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Representan el lado más extraordinario de la Universidad de Málaga, la excelencia en resultados académicos, fruto del esfuerzo y la dedicación a sus estudios. Seis universitarios malagueños han conseguido premios nacionales fin de carrera de educación universitaria, que concede el Ministerio de Educación entre quienes concluyeron sus estudios en el curso académico 2015/16. La UMA ha conseguido en esta edición cuatro segundos premios y dos terceros. Tras terminar sus estudios, la mitad se han decantado por la actividad pública, como docentes o funcionaria de prisiones, y otros han iniciado su carrera como personal docente universitario y están realizando sus tesis doctorales con contratos de formación.
Para todos, la noticia de su premio nacional ha supuesto, como es lógico, una gran alegría. «Es un reconocimiento al esfuerzo y al trabajo y me anima a seguir trabajando», dice Claudia Prieto. Cristina Vega apunta además que el premio supone «dignificar mi profesión, la Educación Social. Hacer visible que las y los educadores sociales somos profesionales competentes, esenciales y necesarios» porque, entre otras cosas, «aportamos una visión pedagógica de prevención y acción social a los problemas actuales de nuestra sociedad». Cristina Vázquez se considera una persona «muy exigente conmigo mismo». Prueba de ello es su 9,25 de media, con 18 matrículas de honor y 15 sobresalientes.
El caso de Lola Martín es especial. Debido a una enfermedad dejó de estudiar. Trabajó en el campo, de temporera, y en una industria cárnica. «Sin embargo, la vida me hizo volver a las aulas, porque con los años, sentía que había dejado un camino sin terminar», explica. Encontró trabajo en Málaga y llegó a la Universidad con 34 años. Por esto, el premio tiene para ella «mucho valor, puesto que supone un reconocimiento al trabajo realizado durante estos años atrás».
En cambio, la opinión de Jesús Javier Moreno es mucho más inconformista y más pragmática. Para él, el premio «no significa nada», pues no es garantía de que sea el mejor de su promoción o su facultad. «Medir el aprendizaje, el esfuerzo, la excelencia, es poco menos que absurdo». En cambio, sí le da un valor instrumental: «Son tres puntos más en las bolsas de profesores sustitutos interinos, aunque no tiene un gran valor para acreditarme como profesor ayudante doctor».
En el caso de Rosa Vallejo, el premio le hace sentir «mucha gratitud», en primer lugar hacia sus padres que «hicieron un gran esfuerzo para que yo pudiera realizar mis estudios, me han enseñado el valor del esfuerzo y me han apoyado en todas mis decisiones». Por ellos se esforzaba aún más en intentar sacar las mejores notas porque, además de ser una persona perfeccionista, necesitaba las becas del Ministerio de Educación para poder pagar las matrículas de Pedagogía y del máster. Luego, en los estudios del grado de Educación Primaria, ya no podían concederle más becas, así que «me esforzaba en sacar matrículas de honor para ahorrarme dinero en las matrículas del curso siguiente».
El trabajo y la dedicación de la carrera ha tenido su recompensa con este premio, pero también se traduce en carreras profesionales exitosas. Varios se dedican a la función pública como profesores o funcionarios y otros han iniciado su carrera docente universitaria. Cristina Vázquez, con 26 años, es funcionaria de prisiones en la prisión de Alhaurín de la Torre. «Hice las prácticas de la carrera allí y eso hizo que tuviera claro a qué me quería dedicar así que al terminar la carrera comencé a estudiar las oposiciones y puedo decir que, aunque el camino ha sido duro, sin duda alguna ha merecido la pena y la recompensa es muy gratificante». Aunque la docencia era su 'plan B', Lola Martín Ruz ha descubierto aquí «mi verdadera vocación», aunque le ha llevado bastante lejos, hasta Santo Domingo de la Calzada, donde imparte clases de Economía y Formación y Orientación Laboral en el IES Valle del Oja, «que me tiene absolutamente encantada porque esta tierra es preciosa y su gente me ha acogido con muchísimo cariño».
claudia prieto (economía)
lola martín ruiz (relaciones laborales)
rosa vallejo aranda ( e. primaria)
También se dedica a la docencia Rosa Vallejo. En 2019 aprobó las oposiciones a Maestro de Educación Musical y trabaja en el CEIP Estébanez Calderón de Casarabonela.
En la Universidad de Málaga continúa Claudia Prieto, que está en tercer curso de doctorado. Cuenta con un contrato de Formación del Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educación. «Gracias a este contrato, colaboro en la docencia de las asignaturas de Estadística y Econometría de la Facultad de Ciencias Económicas, junto con el desarrollo de mi tesis», señala. También es profesor en formación mediante un contrato FPU Jesús Javier Moreno. Por su parte, Cristina Vega tiene un contrato predoctoral del I Plan Propio de Investigación de la UMA y está haciendo su doctorado.
