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La Universidad de Málaga ha aprobado un ajuste presupuestario para este año de 14 millones, la mitad de la deuda que acumula. Pero este ajuste equivale al incremento de los gastos de personal, en la misma cantidad, por lo que el recorte se ha centrado ... en las inversiones. La UMA afronta así un año de 'sequía' en construcciones y nuevas infraestructuras: la inversión prevista pasa de 18,72 millones en el presupuesto de 2023 a solo 3,5 millones en el de 2024. Por su parte, los gastos de personal, consecuencia de los sucesivos incrementos de sueldo de los funcionarios aprobados por el Gobierno, suben más de 14 millones de un año para otro, hasta los 214,57 millones.
El importante ajuste presupuestario presentado por el equipo de Teo López (que ha renunciado a realizar unos nuevos presupuestos y ha prorrogado los de 2023 con una modificación) se ha centrado fundamentalmente en las inversiones reales y en los gastos corrientes. También se prevé incrementar los ingresos, vía tasas y transferencias corrientes.
En el capítulo de gastos, el importe más elevado del presupuesto corresponde al personal. Incorporando los incrementos salariales fijos esperados del 2% y variables del 0,5% (asociado a la evolución del IPC armonizado), así como el aumento de las bases máximas de cotización para 2024, resultaría una cifra de costes de personal para el presente ejercicio de algo más de 214 millones de euros.
El presupuesto es muy ambicioso en cuanto a la contención en los gastos corrientes (luz, agua, suministros), con un ahorro respecto a 2023 de casi 8 millones de euros, poniendo énfasis en ahorros ligados a la eficiencia energética en los suministros de energía. En tercer lugar, los recortes presupuestarios afectan a las inversiones reales en construcciones e infraestructuras, para las que están previstas solo 3,5 millones de euros, frente a los 18,7 del ejercicio anterior. La Universidad reduce esta partida a la ejecución de las obras previstas, la nueva facultad de Turismo y la ampliación de Filosofía y Letras.
Los recortes presupuestarios y dificultades que afronta el nuevo equipo de gobierno de la UMA contrastan con las inversiones millonarias anunciadas por otros rectores que, como el de Málaga, inician su mandato. Es el caso de Granada, que acaba de aprobar un presupuesto de 582 millones, con un incremento del 3% (la UMA lo ha tenido que reducir en más de un 4%). Su recién elegido rector, Pedro Mercado, ha presentado un plan de inversiones de más de cien millones de euros a desarrollar durante sus seis años de mandato. Entre otras infraestructuras, Granada contará con un nuevo edificio para las escuelas de Informática y Telecomunicaciones, una nueva facultad de Odontología y la rehabilitación de la antigua comisaría de calle Duquesa para ampliación de aulas de Derecho y Traductores. Por su parte, el rector de la Universidad de Cádiz, Casimiro Mantell, pretende rehabilitar el histórico edificio de Valcárcel para trasladar la Facultad de Ciencias de la Educación desde Puerto Real a la capital gaditana. El proyecto tiene un coste superior a los 40 millones y el presidente andaluz, Juanma Moreno, prometió una ayuda de 30 millones por parte de la Junta. También la Universidad de Almería cuenta con nuevo rector, José Céspedes. La UAL ha incrementado su presupuesto un 3%, hasta los 120 millones de euros y tiene entre sus principales objetivos levantar un nuevo edificio para los estudios de Medicina junto al hospital de Torrecárdenas, en una parcela ya cedida por el Ayuntamiento de la ciudad.
«Los gastos en inversiones reales se reducirán al máximo, a la espera de que el Estado y/o la Junta de Andalucía desarrollen un plan plurianual de inversiones y se empiece a aplicar lo establecido en la Ley Orgánica 2/2023, de 22 de marzo, del Sistema Universitario en relación con las inversiones reales y el mantenimiento de las infraestructuras de las universidades, así como con las obras necesarias para la sostenibilidad energética de los campus universitarios», señala el documento de directrices presupuestarias.
En el capítulo de ingresos, el presupuesto de 2024 prevé un aumento en los ingresos por tasas, precios públicos y otros ingresos, en particular en los ingresos relacionados con las tarifas por prestación de servicios y contratos. Asimismo, se prevén unos mayores ingresos por ingresos patrimoniales derivados de intereses de cuentas bancarias y alquiler de espacios de la Universidad de Málaga.
La parte más importante de ingresos corresponde a las transferencias corrientes y de capital por parte de la Junta de Andalucía, con cargo a los presupuestos de la comunidad. La Universidad de Málaga recibirá en 2024 un total de 204.256.293 euros de forma individualizada y participará en el reparto de otros 260.440.492 euros con el resto de universidades andaluzas. En este sentido, el presupuesto de 2024 contiene una estimación de ingresos en relación con los montantes a distribuir, ya que el reparto está pendiente de un acuerdo de los rectores en la Comisión Andaluza de Universidades (CAU).
En el presupuesto de 2024 no se prevé contemplar la autorización de endeudamiento por parte de la Consejería de Hacienda, como así sucedió en 2023: 25 millones de euros que se contemplaron en el presupuesto y que después la Junta rechazó.
Parte de los problemas económicos que atraviesa la UMA parten de una infrafinanciación por parte de la Junta. Así lo refleja el documento de directrices presupuestarias. En 2023, el importe de financiación básica armonizada del modelo de financiación andaluz que correspondía a la UMA fue de 211,4 millones euros. De acuerdo con el cálculo de la propia Consejería de Universidades para 2023, la suma de los gastos con cargo al capítulo 1 (personal) y los gastos corrientes en bienes y servicios del capítulo 2 menos los ingresos obtenidos por los precios públicos derivados de la matriculación en títulos oficiales, suponía un importe de 219,7 millones de euros. Restando esta cifra a la financiación básica armonizada de 2023 resultaría un importe negativo de -8,3 millones de euros, por lo que la financiación que llega de la Junta no cubre los gastos fijos de capítulo 1 y 2, es decir, los gastos de personal y los gastos corrientes (luz, agua, limpieza o vigilancia).
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