
Ignacio Rivas: «Las oposiciones no sirven como criterio de selección del profesorado»
Catedrático de Didáctica de la UMA ·
Dirige el Instituto de Investigación en Formación de Profesionales de la EducaciónSecciones
Servicios
Destacamos
Catedrático de Didáctica de la UMA ·
Dirige el Instituto de Investigación en Formación de Profesionales de la EducaciónFirme convencido del papel de la educación como motor del cambio social, José Ignacio Rivas Flores (Madrid, 1957) es catedrático de Organización y Didáctica Escolar ... de la Universidad de Málaga. Dirige ahora un instituto que investigará en cómo mejorar la formación de los futuros docentes. Asegura que la repetición de curso «es una anomalía de nuestro sistema educativo» y aboga por una relación más fluida entre las facultades donde se forman los futuros maestros y profesores y los centros educativos.
–¿Qué es el Instituto de Investigación en Formación de Profesionales de la Educación de la UMA?
–El Instituto de Investigación en Formación de Profesionales de la Educación es una oportunidad para mejorar y consolidar la investigación educativa en nuestra universidad y al mismo tiempo, la posibilidad de reflexionar, comprender y proponer mejoras en relación con la formación de los profesionales de la educación. Primero en Málaga, pero también con vocación andaluza y estatal. Como es sabido uno de los pilares de la universidad, además de la docencia, es la investigación. Las facultades tienen competencias específicas en el ámbito de la docencia, pero prácticamente ninguna en el de la investigación. Por otro lado, la formación de profesionales de la educación es el campo de estudio en el que la mayoría de los grupos de investigación en educación nos sentimos concernidos y, por lo tanto, lo que puede servir de nexo de unión para favorecer el trabajo de todos. La formación, por otro lado, es piedra angular de los procesos de mejora y cambio de los sistemas educativos, tanto desde el ámbito formal como el informal y no formal. De ahí la relevancia de poner el esfuerzo en este foco.
–¿Qué objetivos se han marcado?
–El instituto nace con la finalidad fundamental de incentivar y promover la investigación, el desarrollo cultural y la transformación social en la formación de los profesionales que trabajan en los diversos ámbitos educativos, tanto formal como informal y no formal.
–¿Cuántos investigadores forman parte del instituto?
–El instituto agrupa a 140 docentes de la UMA, más algunos más de otras universidades interesadas en participar. Igualmente cuenta con el apoyo de 10 entidades y organizaciones educativas de la provincia, desde los centros de profesorado, museos y asociaciones profesionales, entre otras.
–¿Qué actividades piensan programar para lograr sus objetivos?
–Hay un plan de actuación a cuatro años, que se propone en la memoria del instituto, que abarca varias dimensiones: Formación, investigación, difusión y transferencia, internacionalización, asesoramiento y transformación del sistema educativo. Para este primer año de funcionamiento, la principal acción que estamos desarrollando es la consolidación del modelo de funcionamiento, que pretende ser fundamentalmente participativo y colaborativo. Se están diseñando las diferentes parcelas del instituto y sus responsables, que esperamos tener consolidado a finales de año. Por otro lado, está previsto llevar a cabo una valoración del actual sistema de formación de profesionales en las facultades de educación; primeramente, en Andalucía, como ámbito más cercano, pero también, en función de los recursos, ofrecer información de los sistemas de formación de todo el Estado.
–El consejero de Educación afirmó que la formación de los docentes es mejorable. ¿comparte esta reflexión?
–Comparto que la formación docente es mejorable, sin duda. Pensar lo contrario es anclarse en el pasado y provocar la defunción del sistema de formación. Quizás no comparto el modo como lo plantea. En su propuesta subyace un cierto determinismo, que puede incluso considerarse clasista, en el acceso a las facultades de educación. Al mismo tiempo, no tiene en cuenta las condiciones del ejercicio de la profesión y de qué modo puede resultar atractivo para un potencial alumnado.
–Se ha llegado a proponer que solo los mejores lleguen a las facultades, ¿qué problemas puede presentar esta idea?
