Desmañados

Los tiempos no están para 'desmañados', la definición más suave de cuantas contempla la Real Academia Española para explicar la palabra 'torpe'. Se dice de quien está falto de maña, destreza y habilidad. Porque torpe es también, entre otras muchas cosas, quien es rudo, deshonesto, impúdico, lascivo, indecoroso, infame e incluso feo, que el término en cuestión es mucho más duro de lo que aparenta y para lo que lo solemos utilizar. Total, que 'Torpes' era el título inicial de este artículo, pero tras consultar el diccionario, me ha parecido excesivo para las fechas en las que estamos. Por eso he decidido titular 'desmañados', porque es la acepción más suave que nos deja el término 'torpe'.

Pues eso, a lo que me quería referir: hemos tenido en estos días claros y reiterados ejemplos de la falta de maña, destreza y habilidad de mucha gente y muy variada, a nivel nacional y local, porque los hay para todos los gustos. Ya me dirán ustedes, por mucho que quisieran hacer la puñeta (que la hicieron, ¡vaya si la hicieron!) si no fueron desmañados los controladores, que ahora están militarizados y nos tienen a todos en 'estado de alarma'. Si yo fuera controlador (¡ojalá!) estaría buscando al 'cerebro gris' que planeó la huelga salvaje para 'revestirlo' con brea y plumas.

Desmañado, quien decidió enviar una inspección de trabajo a la empresa que se negó a poner la valla gigante con la foto de María Gámez en su obra. Peor aún es cuando la Dirección de la Inspección de Trabajo dice que no lo hizo el día del veto: ya no les queda más remedio que abrir una investigación y depurar responsabilidades de algo que puede ser mucho más grave de lo que parecía a simple vista... Yo del PSOE cuidaría mucho las formas y las cosas porque no están los tiempos como para cabrear (más) al personal.

Finalmente, iluso de mí, acabo de tener una nada 'desmañada' idea para que haya una solución al problema de la apertura de comercios en días festivos: que abra quien quiera, y el que no que siga cerrado. Pero eso vale también para las grandes superficies y los centros comerciales. ¿Hasta cuándo vamos a seguir poniéndole puertas al campo?