Un guante de 250.000 euros

Es raro comprar un guante suelto, y más aún pagar un extra porque está usado, pero la lógica cotidiana pinta poco cuando se entra en el terreno del coleccionismo mitómano. Y, si esa mitomanía se refiere a Michael Jackson, la cosa suele salirse de madre con facilidad: 330.000 dólares (unos 250.000 euros) ha sido la puja final por un guante que el cantante lució en la mano derecha en algunos conciertos de la gira de 'Bad'. Se trata, por supuesto, de uno de esos inconfundibles guantes blancos con cristales Swarovski en el dorso, «una de las prendas más reconocidas en la historia de la cultura pop», según resumía en su catálogo la casa de subastas Julien's Auctions, que detallaba: «Es el número uno de los cuatro encargados para la Bad Tour y se cree que lo usó en la parte australiana de la gira».

La casa californiana ha celebrado este fin de semana una subasta dedicada a los mitos del cine y la canción, en la que se incluían más de cien artículos de Michael Jackson: había incluso un traje de cuero que lució en alguna ocasión su chimpancé Bubbles (8.500 euros pagó alguien por él) o un simple parche del cuerpo privado de bomberos de Neverland (500 euros). También se vendió una amplia colección de 'memorabilia' de los Beatles, como una casaca de aire militar que John Lennon se puso para una sesión de fotos con la revista 'Life' (180.000 euros). Otra prenda cotizada fue un jersey rojo de Elvis, que se puede ver sobre el cuerpo aún lozano del ídolo en la portada de uno de sus discos (68.000 euros).

Pero donde mejor se ve el alcance de la mitomanía es en las piezas más extravagantes, esas que, si fuesen nuestras y no de una celebridad, tiraríamos a la basura en la próxima limpieza de casa. Se subastaron, por ejemplo, dos botecitos de medicina vacíos de Marilyn Monroe (7.500 y 6.500 euros), el pasaporte de Rock Hudson de principios de los 50 (1.800 euros), una radiografía del cerebro de Albert Einstein (nada menos que 29.000 euros), una tarjeta de Navidad con mensaje impreso firmada por Diana de Gales y el príncipe Carlos (700 euros) o una carta en la que Frank Sinatra se quejaba del retraso en renovarle el carné de conducir (1.600 euros). El guante, por lo menos, te lo puedes poner.