–La propuesta de que 'solo los mejores' tengan acceso a la educación presenta varios problemas: ¿Quién define qué son los mejores y con qué criterios? ¿Qué entendemos por los mejores, en un sistema credencialista como el actual? ¿Qué nos garantiza que lo que definimos como los mejores candidatos y candidatas, posteriormente suponga que son los mejores docentes?
–A Ciencias de la Educación ya no se accede con un 5, como ocurría hace años, y ahora están en torno al 10 en sus distintos grados. ¿Puede ser un factor de selección?
–La nota no debería ser un determinante para poder realizar unos estudios universitarios. En esto coincido con el consejero. El problema entiendo que trasciende el acceso a la universidad y hay que situarlo en un nivel más complejo: ¿Qué tiene de atractivo la profesión docente para que haya una mayor demanda en los grados de formación? Uno de los problemas que tenemos en el sistema educativo es que la profesión de maestro y profesor no goza de prestigio, por un lado, pero tampoco ofrece atractivos profesionales. Normalmente cuentan con un salario medio no muy elevado; no hay posibilidades de promoción profesional, más allá del acceso a cargos directivos; el diseño de la profesión resulta poco estimulante, ya que se basa en la repetición de un currículum año tras año, etcétera. Si no se hace la profesión atractiva difícilmente vamos a conseguir candidatos o candidatas 'mejores', con todo el reparo que me da hablar de mejores.
–¿Y cuál es la responsabilidad de las facultades en la formación de los futuros docentes?
–Es importante considerar qué se hace en las facultades de educación. ¿Son estudios atractivos, estimulantes, que supone un reto importante para nuestros estudiantes, o más bien resultan repetitivos, infantilizados, poco estimulantes intelectualmente? Creo que son preguntas que tenemos que hacernos, y que de hecho nos hacemos, en las facultades de educación. Podemos seleccionar a los mejores, en los términos que plantea Imbroda, pero si el proceso de formación no es adecuado, el resultado va a ser igualmente pobre. Si el trabajo en el seno de las facultades es estimulante para el alumnado y le hacemos comprender el valor de la educación y su papel fundamental en la mejora del mundo, da igual de qué forma han entrado: tendremos los mejores profesionales.
–La comunicación entre facultad y centros docentes debe ser esencial en ese proceso de formación, ¿cómo cree que es esta relación?
–La situación actual es que hay una fuerte desconexión entre la universidad y el sistema educativo. Parecen dos sistemas independientes. De hecho, para hacer el prácticum actual, se requiere de acuerdos, convenios entre consejerías y universidades, romper las resistencias del profesorado de los centros educativos .... No se puede entender que esté planteando el consejero más prácticas cuando al mismo tiempo se ponen obstáculos para que los centros educativos acojan dichas prácticas. Más aún si vemos las diferencias entre las prácticas en Secundaria y en Primaria, entre otras cosas, en relación con los beneficios, incluso salariales, que tienen en unos casos u en otros. Entiendo que debería considerarse que el sistema educativo formal y la universidad forman un continuum, de forma que ambos son parte del mismo sistema.
–De nuevo se habla de un 'DIR' educativo (similar al MIR de los médicos), ¿sería partidario de este proceso de selección?
–Si el proceso de formación ha discurrido en el sentido de colaboración e inserción en centros educativos que le he comentado, este DIR no tendría sentido, al menos como parte del proceso de formación. Yo lo entiendo más en el sentido de la iniciación laboral, por tanto, con su responsabilidad docente, su remuneración y su participación en las dinámicas institucionales de los centros educativos. Resulta muy llamativo intentar emular el modelo médico, sin que emulemos también las condiciones profesionales y laborales que esto supone.
–En algunos países los profesores pasan una especie de examen a lo largo de su carrera, ¿lo considera un sistema que se podría importar a España?
–El examen nunca considero que tiene valor para la educación, pero sí un sistema de rendición de cuentas del profesorado, al igual que cualquier otra figura profesional regulada por el estado. La educación está pagada con fondos públicos, y por tanto, por un mero ejercicio de la democracia, deben rendir cuentas de su trabajo. Pero hay que generar un proceso democrático, participativo y eficaz de llevarlo a cabo. Modelos cercanos a los proceso de participación ciudadana, la consolidación de la participación de la comunidad en los centros, por ejemplo, entre otras opciones, deberían ser posibilidades a considerar.
