Un paisaje como una casa

Bernard Rudofsky (Moravia, 1895-Nueva York, 1988) fue siempre un utópico. De origen vienés, vivió en numerosos países pero pasó sus últimos días en Frigiliana, donde construyó su última gran obra, considerada la cumbre de su carrera de arquitecto. La Casa Rudofsky, a la que él le gustaba llamar simplemente 'La Casa', resume a la perfección su visión del urbanismo y de la vida. Construida sin alterar el entorno, sino adáptandose totalmente a él, es un ejemplo válido de cómo deberían haber sido y no son, los varios miles de viviendas que se construyeron posteriormente en las laderas próximas de la Axarquía.

La casa, construida en 1970 y que fue declarada ayer oficialmente como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento, por la Junta de Andalucía, después de que un grupo de arquitectos recogieran firmas para conseguir esta protección hace ya varios años, se conserva actualmente en un estado de semiabandono, después de que la viuda de Rudofsky se la vendiera a un matrimonio austriaco hace ahora cuatro años. Los nuevos dueños iniciaron una serie de reformas, que fueron paralizadas por la Junta, que hace unos meses autorizó la renovación de la instalación eléctrica y de los ventanales.

La singularidad del inmueble, situado en la zona de Los Cortijos de San Rafael, hoy día totalmente rodeado de enormes chalets y mansiones, reside en el respeto absoluto al paisaje rural y a sus alrededores, para lo que se conservó tanto la topografía abrupta como la vegetación original, que se insertaron en el paisaje con un mimetismo total. Así los pinos, algarrobos y encinas se mezclan con las columnas del porche, en una armonía muy particular. Se renunció de esta manera a los movimientos de tierras para manipular las cotas naturales o al diseño de jardines, tal y como por otro lado se ha hecho de manera habitual en el 'desbarajuste' urbanístico axárquico especialmente en los últimos diez años, y se limitó la intervención a senderos realizados con material cerámico artesanal.

Trayectoria

La casa refleja los objetivos de Rudofsky en el sentido de aprovechar el espacio al aire libre sin renunciar a la privacidad para lo que el autor difumina los límites de las estancias interiores e interpreta las zonas no construidas como expansiones naturales de la casa. Rudofsky fue arquitecto, crítico y escritor, con libros como 'Architecture without architects', además de coordinador de exposiciones en el MOMA de Nueva York, diseñador de ropa, fotógrafo, artista plástico y profesor de varias universidades de prestigio.