Jorge Martínez, portero del Antequera 2010: «El hecho de que la gente apostara por nosotros quiere decir mucho»

Con la perspectiva que dan veinticuatro horas, el portero del Antequera 2010, Jorge Martínez, uno de los hombres con más peso en el equipo, atiende a SUR con la amabilidad y tranquilidad que lo caracterizan. El jueves terminó muy afectado tras la derrota ante el Reyno, pero ha tardado muy poco en cambiar el 'chip', buscar el lado positivo y hasta plantearse nuevos retos.

-¿Cómo se encuentra de ánimo?

-Bien. Acabé muy tocado porque teníamos ilusión y por las expectativas que se habían creado en la ciudad. Llegamos muy bien y creo que nos merecíamos una alegria importante por el año que llevamos, pero ellos fueron mejores y hay que reconocerlo. La verdad es que me he levantado con mucho mejor ánimo.

-¿Es el golpe deportivo más duro de su vida?

-No, qué va. Hay que relativizar las cosas. Sabíamos que ellos tenían más experiencia que nosotros, que cuentan con una gran plantilla y que podíamos perder. El equipo dio la cara hasta el final y pudimos ganar. Creo que de todo se aprende y fue un encuentro para aprender.

-¿Cómo se recupera un jugador de un golpe así?

-Relativizando las cosas y mirando el calendario. He visto que es muy bueno y que podemos hacer cosas importante, incluso aspirar a obtener las mejores puntuación y clasficación de nuestra historia. Ahora esa es mi ilusión.

-¿En qué momento sintió que se podía estropear la fiesta?

-En ninguno. Sólo al final, porque aun cuando nos empataron pensé que ganaríamos. Quizás lo vi imposible cuando se pusieron dos arriba a falta de un minuto y con la posesión del balón.

-¿Qué se hizo mal?

-En defensa no estuvimos como acostumbramos, no llegábamos a tiempo en las ayudas. Mindegía penetraba por el centro con demasiada facilidad... Además, este equipo no puede jugar a marcadores altos..

-¿Cree que el partido estuvo controlado en algún momento?

-El primer tiempo lo jugamos bastante bien, pero nunca tuve la sensación de tenerlo controlado ni ganado. Estaba con la mosca detrás de la oreja porque sabemos, por experiencia, que los partidos son muy largos.

-¿Hubo exceso de confianza?

-No. Nosotros no tenemos tranquilidad para confiar en la victoria aunque vayamos ganando por cinco goles y todo el mundo sabía que ellos eran un gran equipo. Es cierto que en el ambiente se daba por hecho que ganaríamos. Pero, sinceramente, creo que conseguir que la gente pensara que íbamos a ganar es muy importante y quiere decir mucho para un equipo modesto como el nuestro.

-¿Cómo pudo influir la victoria del sábado anterior ante el mismo rival?

-A nosotros no nos perjudicó, pero a ellos les sirvió para venir con más fuerza.

-¿Siente que no se ha mejorado en saber jugar los últimos minutos?

-Está claro que ese es nuestro gran hándicap, junto con el contraataque. Tendremos que seguir trabajando en ello. Yo pienso que a base de jugar partidos de este tipo acabas aprendiendo.

-¿Realmente se puede trabajar esa faceta?

-No lo sé. Es que, claro, puedes trabajar muchas situaciones de partido, pero el partido es otra historia, puedes tener miedo a ganar o a perder, ves que la victoria está cerca y el tiempo no pasa... Estas cosas se aprenden con el tiempo.

-¿Qué ha comentado con sus compañeros desde que acabó el choque?

-Hablando con Matías Schulz decíamos que hay que relativizar las cosas. Se ha conseguido algo grande, que es que la gente confiara en nosotros. Ahora queda una buena temporada por delante.

-¿Qué le pareció el aspecto del Argüelles el jueves?

-Tremendo. Ya me lo imaginaba, pero hasta que no lo vives en la pista... Es espectacular. Tenemos una afición increíble. Que se viva la Copa así hace disfrutar a los jugadores. Si hay algo que nos dolió fue no darle a la afición la alegría de jugar la semifinal contra el Barcelona. Pero creo que aquí se van a vivir muchos más partidos de estos en un futuro. Hay que mantener viva esta ilusión como sea.

-¿Siente que han decepcionado a la afición?

-No, porque dimos el máximo y pudimos ganar. Sé que la gente está muy orgullosa del equipo. Esta mañana, paseando por la calle, todo el mundo me daba mucho ánimo y me decía que se lo había pasado genial viendo el partido.