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AMANDA SALAZAR
Domingo, 6 de marzo 2011, 02:47
Después de una década en la acción social, Antonio Paneque no ha perdido el entusiasmo que en 1999 le llevó a fundar la ONG Organización Social de Acción Humanitaria (OSAH) para cubrir las necesidades básicas de las personas más desfavorecidas dentro y fuera de nuestras fronteras. Tras colaborar para la ayuda de emergencia en Haití, ahora se enfrenta a las dificultades de las familias golpeadas por la crisis.
-¿Han crecido las peticiones de ayuda a OSAH?
-Estamos desbordados. Atendemos a un 60% más de familias que hace un año y rondamos más de 500. Y hay otro medio millar de peticiones que hemos tenido que rechazar porque no tenemos recursos suficientes. En lo que va de año hemos repartido un total de 16.000 kilos de comida.
-¿Qué tipo de familias acuden a la ONG a solicitar alimentos?
-El perfil ha cambiado. Además de familias que arrastran una situación de exclusión social, ahora acuden personas que nunca antes habían pedido ayuda. Muchos desconocen las herramientas para solicitar alimentos y otros vienen como último extremo porque les avergüenza acudir a lo que ellos ven como la beneficencia.
-¿La crisis ha incrementado los índices de personas que viven en la pobreza en la provincia?
-Ha crecido el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza porque mucha gente que antes tenía un buen sueldo se ha quedado sin trabajo, están agobiados por las hipotecas y se han quedado sin prestaciones económicas. Estamos en el ojo del huracán y no queremos darnos cuenta. Hay muchos padres que no pueden garantizar la comida de sus hijos menores.
«Torpes y lentas»
-¿Cree que las ONG están evitando actualmente una crisis social más grave?
-Sin duda. Las administraciones son torpes y lentas y no están dando ayudas para las necesidades básicas como ropa o comida. Los trabajadores sociales nos están derivando a los usuarios. No basta con dar un taller de empleo a una persona con hambre.
-¿Han descendido las subvenciones oficiales?
-El año pasado ya cayeron un 50% y este año esperamos un nuevo varapalo. Nos queda la autofinanciación. Hacemos campañas de recogida de ropa, mercadillos y tenemos una caseta en feria para recaudar fondos.
-También realizan acciones internacionales como la actuación de emergencia en Haití.
-Llevamos ayuda humanitaria solo unas horas después del terremoto y ahora queremos construir un orfanato allí. También tenemos un proyecto de viviendas en la República Dominicana, pero actualmente nos estamos centrando en la ayuda a las familias aquí. Tenemos nuestros pequeños Haití, que centran ahora nuestros esfuerzos.
-¿La crisis también ha despertado la solidaridad?
-Afortunadamente, ha crecido el número de socios -ahora tenemos 5.000- y de voluntarios -más de 250 en Málaga. Pero faltan recursos ante la marea de necesidades que llega ante nuestras puertas.
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