Los profesores de la Universidad de Málaga darán más horas de clase para ahorrar en nuevas contrataciones

Ante esta situación de recortes económicos que está afectando a los diferentes sectores de la comunidad universitaria, ayer se convocó una asamblea para consensuar medidas de presión a realizar en los próximos meses, dirigidas tanto al equipo de gobierno de la UMA como a la Junta de Andalucía, a la que responsabilizan de una escasa financiación para la Universidad de Málaga.

El próximo consejo de gobierno de la UMA conocerá la auditoría de las cuentas de 2023, realizada por una empresa externa, como es preceptivo. El rector, Teo López, señaló ayer que el estado de las cuentas de la UMA no variará mucho respecto a lo ya conocido, una previsión de déficit de 28 millones de euros, a los que hay que sumar otros 35 millones negativos en los remanentes de tesorería no afectados (los ahorros de partidas presupuestarias no ejecutadas en ejercicios anteriores). Sobre las reclamaciones de la asamblea, el rector afirmó: «Escucharé a la comunidad universitaria, pero con esa realidad de los números sobre la mesa».

La nueva carga horaria de los profesores universitarios está contemplada en el denominado Plan de Ordenación Docente (POD), aprobado el pasado mes de mayo. Entre otros puntos, recoge que el potencial docente del profesorado con dedicación a tiempo completo, funcionario o laboral, será de 180 horas. Son 20 horas más que en el actual curso académico. Afecta a catedráticos, titulares, contratados doctores o colaboradores.

También se han visto afectadas las reducciones horarias por la dirección o tutorización de trabajos fin de grado o de máster o las compensaciones horarias por funciones de representación en comisiones de trabajo. El vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, Bartolomé Andreo, explica que este POD ha sido fruto de «muchas horas de trabajo en hasta nueve reuniones con todos los colectivos implicados», que estuvo en exposición pública y fue aprobado en consejo de gobierno con un voto negativo y una abstención. En la elaboración de este documento «ha primado el diálogo y el consenso», ha asegurado.

Reconoce que los colectivos más afectados serán los profesores titulares y catedráticos, que tendrán una mayor carga horaria, así como los sustitutos interinos. En términos globales, se ha pasado de una carga horaria para el profesorado a tiempo completo de 160 a 180 horas anuales. Pero, según el vicerrector, la media para titulares estará por debajo de siete horas y para los catedráticos en torno a unas 13 horas más de docencia el próximo curso. Reconoce al mismo tiempo que la situación de los sustitutos será más complicada, pues el equipo de gobierno se plantea cumplir en todos sus extremos el reglamento que regula esta figura. «En caso de bajas, no se contratará un sustituto interino si en el departamento hay profesores que pueden hacerse cargo de esa docencia», apunta.

Por lo que se refiere a nuevas plazas docentes, este 2024 «como mucho» se podrían convocar una veintena de ayudantes doctores, según el vicerrector. Una cifra que contrasta con las 145 que salieron en 2021 o las 113 del año pasado. En cuanto a la promoción, señala que se han aprobado los reglamentos para que personas acreditadas de acuerdo con la nueva ley de universidad, la LOSU, antes del 31 de diciembre de 2023, puedan solicitarlo. Y las plazas de 2024, que debe aprobar el consejo de gobierno, se convocarán siguiendo criterios de prelación según la fechas de acreditación. Aunque avanza que el paso de personal laboral permanente a titular será más fácil, pues el coste económico es similar, pero el de titular a catedrático estará sujeto a la disponibilidad presupuestaria.

Según el vicerrector, la situación económica de la UMA obliga a estos esfuerzos por parte de todos los colectivos. «De haber continuado con el anterior POD, la UMA habría tenido que contratar al menos a medio centenar de profesores. La única manera de salir adelante es que todos pongamos un poco más de nuestra parte», afirma Bartolomé Andreo.