Un hotel con arraigo distinguido

Si sus viejas paredes pudieran hablar resonaría entre sus muros el eco de sangrientas batallas, acompañadas de alguna que otra leyenda de historia de amor con dramático final y fantasma incluido. El castillo de Monda atesora buena parte de la historia de este pueblo blanco ubicado en plena Sierra de las Nieves. De hecho, algunos historiadores apuntan a un origen romano. Pocos podían imaginar que más de un milenio después sus muros encerrarían un lugar con encanto destinado al descanso y tranquilidad de turistas.

Esta fortaleza lleva cinco siglos en manos privadas. Hace seis años la nueva propiedad puso en marcha un proyecto singular. Nació entonces el hotel Castillo de Monda, un coqueto lugar donde la historia y el turismo se dan la mano. El esfuerzo de esta familia por rehabilitar y mantener este legado histórico como alojamiento ha tenido ahora su recompensa en forma de premio. La Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España ha concedido a sus propietarios la Antena de Oro -galardón que se entrega a personalidades destacadas en todos los ámbitos- como reconocimiento a su labor de recuperación del patrimonio histórico nacional. «Como hotel, hoy es un monumento abierto al pueblo para su disfrute», destaca José María García Urbano, encargado de recoger el premio en nombre de su familia.

El hotel Castillo de Monda conserva la herencia histórica plasmada en algunas de sus torres que todavía se mantienen casi intactas y su posición estratégica con vistas que abarcan desde el Valle del Guadalhorce, hasta la bahía de Málaga -e, incluso, Sierra Nevada- le convierte en un excelente mirador.

«No es uno más»

Este pasado mágico que se respira en cada uno de sus rincones dotan a este lugar de una atmósfera única. «Estábamos seguros de qué era lo que queríamos hacer cuando emprendimos este proyecto. No queríamos un restaurante o un hotel más», dice García Urbano, que también es el candidato del PP a la Alcaldía esteponera.

Todo lo contrario. Su legado monumental, sus prestaciones de hotel de lujo y su espléndida ubicación -a medio camino entre Málaga y la Costa del Sol- conforman un conjunto de atractivos extraordinarios que atrae a miles de visitantes, algunos de ellos de renombre. «Llegan buscando algo distinto a la habitual oferta hotelera; algo más tranquilo», cuenta Mark Hollingshead, que desde hace un año es responsable de la dirección del hotel.

Hoy en día, el Castillo de Monda ha recuperado su imagen de esplendor de antaño a base de una decoración de estilo clásico donde los materiales nobles se mezclan con piezas rescatadas de anticuarios. La propiedad del hotel confía en que este prestigioso galardón sea un punto de inflexión para que su coqueto hotel -de 27 habitaciones- tenga mayor proyección. Las nuevas ideas pasan por poner en valor los restos arqueológicos que existen en las proximidades de la fortaleza para poder organizar rutas que muestren al visitante el legado patrimonial que todavía pervive en este pueblo. «Hay ruinas de casas del siglo XV y un silo», señala el director del hotel.

También la creación de un huerto ecológico para poner la guinda a su oferta y permitir degustar sus propios productos en la cocina tradicional y local que se elabora en los fogones del restaurante.