, como son los paseos marítimos. «Creemos que esta forma de patrullar aumentará la visibilidad del policía y será más eficaz en determinados lugares», dice el edil.

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Cuatro grandes ramas

El organigrama policial quedará estructurado en cuatro grandes ramas. La primera corresponde a las unidades descentralizadas, que son las jefaturas de barrio de los distritos. Como novedad, al frente de todas ellas habrá un intendente, mientras que actualmente algunas estaban mandadas por inspectores.

La segunda rama corresponde a las unidades centralizadas. Dentro de ellas está la sección de Policía Judicial, donde habrá numerosos cambios. El Grupo de Escoltas, Menores y Atención Ciudadana (Gemac), uno de los más conocidos del cuerpo, pasará a llamarse de Investigación y Protección (GIP). Aunque tendrá funciones similares, aparte del nombre también estrenará un servicio especial de vigilancia y seguimiento para las víctimas de malos tratos.

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Dentro de la sección de Policía Judicial, el Grupo de Medio Ambiente adoptará un nombre similar al Seprona de la Guardia Civil. Será bautizado como Gruprona (Grupo de Protección de la Naturaleza). La unidad de Atestados se denominará Grupo de Investigación de Accidentes de Tráfico (GIAT), que se modernizará con nuevas herramientas informáticas para analizar siniestros.

Uno de los cambios más importantes será la creación de un Grupo Operativo de Apoyo (GOA), integrado por entre 20 y 30 agentes, que se encargará de atender casos especiales que trasciendan al día a día de los policías de barrio, como botellones, desahucios... Uno de sus objetivos será la recuperación de espacios públicos de la ciudad. «Estos funcionarios contarán con formación específica para intervenir en situaciones delicadas», anuncia el concejal.

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El GOA incorporará una unidad canina, algo también novedoso en la Policía Local de Málaga, que contará con perros adiestrados para colaborar, por ejemplo, en la detección de drogas en centros escolares. «Esto ya se viene haciendo en las policías locales de otras ciudades como Madrid, Granada o Torremolinos, donde está dando buenos resultados», asegura Andrade.

El organigrama se completa con otras dos áreas independientes, que son la unidad de Planificación y Recursos Humanos, que pasará a estar mandada por un intendente, y el gabinete de Participación Ciudadana y Comunicación, un área transversal al resto que tendrá nuevas funciones. Dentro de esta última, una de las grandes apuestas del proyecto es la creación de un Grupo de Mediación de Conflictos, donde habrá unos 25 agentes formados para tratar problemas vecinales y evitar que acaben en los juzgados. «Tratarán de darles solución a los casos que les lleguen desde las policías de barrio», expone el concejal.

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El último de los grandes cambios será la puesta en marcha de un Observatorio de la Seguridad Local, que tendrá como misión clasificar y analizar las estadísticas del cuerpo para saber cómo evolucionan delitos y faltas en cada zona de la ciudad.

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