Primeros pasos en la medicina con proyectos de intercambio propios

En una carrera con un componente práctico tan importante como es el caso de Medicina, el trabajo en consultorios y quirófanos cobra especial relevancia, y a los alumnos se les ofrece un contacto con la realidad de lo que va a ser su futuro trabajo desde bien iniciada la carrera. En el caso de la Facultad de Medicina de Málaga, los propios estudiantes han tomado la iniciativa para participar en proyectos de intercambio de alumnos, que permiten a los jóvenes adquirir una mayor práctica y, de paso, conocer otros sistemas sanitarios, mediante estancias de malagueños en el extranjero y la recepción en Málaga de compañeros de otros países.

La Asociación de Estudiantes de Medicina de Málaga (AEMMA) organiza cada año intercambios clínicos y de investigación para más de 25 alumnos de la facultad. Una actividad impulsada por los estudiantes pero que, no obstante, reciben ayuda del decanato de la Facultad y del servicio de Relaciones Internacionales y Cooperación. El presidente de AEMMA, José Antonio Hurtado, explica que el decanato les da facilidades para organizar actividades durante el curso, y Relaciones Internacionales paga la residencia donde se alojan los estudiantes extranjeros en verano, acogida en Málaga imprescindible para que los malagueños puedan optar a los contratos y viajar a otros países.

Los alumnos que han participado se refieren a esta experiencia de intercambio con una de las grandes experiencias de su vida. Elena González Pavía es estudiante de quinto curso y en el mes de julio ha estado realizando prácticas internacionales en el Hospital General Docente de Calderón, en Quito (Ecuador). En el área de Emergencias ha hecho «un poco de todo», desde atender a los pacientes en la consulta a sacar muestras de sangre, suturar o poner sondas. «Esta experiencia no solo me ha servido para crecer a nivel profesional, sino también a nivel personal», dice Elena. «Me ha ayudado a conocer otra cultura, a valorar todo lo que tenemos en nuestro país y también a conocer no solo gente de Ecuador sino de muchas otras partes del mundo», afirma Elena, que además ha podido visitar «lugares increíbles como el Amazonas, el océano Pacífico o el volcán Chimborazo».

A Sudamérica también se ha desplazado Elena Crossa Bueno, en este caso alumna de tercer curso. «Este intercambio en el servicio de emergencias me ha dado la oportunidad de conocer cómo funciona el sistema sanitario en el país y cuáles son las enfermedades más prevalentes en las diferentes regiones de Perú», indica. Su experiencia ha sido tan positiva e inolvidable, que «volvería a repetir sin dudarlo», afirma.

Javier Fernández Siles ha empezado quinto de carrera y su periodo de intercambio lo ha realizado en Bursa (Turquía), en el departamento de cirugía general. «Me sorprendió su profesionalidad y el buen trato a los extranjeros, lo que me permitió no solo aprender sobre las técnicas quirúrgicas más novedosas, sino también sumergirme en su cultura», afirma. Y recomienda esta experiencia a todos los estudiantes «por su gran aporte a nivel profesional y personal».

También ha tenido un destino europeo Alejandro Lara García, en su caso en el centro clínico de Montenegro. «Durante un mes estuve aprendiendo y trabajando codo a codo con los excelentes médicos del centro: desde aprender a suturar hasta asistir a una emergencia real con parada cardiorrespiratoria. Tuve la suerte de instruirme en varias aptitudes que completan mi formación como médico de la Universidad de Málaga», afirma el joven.

María Ruiz Sierras no es la misma persona que en junio tomó un avión hacia Taiwan. «Esta experiencia nos ha convertido en personas más comprensivas y tolerantes, nos ha despojado de prejuicios y nos ha hecho entender que todos amamos de igual forma a nuestra cultura y que la única bandera que debemos llevar con nosotros es la tolerancia y el respeto». Su intercambio lo ha hecho en el departamento de Ginecología en el National Defense Medicine Center, en Taipei. «He aprendido de los mejores profesionales, expertos en cirugía robótica, que nos han ayudado de forma totalmente altruista», señala.

A la hora de hacer balance de este mes de intercambio, las palabras de María Ruiz expresan el sentir general de los futuros médicos: «Puestos en una balanza, no sé qué pesaría más, si el aprendizaje médico y técnico, o el crecimiento personal que hemos experimentado».