Solo algunas ingenierías y grados de Filosofía y Letras de la UMA han quedado con plazas libres

El director de la Escuela de Ingenierías Industriales, Alejandro Rodríguez, reconoce que, si bien es cierto que no se han llegado a cubrir todas las plazas, «es evidente que los títulos de ingeniería de la rama industrial de la Escuela tienen una alta demanda e incluso los datos de matrícula de estudiantes de nuevo acceso han mejorado respecto al año anterior». Además, considera que la escuela de Málaga arroja mejores datos comparativos. «Mientras que a nivel nacional el número de matriculados en Ingeniería y Arquitectura ha caído más de un 25% en los últimos 10 años, en nuestra Escuela se mantienen las matriculaciones e, incluso, se han visto incrementadas en el último año».

La Facultad de Filosofía y Letras es otro de los centros que no ha completado todas sus plazas. Es el centro de la UMA con más titulaciones, diez, y oferta de plazas, 910 en total. Sin embargo, su decano, Juan Antonio Perles, destaca que este curso se ha conseguido frenar la tendencia descendente, sostenida en los últimos años, y se han registrado más matriculaciones que el curso pasado: 806 frente a 778 el anterior.

Filosofía y Letras es el primer centro de la UMA que ha elaborado un plan estratégico, en que se ha trabajado en los dos últimos cursos y han intervenido desde el equipo rectoral al resto de miembros de la comunidad del centro. Este plan estratégico aborda tres áreas: ordenación académica e internacionalización; investigación y transferencia; y comunicación, cultura y empleabilidad, con sus líneas de investigación respectivas.

Perles comenta que, si bien otras universidades han tomado decisiones drásticas, como la supresión de títulos, aquí se mantiene la oferta. «Las Humanidades no están en declive en la UMA», afirma. Perles comenta que una de las causas que pueden explicar este descenso de matriculaciones es que este curso no se han podido realizar las charlas orientadoras que se realizaban por los institutos, y que dieron resultados muy positivos en titulaciones como Filología Clásica. En el caso de Geografía y Gestión de Territorio, reconoce que «necesita un reenfoque», pues sigue la tendencia descendente que se da a nivel nacional. «Es un título que se está reconvirtiendo, en algunas universidades se han aliado con Turismo, en otras con Ciencias Ambientales», apunta.

Son estas nuevas 'alianzas' con otros títulos las que se podrían convertir en parte de la solución a la falta de demanda. Y pone como ejemplo los excelentes resultados que está dando el doble grado de Estudios Ingleses y Educación Primaria. «Con Geografía tendremos que plantear alianzas parecidas, por ejemplo con Ciencias Ambientales, o volver al diseño de Geografía e Historia, que puede ser una titulación muy interesante para los que quieran dedicarse a la docencia», señala.

La pandemia ha frenado la puesta en marcha de este plan estratégico. Además, están pendientes de importantes obras en infraestructuras: la primera fase de las obras de ampliación está prevista para este mismo curso, con 5,5 millones de inversión. En una segunda fase se acometerá la construcción de una nueva biblioteca, de tres plantas más sótano y con 3.000 metros cuadrados. Finalmente, se intervendrá sobre todas las fachadas para dar a la facultad un aspecto más moderno.

El director de la Escuela de Ingenierías Industriales considera necesario hacer una reflexión de la oferta. «Estudios del Ministerio establecen una correlación entre las notas de corte y las tasas de éxito y rendimiento de los estudiantes. Las notas de acceso de la mayor parte de los estudiantes de la Escuela son adecuadas y aunque la motivación puede compensar en gran parte alguna desviación, las tasas de abandono son importantes y esto supone un sobreesfuerzo al sistema, a los estudiantes y a las familias que debiera tenerse muy presente».

Alejandro Rodríguez no olvida la dificultad de los estudios de las ingenierías: «puede suponer un factor condicionante a la hora de la elección de los estudios de ingeniería y puede ser uno de los factores que respondan a esta caída en el interés de dichos estudios, pero la alta demanda de profesionales en el sector tecnológico debiera transformar esta percepción de exigencia académica en una inversión de futuro».