La UMA inaugura la nueva Facultad de Psicología cinco años después de colocar la primera piedra

Los profesores, secretaría y decanato se encuentran ya en el nuevo edificio desde principios de septiembre. En verano también se trasladó la biblioteca. Pero los exámenes de septiembre se han realizado en el antiguo edificio.

Este jueves será el acto de bienvenida al alumnado de primer curso de nuevo ingreso en los dos grados que se imparten en el centro, Psicología y Logopedia. Y el lunes comenzarán las clases. Pero alumnos, profesores y personal no podrán utilizar la cafetería del nuevo centro, que aún no está terminada. Algo que la Universidad no ha sido capaz de solucionar en varios meses: En mayo, los previstos exámenes de selectividad en este centro tuvieron que cambiar de sede porque la cafetería y cocinas estaban sin acabar y Bomberos no dio el visto bueno al uso de las instalaciones. Entonces, desde el Rectorado se aseguró que la maquinaria pendiente de instalar, unos extractores de humo, se colocaría en breve. Algo que no ha sucedido en todos estos meses, pues la facultad se abre sin cafetería y comedor.

Hasta este lunes día 19 no se ha firmado por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo la resolución por la que se considera ultimado con sentido favorable el procedimiento de comprobación, control e inspección de la declaración responsable presentada para la utilización de la Facultad de Psicología y Logopedia. El 15 de julio se emitió informe favorable por parte del departamento de Arquitectura e Infraestructuras, en relación a las obras de urbanización complementarias. Y los servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento emitieron informe favorable definitivo en relación a las instalaciones de protección contra incendios con fecha 5 de septiembre.

En este mismo sentido, según ha sabido SUR, personal de la Fundación Once ha visitado el edificio para comprobar si las quejas que formularon algunos alumnos con diversidad funcional tienen fundamento. Se referían, por ejemplo, a que el suelo adoquinado dificulta el desplazamiento en silla de ruedas. O a que las puertas y el alicatado de los baños son de color negro, lo que dificulta a los estudiantes con discapacidad visual orientarse en el interior. Cuando SUR recogió la queja de estos alumnos, la vicerrectora de Smart-Campus, Raquel Barco, aseguró que el edificio «cumple escrupulosamente» la normativa de accesibilidad.

El propio servicio de prevención de la UMA ha intervenido en las últimas semanas. En concreto, han puesto en evidencia la necesidad de señalización de los vidrios y las barandillas de las escaleras del edificio. En las cristaleras del edificio se han colocado carteles advirtiendo del peligro de colisión. También ha sido necesario resolver los problemas de evacuación de humos del sótano.

La tramitación para la construcción de este edificio se inició en 2007 con la convocatoria de un concurso público. En 2008 se dio a conocer la decisión del jurado, que falló a favor del proyecto presentado por el estudio madrileño Llps Arquitectos. En 2009 el estudio comenzó la redacción del proyecto base y a partir de ahí se desencadenaron una serie de circunstancias que fueron retrasando la materialización del proyecto. Las exigencias de Aena fue el último escollo a superar, ya que el año 2014 Aviación Civil obligó a rebajar la altura del edificio, de manera que hubo que modificar el proyecto. El edificio perdió la entreplanta prevista inicialmente y el espacio se ganó en horizontal.

Tras un primer concurso para la construcción en mayo de 2016, fue necesario repetir el procedimiento porque el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta de Andalucía estimó el recurso que presentó la Asociación Círculo de Empresas Andaluzas de la Construcción, Consultoría y Obra Pública (CEACOP) contra el anuncio y el pliego de cláusulas administrativas del procedimiento de contratación, lo que obligó a la Universidad a modificar aquellas cláusulas y retrotraer todo el procedimiento administrativo, de manera que a finales de ese año se sacó de nuevo a licitación el proyecto para construir este nuevo edificio.

Hasta noviembre de 2017 no se colocó la primera piedra. En aquel acto, el rector, José Ángel Narváez, criticó a la administración porque la obra se hubiera retrasado 9 años por cuestiones burocráticas. Desde la puesta de la primera piedra han pasado casi cinco años, cuando el plazo de ejecución de la obra era de 20 meses.

A mediados de 2021 terminaron las obras y se anunció que el traslado se llevaría a cabo ese verano para inaugurar el curso 2021/22 en las nuevas instalaciones. Pero quedaban por resolver concursos relacionados con los equipos audiovisuales, el suministro e instalación de mobiliario para las aulas o el traslado de la biblioteca. La posibilidad de realizar el cambio en el segundo cuatrimestre también se difuminó conforme avanzaba el curso y las cuestiones pendientes no se solucionaban. La Universidad contó con esta facultad para los exámenes de selectividad de junio, y así lo hizo público, pero fue necesario cambiar de sede porque no había licencia de primera ocupación.

El proyecto que ganó en su día el concurso de ideas se denomina 'Muros de Luz', de LLPS Arquitectos, y se basa fundamentalmente en una apuesta por las medidas de sostenibilidad. El proyecto es de los arquitectos Eduardo Pérez y Miguel Ángel Sánchez y la obra fue adjudicada a las empresas Ferrovial Agromán y construcciones Lasor.

El aspecto más destacado del edificio de la nueva facultad de Psicología y Logopedia es la inclusión de patios adiabáticos inspirados en los patios andaluces de los edificios clásicos del clima mediterráneo. El sistema incluye una ventilación a través de la vegetación para favorecer la purificación y humectación del aire de forma que se transforman las condiciones exteriores, logrando que estas sean más adecuadas y generando un microclima suave, ahorrando con ello entrono al 5% de la energía.