F. GUTIÉRREZ
Domingo, 21 de febrero 2010, 03:50
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Los trabajos en el Teatro Romano no se pueden dar por concluidos. De hecho, cuando se está a la espera de que el monumento pueda abrirse al público, las excavaciones arqueológicas se mantienen en algunos puntos del perímetro. Y siguen arrojando datos interesantes sobre el periodo de construcción de esta gran infraestructura lúdica de la ciudad y los usos que le dieron los malagueños de entonces. Augusto, primer emperador romano, ordenó levantar este edificio, entre los siglos I antes de Cristo y I después de Cristo, sobre construcciones republicanas anteriores, que a su vez ya habían reutilizado unas antiguas termas, que todavía se pueden ver en la parte más próxima a la entrada a la Alcazaba. Las últimas excavaciones vienen a corroborar esta hipótesis de una construcción anterior en el periodo de la Roma republicana. Además, se ha ampliado el conocimiento sobre el sistema de cloacas que utilizaron los constructores para permitir la evacuación de las aguas pluviales. Finalmente estas últimas excavaciones han encontrado restos de ánforas, una nueva evidencia del uso industrial de este espacio una vez se abandonó el teatro.
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