–La nueva ley educativa comienza a desarrollarse ya durante este curso, ¿qué valoración hace de la LOMLOE?
–Es una ley que hace una apuesta importante en las cuestiones más políticas de la educación y que ahora en su desarrollo se está poniendo cuidado en los aspectos educativos. Como ley educativa, supuso abrir un debate necesario en algunas cuestiones enquistadas de la política educativa española, como es la doble vía pública –concertada; el tipo de conciertos; el papel de la religión; el sin sentido de las prácticas de repetición de curso, etc.– Para muchos se quedó corta en algunas de estas propuestas, ya que en parte solo ha supuesto un ajuste de cuentas en algunas cuestiones, pero el propio formato de la ley no representa una ruptura con los modelos anteriores. Falta, en mi opinión, un acuerdo social más amplio, con un debate público, que defina qué sistema educativo queremos, sin que vayamos generando parches de unas leyes sobre otras. De hecho vemos cómo después de las histerias iniciales que se generan a partir de su promulgación, no parece haber más contestación, más allá de la promesa de la derecha de volver a la ley anterior, que ya demostró que no mejoró nada la educación. Al contrario, la hizo más segregada y excluyente, según los datos del propio Consejo Escolar del Estado. Me parece que tiene más valor el proceso que se ha iniciado en relación con el curriculum y del que ahora estamos viendo algunos avances. Es pronto para valorar su alcance pero parece que puede suponer una posibilidad de cambio de las cuestiones más educativas del sistema. Lo cual sí creo que tiene más alcance y que es una necesidad imperiosa. Tenemos un diseño de la educación bastante obsoleto y demasiado academicista, poco centrado en las necesidades de formación de nuestra infancia, adolescencia y juventud. Es un cambio que viene con retraso y que habrá que ver que alcance tiene. Como educador y especialista en procesos de política educativa, me temo que no va a tener el alcance que me gustaría pero si provoca un cambio de tendencia, ya sería en sí mismo valioso.
–¿Es partidario de informes como el de PISA?, ¿cree que dan una imagen real de la educación?
–PISA es una propuesta de control de los sistemas educativos gestada desde la OCDE. Por tanto nace con mentalidad neoliberal, con un enfoque mercantilizado y de mercado y que intenta orientar el diseño de los sistemas educativos, como de hecho está haciendo en buena parte. En términos educativos no está aportando nada relevante. Dan un retrato de la educación desde una perspectiva particular, interesada y sectaria. También es cierto que la información que trasciende es muy reduccionista y que leído en profundidad PISA ofrece mucha más información que posiblemente los gobiernos no están tan interesados en valorar, como lo relativo a la financiación, a la brecha social, a las desigualdades sociales y culturales, etc. Esta información generalmente no trasciende y daría una imagen muy distinta que la de situarnos en una escala. En cualquier no creo que deban ser la guía para las políticas educativas.
–Con una inversión creciente en educación, parece que el problema no es presupuestario...
–No solo, pero también. Parece claro que una mayor inversión, por sí sola, no garantiza el éxito, pero también que la falta de inversión, aboca al fracaso. El problema está en saber como invertir este presupuesto. Más dinero para hacer lo mismo no es un avance. Más dinero para favorecer la segregación escolar, por ejemplo a través de la red de concertadas, no mejora la educación. Invertir para generar más apoyos para el alumnado que lo precisa, para los centros en condiciones de marginalidad o vulnerabilidad, para la periferia del sistema como es la educación rural, por ejemplo, sí mejora el sistema. Más inversión para diversificar la oferta educativa, con más opciones formativas para los chicos, y no solo el mero curriculum cerrado e inflexible, es mejorar la educación. Más inversión para favorecer que la inclusión de la comunidad en la acción educativa de los centros, es mejorar la educación.
-Los movimientos por la educación pública, como Marea Verde, han decaído en los últimos años, al menos las movilizaciones no son tan importantes. ¿Es una cuestión de desinterés o es que ha mejorado la situación de la educación en Andalucía?