De su paso por la UMA, Jesús Javier Moreno señala que «no sería el mismo sin haber hecho Pedagogía. Fui un alumno de esos que fracasan en la Secundaria. Los profesores decían que no servía para estudiar, que no perdiese el tiempo ni se lo hiciese perder a ellos», recuerda. Pero en la Facultad de Ciencias de la Educación «he tenido la suerte de tropezarme con algunos docentes excepcionales. Me he encontrado con un profesorado bastante abierto y crítico, que ha sabido valorar la rebeldía y no ha penalizado que se le cuestionara».
Una opinión parecida es la que expresa Lola Martín: «Tengo muchísimo que agradecer a Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo, porque me hizo conocer a verdaderos profesionales de la docencia, de la abogacía, de la judicatura y de la jurisdicción social como mis compañeros graduados sociales, a los que me gustaría parecerme, aunque fuera solo un poquito, hoy día como docente». Este octubre Lola Martín también ha recibido la noticia de un premio extraordinario por su máster de Profesorado. «En septiembre empecé a trabajar en esta tierra tan maravillosa, y en octubre, me dan dos premios por mi trabajo académico. Lo que ha supuesto un 'golpe en la mesa' para todo aquel que me decía que para qué estudiaba tanto, con mi edad, si después los sueldos no compensaban tanto esfuerzo». Y reivindica la formación académica, «que no solo te da un título, también cultura y conocimientos que, más tarde o más temprano, dan sus frutos».
cristina vázquez (Criminología)
cristina vega (Educación social)
Jesús javier moreno (pedagogía)
Cristina Vázquez se refiere a su paso por la UMA como una etapa «muy fructífera. Contamos con un profesorado muy cualificado y con ganas de transmitir toda su sabiduría a los alumnos. No solo nos han enseñado a nivel académico, sino también a ser buenos profesionales», resume.
Aunque han iniciado otra etapa profesional, algunos de los premiados no han roto su relación con la UMA. Rosa Vallejo va a comenzar su tesis dirigida por Encarna Soto, «una de las profesoras que me ha acompañado desde que inicié Pedagogía».
Para Cristina Vega, su paso por la UMA viene marcado por aspectos como la representación estudiantil y la experiencia en investigación educativa y social. Gracias a la representación estudiantil «he podido conocer, aprender y cooperar con otras personas que eran conscientes de la necesidad de mejorar nuestra universidad desde dentro», señala.
Todos ellos cumplen holgadamente con los requisitos de este premio: ser los más brillantes.
CLAUDIA PRIETO LATORRE. Malagueña, de 26 años. Graduada en Economía, con una nota media de 9,67. Tras la carrera estudió un máster en Análisis Económico y Empresarial. Hace el doctorado con un contrato de Formación del Profesorado Universitario.
CRISTINA VÁZQUEZ CERRILLO. De 26 años, es natural de Palma de Mallorca, aunque lleva en Málaga desde los 3 años. Graduada en Criminología con una nota de 9,25. Es funcionaria en la prisión de Alhaurín de la Torre
CRISTINA VEGA DÍAZ. 28 años. Natural de Málaga. Graduada en Educación Social (9,51 de nota media). Está realizando el doctorado con un contrato predoctoral como Personal Investigador en Formación
JESÚS JAVIER MORENO PARRA. Graduado en Pedagogía (9,74) y con dos másteres. Malagueño, de 38 años, tiene un contrato FPU y realiza su tesis doctoral. Fue primero en su promoción y entre los 12 expedientes más altos de la UMA en su año
LOLA MARTÍN RUIZ. Natural de Sierra de Yeguas, tiene 43 años y es graduada en Relaciones Laborales y Recursos Humanos. También tiene dos másteres y un curso de Experto. Es profesora en un instituto de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja).
ROSA VALLEJO ARANDA. De 29 años, creció en la Estación de Cártama, aunque ahora vive en Málaga. Graduada en Educación Primaria, con mención en Educación Musical (9,27). Con anterioridad se licenció en Pedagogía y estudió música en el Manuel Carra. Es maestra de Educación Musical, con oposición, y da clases en el CEIP Estébanez Calderón de Casarabonela.
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Cristina Vallejo, Antonio M. Romero y Encarni Hinojosa | Málaga
José Antonio Guerrero | Madrid y Leticia Aróstegui (diseño)
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