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Las universidades andaluzas quieren explorar un modelo educativo exitoso, la formación dual, que tan buenos resultados está dando en el caso de la Formación Profesional (inserción laboral de un cien por cien entre los alumnos). La Consejería de Universidad, Investigación e innovación ya ha presentado ... a las universidades públicas andaluzas el proyecto de decreto que ordenará las enseñanzas universitarias en Andalucía y en el que se regulará esta nueva modalidad dual, tanto para los grados como para los másteres.
La enseñanza dual o en alternancia, que cada vez está más implantada en la Formación Profesional, se caracteriza porque el aprendizaje se realiza tanto en los centros docentes como en empresas cuya actividad está relacionada con el perfil profesional. Es un modelo de éxito, importado de Alemania y los países nórdicos, que se comenzó a implantar en España en el curso 2013/14 y que está teniendo un gran éxito. De esta manera, la nueva ley de FP, que comenzará a aplicarse en el curso 2024/25, prevé que toda la FP sea en la modalidad dual, con formación obligatoria en las empresas, aunque con un modelo general, en el que la empresa asume entre un 25 y un 35% de la formación, y el dual intensivo, en el que la empresa tendrá un mayor protagonismo con hasta el 50% de los conocimientos. La nueva ley laboral contempla incluso el contrato en alternancia para que los estudiantes coticen a la Seguridad Social, con bonificaciones del cien por cien.
Los grados y másteres universitarios se sitúan en estos mismos márgenes previstos para la FP y ese mismo modelo de relación laboral: Los grados y másteres con mención dual contemplan la posibilidad de que el estudiantado compatibilice su proceso formativo con una actividad retribuida en una empresa o institución mediante un contrato de formación en alternancia, de acuerdo con la ley laboral. De acuerdo con la normativa, el porcentaje de créditos que se podrán desarrollar en la empresa o entidad empleadora oscilará entre un mínimo del 20% y un máximo del 40% en el caso de los grados y entre el 25 y el 50% en los másteres.
Como sucede en la Formación Profesional, el desarrollo de este modelo requiere de la firma de acuerdos o convenios con empresas, entidades y administraciones en las que los estudiantes puedan realizar parte de su formación. Este convenio de colaboración definirá con carácter previo las competencias y conocimientos que se pretenden alcanzar de forma complementaria mediante la actividad laboral. Dicho convenio tendrá que recoger un plan formativo para el alumnado que contendrá su itinerario de cualificación laboral, los mecanismos de tutoría y supervisión y los sistemas de evaluación.
El vicerrector de Estudios de la Universidad de Málaga, Ernesto Pimentel, considera que la propuesta de grados y másteres en modalidad dual es una apuesta «interesante», aunque añade que será «difícilmente generalizable». La formación dual no es algo nuevo para la UMA. De hecho, confiesa el vicerrector que la UMA «había estado intentando apostar por esta modalidad formativa, pero hasta ahora nos hemos encontrado algunas dificultades porque no existía legislación al respecto, ni la agencia de acreditación andaluza desplegado aún los protocolos específicos».
A pesar de estas dificultades, la UMA junto con otras universidades andaluzas (Granada, Almería e Internacional) acreditó hace un par de años un máster de formación dual (o formación en alternancia), que ahora está en proceso de modificación para adecuarse a la legislación.
Para el vicerrector de Estudios de la UMA, es una propuesta que «difícilmente podrá ser generalizable», dado que es necesario contar con la colaboración de entidades (empresas, instituciones o administración) que reciban a estudiantes y con capacidad de formación. «No se trata de tener prácticas externas más extensas en el tiempo, sino de propiciar una formación 'in situ'», apunta.
Además, en aquellos casos donde se desee optar por incluir una mención dual («que siempre tendrá que tener una alternativa no dual», puntualiza el vicerrector) necesitará pasar por un proceso de acreditación de la agencia correspondiente.
La Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (ACCUA), de reciente creación, será la responsable de constatar que se puede otorgar esa consideración de dual. La Consejería entiende, como han expresado las universidades, que no todos los grados y másteres podrán adaptarse a este modelo dual, que además tendría una implantación progresiva.
Tampoco hay que confundir la formación universitaria dual con las prácticas académicas externas que se contemplan en los actuales planes de estudios. Estas prácticas pueden ser curriculares o extracurriculares. Las primeras son aquellas que se configuran como actividades académicas integrantes del plan de estudios de que se trate. Tienen así la consideración de una asignatura más, que hay que superar para obtener el título, por lo que no tienen remuneración económica, ni alta en el régimen general de la Seguridad Social.
Las extracurriculares son aquellas que los estudiantes pueden realizar con carácter voluntario, durante su periodo de formación y que, aún teniendo los mismo fines que las prácticas curriculares, no forman parte del correspondiente plan de estudios. Pueden desarrollarse en cualquier momento del año, con una duración de entre 2 y 9 meses y están remuneradas con un mínimo de 360€ y es obligatoria el alta del estudiante en la Seguridad Social.
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