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MERCEDES PERIÁÑEZ
Martes, 9 de marzo 2010, 02:54
Grietas, muros caídos, casas a punto de desmoronarse y vecinos sin poder salir de sus casas por el corte de los caminos rurales. La lluvia ha castigado con fuerza a la zona más occidental de la provincia. Vecinos de Manilva y Estepona contemplan este escenario desde el pasado domingo. En total, una treintena de familias están desalojadas y otras tantas incomunicadas. En la localidad manilveña 23 familias de la urbanización Monte Viñas y Las Higueras siguen fuera de sus casas a consecuencia de los desprendimientos de tierra causados por la intensa lluvia registrada durante los últimos meses.
«Se les ha caído el techo, cuatro están muy afectadas y cinco tienen grietas menores», dijo el concejal de Urbanismo, Salvador Zotano, en relación a las viviendas de Las Higueras. Los inmuebles de Monte Viñas corren riesgo de derrumbe, ya que se está deslizando una lengua de tierra de 800 metros a una velocidad de tres centímetros por hora. Esto podría ocasionar el hundimiento de las viviendas en el caso de que se sigan registrando precipitaciones. «No sabemos de dónde viene esta lengua de tierra ni dónde va; lo que queremos es arreglar el problema», confesó ayer la alcaldesa de la localidad, Antonia Muñoz.
Los vecinos afectados permanecen reubicados en unos apartamentos propiedad del Ayuntamiento. Los técnicos se encargan en estos momentos de realizar los estudios geotécnicos que determinarán el estado de la zona y de los inmuebles. Por el momento, los afectados desconocen cuándo volverán a sus viviendas.
En Estepona, la Policía Local desalojó ayer a ocho familias de la urbanización Forest Hills por el hundimiento de varias calzadas y el peligro de que las viviendas sufrieran daños. Los afectados se alojarán en viviendas de familiares. Los agentes vigilaban desde ayer la zona para evitar que se produzcan robos en el interior de las viviendas, según anunció la edil de Agricultura, Carmen Ocaña.
Estos vecinos no pueden volver a sus casas; mientras una treintena de familias del municipio no pueden salir de las suyas. Los afectados -residentes en La Madroña y La Cala Alta- permanecen incomunicados como consecuencia del cierre al tráfico de los caminos rurales, que han quedado impracticables. A última hora de la tarde sólo el camino del Nicio estaba cortado, aunque a primera hora de la mañana de ayer había 17 carriles afectados. Las máquinas trabajarán hoy para intentar tapar el corrimiento de tierra que impide a estos últimos vecinos circular con sus vehículos.
Daños millonarios
Con este escenario, las administraciones locales hacían los primeros cálculos de las pérdidas provocadas por la lluvia. Manilva las cuantificaba en casi cinco millones de euros. Estepona, cifraba los daños ocasionados en los caminos rurales en unos 800.000 euros.
La delegada del gobierno andaluz en Málaga, María Gámez, visitó ayer ambos municipios para comprobar los daños provocados por la lluvia. Gámez mostró a los responsables municipales el apoyo y la colaboración del Gobierno andaluz para solventar los problemas más urgentes e indicó que habrá que esperar a que desaparezcan las lluvias para poder hacer una evaluación de los daños ocasionados en la provincia.
Con todo, la delegada del Gobierno destacó la «buena disposición» del Gobierno central para apoyar a Málaga y a Andalucía en los daños causados por los temporales de los tres últimos meses.
Los daños no se produjeron sólo en la parte más occidental de la provincia. También en Casarabonela y Torremolinos se han producido graves problemas. En Casarabonela, una montaña de rocas sepultó parte de tres viviendas en pleno casco urbano. Varias carreteras del Valle del Guadalhorce permanecen cortadas.
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