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Cercana. Ángela Molina, ayer, con los jóvenes que la coreaban en la alfombra roja. :: BERNARDO CORRAL
Ángela Molina, actriz y Premio Málaga SUR en 2002: «Sigo teniendo la misma ilusión que cuando era joven e inocente»
FESTIVAL DE MÁLAGA. CINE ESPAÑOL

Ángela Molina, actriz y Premio Málaga SUR en 2002: «Sigo teniendo la misma ilusión que cuando era joven e inocente»

Regresa al festival como jurado y protagonista de uno de los 'Encuentros con el Público'

MARINA MARTÍNEZ

Domingo, 18 de abril 2010, 03:40

No presume de nada Ángela Molina (Madrid, 1955), aunque tiene motivos para ello. Concha de Plata en San Sebastián, David de Donatello de la Academia italiana, Gran Premio de la Crítica de Nueva York... Sus reconocimientos traspasan fronteras. Como su carrera. La hija del cantante malagueño Antonio Molina ha trabajado tanto en Italia y Francia como en Latinoamérica. Y a las órdenes de grandes de la talla de Luis Buñuel, Pedro Almodóvar o Ridley Scott. Humilde como pocos, ahora prepara su vuelta a la música y regresa a la televisión con la serie de TVE-1 'Gran reserva'. Entre tanto, esta semana regresa a Málaga como jurado del Festival de Cine, que en 2002 le otorgaba su Premio Málaga.

-De nuevo en Málaga.

-Sí, hacía tiempo que no venía y me hace mucha ilusión. Además, volver como jurado es un orgullo.

-Y también protagoniza uno de los nuevos 'Encuentros con el público'. ¿Cómo lleva esa relación?

-El público y yo somos ya casi uno. Lo que más me motiva es la afinidad con las personas, es lo que más me interesa en la vida. Además, son encuentros en el Museo Picasso, que aunque no lo creas, no conozco, a pesar de que es un pintor que me encanta y que sigo descubriendo.

-Además, de la tierra, con la que usted tiene gran vinculación.

-Sí, yo no sería nada sin mi Málaga en la sangre.

-Y, viniendo de donde viene, ¿se planteó alguna vez no ser actriz?

-La vida es la que te dirige. Si te digo la verdad, sigo teniendo los mismos sentimientos y la misma ilusión que tenía cuando era joven e inocente. Uno va siguiendo el curso de la vida, y yo siento que soy la misma persona. Cuando hice mi primer trabajo, estudiaba danza y arte dramático en la Escuela Superior de Madrid. Entonces, hice la primera escena de mi vida y ahí me di cuenta de que era lo mío. Me dije: «Esto es lo que amo». Porque yo amaba mucho la danza, pero me faltaba algo. Y allí me sentí con la misma felicidad y libertad que un pez en el agua.

-No se arrepiente entonces.

-La verdad es que nunca he tenido tiempo de arrepentirme.

-Sólo hay que ver su currículum. Muchos años en los que también habrá visto una evolución. ¿Cómo ve el cine de hoy?

-Yo creo que el cine de hoy empieza mañana, es el cine que va naciendo, el que hay que alentar. Y aquí el festival tiene mucho que decir. Es un lugar fantástico en el que se reúnen tanto veteranos como jóvenes.

-Precisamente, usted se caracteriza por apoyar a esos jóvenes.

-Sí, yo hago muchísimo cine de autor con gente joven porque me interesan mucho los guiones que se nota que han sido paridos con verdadera ilusión y talento.

-Como cuando Luis Buñuel le dio una oportunidad...

-Bueno, aquello fue enorme. Es que aparte de un genio, era una gran persona, y esa edad encontrar a alguien que te apoye es fundamental.

-¿No habría sido lo mismo entonces sin aquel empujón?

-Claro que no. Nada es lo mismo sin nadie, todos formamos parte de algo y todos somos importantes al mismo nivel. Es algo misterioso.

-Como el destino, ¿cree en él?

-Creo en las personas (risas).

-Y usted disfruta mucho de ellas.

-Es que como te decía antes, me motivan mucho.

-Le habrá ayudado trabajar con grandes figuras.

-Sí, me siento muy afortunada por haber trabajado con cineastas a los que admiro muchísimo y compañeros a los que he podido tratar de tú a tú y eso ha sido fundamental para mí. Además, yo intento que cada trabajo sea algo que a mí como espectadora me emocionara.

-¿Es espectadora habitual?

-De siempre lo he sido, incluso antes de dedicarme a esto. Con apenas doce años, ya me cogía mi pan y mi chocolate y me iba al cine del barrio, en Argüelles. Se me transformaba el mundo con aquellas imágenes.

- ¿Y sigue sintiendo aquella ilusión?

-Sí. Aunque hay momentos para todo, el trabajo no siempre es fácil.

-Y eso que no se cierra a nada: cine, teatro, música, ahora vuelve a la televisión...

-No (risas), es que en realidad todo es el mismo oficio. Y siempre va a acompañarme.

-¿Ha cumplido las expectativas?

-Bueno, a mí no me gustan las palabras mayores. Simplemente me gusta trabajar y disfruto con ello. No hago cosas por un motivo, me dejo llevar por la ilusión.

-¿Y la música? ¿Qué papel juega en su vida?

-La adoro, es mi cuna, forma parte de mí. Si no duermo, estoy cantando, es algo que he mamado. Dentro de poco seguramente vuelva a cantar en un escenario, estoy preparando un espectáculo para el teatro.

-Pescadora de coplas, como su padre, Antonio Molina.

-Me encantaría (sonríe), así lo tendría más cerca todavía de lo que lo siento. Porque era un luchador que celebraba la vida con los demás. Una persona muy generosa a la que admiro enormemente. Además, vivía su arte de manera absolutamente humilde, decía que su voz era natural, que no tenía ningún mérito.

-¿Qué cree que pensaría al ver por dónde va la saga?

-Uy, sin duda estaría muy orgulloso y feliz de que sus hijos y sus nietos hayan seguido su camino.

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