HUGO SIMÓN
Domingo, 13 de febrero 2011, 02:19
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La prostitución callejera en Marbella tiene nombre propio. Nada que ver con los nombres de guerra utilizados por las profesionales del sexo para no revelar su identidad y añadir un componente exótico o sensual a su propuesta. Hablar de prostitución a pie de calle en la ciudad es hablar del puerto deportivo José Banús, la joya de la corona en materia turística y el enclave del municipio en el que se concentra prácticamente la totalidad de la oferta sexual en la vía pública.
Concretamente, en la calle posterior al muelle de Ribera, en la trastienda del escaparte de lujo que constituye el recinto náutico. La zona peatonal, atestada de bares, está marcada en rojo en el mapa de la prostitución de la ciudad, especialmente en temporada alta, cuando en el área de marcha nocturna se multiplican el número de meretrices.
Por otro lado, frente a la mala fama que nutre a los establecimientos de carretera, Marbella congrega un importante número de 'clubes de relax' para clientes con un poder adquisitivo medio-alto repartidos a lo largo de todo el municipio. Algunos de ellos, con una amplia experiencia y con renombre en varias provincias.
En barrios humildes
Aunque no todos son así. La oferta más modesta la completan otros establecimientos ubicados en varios de los barrios más humildes de la ciudad, como Las Albarizas, así como locales semiclandestinos en urbanizaciones de la parte alta del municipio, principalmente en Nueva Andalucía. En este caso, la práctica habitual consiste en alquilar chalés o viviendas que se convierten en establecimientos con un salón-bar y varias habitaciones donde se practica la prostitución.
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El escenario lo completan las profesionales del sexo que trabajan a domicilio, cuyos anuncios se encuentran a diario en cualquier medio de comunicación escrito o virtual, así como las 'escorts', acompañantes remuneradas cuyo fenómeno ha cobrado un importante auge en los últimos años.
En teoría, la contratación puede o no incluir sexo y los reclamos para este tipo de servicio suelen centrarse en el lujo, el glamour y los imponentes encantos físicos de las profesionales. Algunas destacan su condición de modelos. Estos atractivos, por supuesto, también redundan en las tarifas. En Marbella se ofrecen servicios de 'escorts' por 200 euros la media hora. El precio por una noche puede superar los 1.500 euros y, en el caso de un fin de semana completo, pueden oscilar entre los 3.500 y los 10.000 euros.
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Discotecas de lujo
El mapa de la prostitución en la ciudad se cierra en las discotecas de lujo. Sin anuncio ni reclamo, salvo la belleza y simpatía de la profesional, que se hace pasar por una joven que ha salido a divertirse. Cuando el hombre cree haberla conquistado, la propuesta de pasar la noche juntos llega siempre acompañada de una tarifa. En ocasiones de forma natural y en otras de manera solapada, bajo la excusa de la necesidad de atender un pago urgente. Es entonces cuando el supuesto conquistador, convertido ya en cliente, decide si hace frente al importe, generalmente elevado aunque sin llegar a los honorarios de una 'escort'. Esta práctica está muy extendida en la ciudad marbellí, lo que sugiere un alto grado de aceptación de las ofertas.
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