
FRANCISCO GUTIÉRREZ fgutierrez@fdiariosur.es
Sábado, 27 de noviembre 2010, 02:31
Publicidad
Desde muy joven, siendo casi niño, Félix Revello de Toro tomó conciencia de que sólo con trabajo y perseverancia conseguiría sus objetivos. No fue fácil para un joven de provincias abrise camino en el complicado mundo del arte. Su talento innato pudo desarrollarse a fuerza de estudio, trabajo y sacrificio. Alejándose de su familia con 17 años, con estancias en Roma para ampliar sus estudios, con un traslado a Barcelona para hacerse cargo de una cátedra. Pero la enseñanza fue una actividad que le impedía su desarrollo pleno como pintor. Los reconocimientos que ha atesorado en estos años son solo una muestra de su grandeza como artista y de su sencillez como persona.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.