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Después de muchos años, Marcos Fajardo ha vuelto a la escuela en la que pasó muy buenos momentos y en la que empezó a idear el software para animación y efectos visuales que hoy utilizan las grandes compañías de cine en sus superproducciones, de 'Graviy' ... a 'Iron Man', pasando por series como 'Juego de tronos' anuncios y videoclips. Después de levantar con esfuerzo su compañía, Solid Angle, la vendió en 2017 a la multinacional Autodesk (responsable, entre otros, del famoso Autocad que se utiliza en arquitectura). Trabajó unos años más para esta empresa, y ahora se ha dado un año sabático para estudiar astronomía. Fajardo ha fijado en las estrellas y el universo su próximo objetivo para simular imágenes en movimiento.
–Ha vuelto, después de muchos años, a la que fue su universidad, ¿qué siente?
–Pues alegría y nostalgia. Pasé muy buenos momentos con amigos y profesores, tratando de aprender. Había profesores muy exigentes, otros muy majos. En fin, muy buenos recuerdos.
–Con la distancia y el tiempo que ha pasado, ¿cómo valora la formación que recibió aquí?
–La verdad es que aprendí mucho. Ya entonces teníamos profesores muy capacitados y muy punteros, así que creo que habrá mejorado respecto a cuando yo estudié. La universidad pública, y en general la educación pública en España, funciona.
–Su trabajo le ha sido reconocido con premios de la Academia de Cine Española, un Oscar de Hollywood y fue nombrado Malagueño del Año. Y eso que en España no somos muy dados a reconocer a los mejores...
–Me siento muy orgulloso de que me hayan reconocido mi trabajo, sobre todo en mi tierra. He estado más de 20 años trabajando en esta tecnología y al principio nadie me hacía caso. El reconocimiento me vino de fuera, de Estados Unidos, y después en España. Pero bueno, me siento muy agradecido.
–El software por el que fue premiado, Arnold, que utilizan ahora grandes estudios para hacer sus efectos especiales en 3D, creo que comenzó a idearlo en estas mismas aulas...
–Más o menos... Estaba estudiando Informática y por las noches me hartaba de leer libros y artículos sobre esta tecnología, el 3D. En la universidad no nos lo enseñaban, así que fui un poco autodidacta. Pasaba las noches enteras leyendo, así que ¡me perdía las primeras clases! Cuando salí de la Universidad, en 1997, empecé a escribir el código.
–¿Qué le impulsó a introducirse en esta tecnología?
–En la universidad te enseñan un poco de todo, matemáticas, física, electrónica. Pero a veces de forma muy árida, que no te engancha. Sucedía como en otras muchas cosas de la vida, cuando encuentras a lo que haces o a lo que estudias una aplicación práctica todo cobra mucho más sentido, te interesa y te motivas. Así es como descubrí el 3D, una parte de la informática que unía y daba sentido práctico a todas esas materias que nos hacían estudiar. Los gráficos por ordenador son muy visuales, ves lo que estás estudiando y trabajando, porque son imágenes en animación.
–Usted se marchó a trabajar a Estados Unidos. ¿Qué le ofrecía este país que no tenía en España?
–Precisamente, trabajo. Primero pasé un tiempo en Reino Unido. La tecnología que yo estaba desarrollando no tenía cabida en España, no había empresas que la pusieran en práctica. Trabajé en la Universidad del Sur de California y luego llegué a Sony Pictures. Poco a poco fui montando un equipo con el que mejoró el software de Arnold. Con Sony conseguí un contrato muy ventajoso, les vendí la licencia de uso de mi software para sus películas, pero me quedé con su propiedad intelectual, un software que fui mejorando gracias también a lo que me pagaba Sony.
–De su contacto con la industria de Estados Unidos, sinceramente, ¿Málaga suena como ciudad tecnológica?
–Si le soy sincero, muy poco, por no decir nada. España es en general una gran desconocida en Estados Unidos. Se nos confunde con mejicanos o latinos.
–Pero Google ha elegido Málaga como sede de su centro de ciberseguridad para Europa. ¿Le ha sorprendido esta decisión?
–La verdad es que lo que me extraña es que no hayan venido antes. En Málaga hay mucho talento. Tenemos unas escuelas de ingeniería muy potentes, el Parque Tecnológico, una situación privilegiada, buen clima y un aeropuerto internacional. Creo que no había mejor elección.
–¿Cómo ve el futuro de la Málaga tecnológica?
–Estoy muy sorprendido. Hacía tiempo que no venía por aquí, y Málaga se está moviendo mucho. Al PTA llegan empresas muy potentes, creo que en parte porque siempre ha contado con el respaldo de todas las administraciones. Presiento que va a dar un salto cualitativo importante.
–Participa en el congreso nacional de informática, una disciplina que no para de dar sorpresas, ¿qué futuro nos espera?
–El desarrollo no va a parar, porque el intelecto humano no deja de crear y de inventar. Conforme mejora la tecnología contamos con herramientas más potentes que nos permiten hacer cosas y resolver problemas en menor tiempo. Las máquinas son cada vez más rápidas, pero no más inteligentes. Lo que pasa es que llegará un momento en que serán tan rápidas, que nos parecerán inteligentes.
–En una mesa redonda se ha abordado la escasa presencia de la mujer en las tecnologías. ¿Cuál es su diagnóstico?
–La mujer está presente en la tecnología, el problema es en qué número. Es cierto que los hombres son mayoría. Cuando yo he tenido que contratar no me he fijado en el sexo, lo que me importaba era si es capaz de generar ideas y ofrecer soluciones.
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