RAFAEL CORTÉS jrcortes@diariosur.es
Lunes, 3 de enero 2011, 02:46
Publicidad
Empezaron su aventura hace quince años como un grupo de rock con toques de soul y funk y ahora, con su cuarto trabajo discográfico en la calle, se han convertido en una de las apuestas más innovadoras del panorama nacional. 'Songs for Dysfunctional Lovers' es un disco que los miembros de Hermanas Sister definen como «un collage entre lo que haríamos normalmente en directo y las posibilidades de lo que puedes hacer en un estudio en términos de programar y 'samplers', intentando que todo parezca interpretado».
La cantante y compositora Anita Rowe y el guitarrista y productor Carlos Germade proceden de mundos artísticos muy diversos. Anita viene del funk y el soul, con unas preferencias que se centran en músicos como Chaka Khan, Parliament, Prince. aunque también confiesa su «adoración» por Blondie, Elvis Costello o The Pretenders. Por su parte, Germade se siente «muy influenciado por Zappa, Jimi Hendrix, Django Reindhart o Paco de Lucía». Una mezcla «extraña», tal y como confiesan los propios componentes de este atípico dúo, «pero desde que nos conocimos comprendimos que teníamos una conexión sorprendente viniendo de universos tan distintos».
Su última apuesta discográfica, 'Songs for Dysfunctional Lovers', está llena de ritmo inventado por estos dos creadores, que han colaborado con músicos como Coki Giménez y Santi Rapallo a las baterías; Francis Posé y Javier Herraiz a los contrabajos y Lorenzo Azcona al saxo. «Un lujo de músicos a los que les estamos profundamente agradecidos», dicen.
Y es que en este trabajo la banda malagueña Hermanas Sister se ha dejado llevar por sus propios gustos musicales, con lo que han pretendido «enriquecer la paleta de colores». Lo demuestran en once temas interpretados en inglés, llenos de funk y aderezados con la particular voz de Anita que presentarán en el Teatro Echegaray el 17 de febrero. Y es que lo que les gusta a estos dos músicos curtidos en el directo es «que la canción sea la excusa para ir al limite de la emoción que plantea. Vaya, que somos extremistas, musicalmente.», sentencian.
Publicidad
Hasta llegar a esa situación actual han publicado tres discos, en los que han demostrado su pasión por la investigación. Y es que, tal y como advierten, empezaron siendo un grupo de rock con toques de soul y funk, géneros a los que poco a poco han ido sumando influencias del jazz, el blues y el punk. No en vano, su primer disco fue 'The Punk Acid Jazz Experience' (1995), en el que ya mostraban su carta de intenciones en cuanto a su sonido. 'Peeling Walls' (1997) fue su segundo trabajo, al que siguió 'Little fishes in the big bad sea' (2000).
Sobre la evolución que los ha traído hasta la actualidad, aseguran: «En el anterior disco estábamos solos en directo con una voz y una guitarra. y en los anteriores esencialmente había una formación de bajo, batería y guitarra, así que nos apetecía trabajar con nuevos colores e instrumentaciones desarrollando esas ideas que nos rondaban y que nunca podíamos plasmar».
Publicidad
Además, cuando pensaron en el proyecto concluyeron que necesitaban tener su propio estudio. «Fue el desarrollo natural tras haber producido los discos anteriores en un gran estudio en Madrid (Musigrama) con muy buenos equipos pero sin el tiempo suficiente para poder plasmar lo que queríamos. El trabajo en este caso ha sido intenso, pero satisfactorio», para un disco que califican como «Low tempo dysfunctional acoustic funk».
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El mejor restaurante de comida sin gluten de España está en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.