JUAN CANO
Miércoles, 10 de noviembre 2010, 09:45
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Aseguraban que un hombre se estaba paseando por la estación de autobuses mostrando sus genitales. El vigilante interceptó al individuo y lo retuvo hasta que llegó una pareja de policías, hombre y mujer. Hasta ahí, una intervención más. El colmo del disparate tuvo lugar unos minutos después. Cuando se disponían a identificarlo, el sospechoso supuestamente le tocó el trasero a la agente que lo detuvo.
El suceso ocurrió a las ocho de la tarde del domingo dentro del recinto de la terminal de autocares de la capital. Todo comenzó cuando dos jóvenes acudieron a la garita del vigilante de seguridad para alertar de que un hombre las estaba molestando. Según relataron a este periódico fuentes cercanas al caso, las chicas se encontraban en una taquilla para sacar unos billetes cuando, al parecer, el individuo se les acercó exhibiendo sus partes íntimas.
Minutos después, apareció otra mujer a la que le había sucedido algo similar cuando se disponía a coger un autobús. El encargado de la seguridad de la estación salió en busca del sospechoso y se cruzó con otra testigo, que le dijo que había visto al mismo sujeto intentando besar a una chica.
En unos minutos, el vigilante consiguió localizar al individuo. Vestía una sudadera y unos vaqueros, y al parecer presentaba signos de estar bajo la influencia de bebidas alcohólicas, según las mismas fuentes. Tras un pequeño forcejeo, logró inmovilizarlo y retenerlo hasta que llegara la policía, que venía en camino.
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Instantes más tarde, se presentó en la estación una unidad del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes se hicieron cargo del individuo y el vigilante continuó con su ronda, ya que había tenido noticias de que podía haber un segundo sujeto acompañando al sospechoso.
Cuando la patrulla se disponían a identificar al hombre, éste se revolvió y supuestamente le tocó el culo a la policía. Finalmente, lo redujeron entre ambos funcionarios y le leyeron los derechos por presunto atentado a agente de la autoridad. El detenido, que responde a las iniciales D. P., de 40 años y de nacionalidad rumana, fue puesto el lunes a disposición de la autoridad judicial.
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Segundo caso
Curiosamente, la estación de autobuses de Málaga fue escenario la semana pasada de otro suceso de similares características. Un hombre de origen marroquí fue detenido por presuntos abusos sexuales a una mujer de unos 50 años.
La intervención de dos taxistas que se encontraban próximos a donde se produjeron los hechos evitó que este individuo persistiera en sus pretensiones, lo que dio lugar a que una patrulla de la Policía Local acudiera a la zona y pudiera arrestar al sospechoso, que ofreció fuerte resistencia.
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