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En estas fechas, lo habitual hasta ahora había sido que el consejo social de la UMA aprobara las cuentas del año siguiente. En esta ocasión ... no ha sido así. El equipo saliente, con José Ángel Narváez al frente, ha querido dejar las manos libres al nuevo rector para que elabore sus propias cuentas.
De esta manera, el actual rector en funciones, José Ángel Narváez, ha resuelto la prórroga automática de los presupuestos de 2023, a la espera de que el nuevo equipo económico pueda elaborar las cuentas correspondientes a 2024. El consejo social aprobó esta prórroga en su reunión del pasado día 14. Pero ha introducido una serie de reducciones, para adaptar esta prórroga a la situación económica de la UMA. De esta manera, Teo López contará con 14 millones menos (312 millones).
El presupuesto para 2023 ha sido de 326 millones de euros. Los costes de personal (capítulo I del presupuesto) han alcanzando los 200 millones de euros, un 4% más que en 2022. Entre los gastos corrientes, el coste de la energía es el que ha registrado un mayor incremento, más de 6 millones, elevando la factura de la luz a unos 9 millones en este 2023. Además, para este presupuesto de 2023 la Universidad de Málaga ha tenido que solicitar a la Consejería de Hacienda autorización de endeudamiento por importe de 24,8 millones de euros, motivada por la necesidad de cubrir el incremento de los gastos por causas ajenas a la Universidad, que no viene acompañado de un incremento de financiación suficiente y al no disponer de remanentes de tesorería de libre disposición.
Pese a esta previsión presupuestaria, el pasado mes de noviembre el consejo social de la UMA (que tiene entre sus competencias aprobar los presupuestos y controlar la gestión económica) aprobó en una sesión extraordinaria un ajuste presupuestario por importe de 2,6 millones de euros para cuadrar las cuentas y que no peligrara el abono de los salarios de los empleados.
Esta es la delicada situación a la que tiene que hacer frente la nueva gerente de la UMA, Rosario Gómez García, que ya está trabajando con el rector en la definición de las líneas maestras del presupuesto con el que poder trabajar los diferentes vicerrectorados. Sin poder dar fechas para su aprobación, desde el entorno del rector se asegura que contar con un nuevo presupuesto «tendrá prioridad máxima».
La nueva gerente tiene por delante el importante reto de sanear las finanzas de la UMA, que acumula una elevada deuda. La situación financiera ha llevado a la suspensión del último plan plurianual de inversiones. Asimismo, tendrá que conseguir el dinero suficiente para seguir adelante con las construcciones en marcha, como la ampliación de la Facultad de Filosofía y Letras y la construcción de la nueva de Turismo, obras que siguen en ejecución pero a un ritmo más lento del previsto. También se encontrará un nuevo edificio del Rectorado, terminado, pero cerrado ya tres años porque no hay dinero para el equipamiento.
En este sentido, el rector electo se propone desarrollar una política presupuestaria basada ante todo en la sostenibilidad financiera en el marco de la estabilidad presupuestaria. En esa línea, se propone revisar el modelo de financiación de centros y departamentos para adecuarlo a las necesidades en tiempo real y singularidades de cada uno de ellos, teniendo en cuenta su contribución a los objetivos estratégicos de la universidad.
También prevé impulsar nuevos planes de ahorro y eficiencia en el gasto corriente de bienes y servicios, y volver a implantar un sistema de compras centralizadas, así como revisar los contratos de suministros en los campus de la UMA.
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