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La Universidad de Málaga se encuentra en una situación económica «muy delicada», reconoce el rector, José Ángel Narváez. Gran parte de sus ahorros, los denominados ... remanentes de tesorería, fueron reclamados por la Junta de Andalucía para el fondo de emergencia social y económica para hacer frente a la pandemia. La UMA fue la universidad andaluza que más aportó a ese fondo, 36 millones, una cuarta parte del total, pues era la que contaba con más dinero ahorrado. Con otras partidas persupuestarias, el rector eleva esa cifra a casi 80 millones de euros.
Las obras del bulevar paralizadas; el nuevo edificio del Rectorado terminado hace ya dos años y sin poder equiparlo porque hacen falta 5 millones; las obras de la nueva Facultad de Turismo con dificultades por modificaciones presupuestarias que incrementan su coste en otros 4,6 millones son solo algunos ejemplos que ponen en evidencia las dificultades económicas que atraviesa la Universidad.
De esta manera, el rector negocia con Consejería de Universidades un plan extraordinario de inversiones, o bien autorización de la Consejería de Hacienda para endeudarse. Narváez reclama por tanto un modelo de financiación que tenga en cuenta estos costes fijos y sus incrementos de manera que «podamos hacer planes estratégicos de inversiones o de creación de nuevas titulaciones».
La situación es «muy delicada», confirma el rector. Con los ahorros de años anteriores la Universidad acometió un ambicioso plan de infraestructuras, que fue aprobado por la Junta. Pero llegó la pandemia y la Administración autonómica reclamó ese dinero para el fondo de emergencia por la pandemia. «Había universidades que no tenían fondos, y a nosotros se nos reclamó todo el dinero, entre unas partidas y otras 80 millones de euros. Y al mismo tiempo la Consejería de Universidades nos anima a construir, con un compromiso de 34 millones en dos años que no se ha hecho realidad. Esto nos pone en una situación muy difícil», afirma el rector.
Además, hay que tener en cuenta el incremento en el recibo de la luz, de casi un 50 por ciento, pasando de 3,6 a 5,3 millones en el último contrato de suministro con Red de Energía de la Administración de la Junta de Andalucía, REDEJA. También ha habido un incremento de los costes salariales, por las subidas de sueldos a los funcionarios aprobadas por el Gobierno: 7 millones más en 2022 y otros 5 millones en este 2023, subidas salariales que además se consolidan para ejercicios posteriores. El rector considera que tener una plantilla «envejecida» incrementa mucho los costes salariales. «Se ha creado la tormenta perfecta que nos ha llevado a una situación financiera difícil», asegura.
Y un último gasto imprevisto, los 200.000 o 300.000 euros que costará la cotización a la Seguridad Social de los estudiantes en prácticas. «Es una situación surrealista», admite José Ángel Narváez, «la Administración elabora una norma (la cotización obligatoria de los alumnos en prácticas ) y es la propia Administración la que avisa de que va a inclumplir la norma y nos endosa a las universidades ese gasto», lamenta.
Sobre la paralización de las obras del bulevar, el rector explica que el enfrentamiento entre la constructora y la dirección facultativa había llegado a un punto que hacía imposible su continuidad. «Hemos conseguido por lo menos evitar que nos echaran la culpa a nosotros y nos reclamaran responsabilidades económicas. Confío en que podamos encontrar una solución a ese desacuerdo», afirma.
La nueva Facultad de Turismo es otra de las obras en marcha que pasa por un momento delicado. La empresa presentó una modificación del presupuesto que incrementa el coste en 4,6 millones de euros. La UMA negocia con la empresa, que «está siendo muy receptiva, estamos analizando cómo podemos abordar la situación para que la obra continúe», aunque asegura que es un sobrecoste «imposible de asumir por la UMA. Mi intención no es paralizarla, pero al menos llegar a un acuerdo en el que nosotros podamos tener maniobrabilidad para poder atender a la facturación y sobre todo controlar que los costes no se nos disparen».
A tres meses de terminar su mandato al frente de la UMA, los problemas financieros están ensombreciendo el balance de los 8 años de José Ángel Narváez al frente de la Universidad de Málaga. «Tampoco esperábamos una pandemia o una guerra en Europa. Pero los problemas aparecen y hay que resolverlos y afrontarlos de la mejor manera y cumplir aquello con lo que se pueda. Lo que no voy a hacer es hundir a la Universidad de Málaga por cumplir promesas; hay que ser razonables y responsables», afirma el rector.
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