-Es una cuestión cíclica que muestra no tanto la falta de interés sino la fuerza de los discursos de la eficacia y el control. Es difícil sostener en el tiempo un movimiento de este tipo, si no tiene implicaciones en las aulas y en el trabajo docente. En parte creo que el problema ha estado en que no pudo consolidarse como una propuesta de cambio de la cultura docente, sino como un movimiento de contestación ante una ley tan disparatada como fue la LOMCE. En este sentido fue una contestación política necesaria y que sigue teniendo su espacio en ese ámbito. Faltaría dar el salto a los centros y a las aulas, tal como supuso, por ejemplo, los movimientos de renovación pedagógica. Son procesos que requieren otros tempos, y que quizás no sean tan vistosos como una movilización. Pero no creo que esté perdido. Hay grupos que siguen surgiendo que siguen dando respuestas desde lo político y lo social. Marea verde sigue ahí, pero también han surgido movimientos como Ampas en pie, o Escuelas de calor y otras más. El problema es más complejo y forma parte del cambio de modelo de participación social y política que está teniendo lugar en la ciudadanía y que hay que valorarlo desde otra posición. Esto es algo que trasciende al propio movimiento educativo y que habrá que ir viendo en los próximos años como se manifiesta.
–Una de las cuestiones polémicas está relacionada con la promoción de curso incluso titulación con suspensos, ¿cuál es su posición?
–La repetición de curso es una anomalía, si se me permite, de nuestro sistema educativo. De hecho, es un término empleado por algunos expertos internacionales en política educativa. La repetición muestra el fracaso de la propuesta educativa, no solo del alumno o alumna que repite. En la mayor parte de los sistemas educativos de los que podríamos considerar países más avanzados, esta es una opción marginal y solo para casos muy justificados. Lo normal es que si algo no está funcionando se ponga los medios, con el apoyo necesarios, mejoras en el sistema curricular, asesoramiento externo, etc. El hecho de que haya un porcentaje de repetición tan grande muestra las carencias del sistema y el poco apoyo al alumnado, más allá de lo meramente instructivo. Por otro lado, desde el punto de vista meramente educativo, resulta paradójico que un alumno o una alumna se vea en la obligación de tener que estar un año más repitiendo las mismas cosas que ya no le funcionaron la primera vez. Esto demuestra una creencia asentada en el sistema educativo español que entiende que el aprendizaje se basa en la repetición y no en la comprensión. Algunas propuestas que se están empezando a implementar pueden apuntar algunas vías de cambio. Tendremos que estar pendientes y valorarlas. En este sentido es importante quitarnos prejuicios ideológicos partidistas y pensar más en el alumnado y los avances en el conocimiento educativo. A veces la tradición no es la mejor consejera para mejorar la educación.
–Andalucía ha aprobado una ley de autoridad del profesorado, ¿cree necesario que se legisle sobre cuestiones como el respeto, la educación o la no violencia en clase?
–Cuando la administración se ve en la necesidad de legislar sobre cuestiones como esta, no es más que una forma de tapar las carencias del sistema. Si el sistema educativo fuese realmente un elemento relevante en la vida de los chicos y las chicas, esto no sería necesario. Por tanto, se pone de relieve un fracaso, no solo de la escuela, sino de la sociedad. El hecho de elevar a autoridad al profesorado no va a cambiar esto. Al contrario, puede que genere más distanciamiento entre el alumnado y el profesorado. Un sistema educativo debería resolver sus problemas desde una perspectiva educativa, no autoritaria. La autoridad es el producto de una relación, de una forma de generar vínculos entre unos y otros, no desde la imposición de un rol que puede supone una penalización más grande. El mensaje, desde el punto de vista educativo, es muy negativo.
–La educación en general, y los alumnos en particular, ¿qué han ganado y han perdido en este tiempo de pandemia?
–Es difícil de valorar en este momento. Se ha perdido mucho, sin duda. Sobre todo desde el punto de vista afectivo y emocional. El principal problema que se ha generado en el alumnado no era el currículum ni las tareas ni los exámenes, sino asimilar lo que significa el estado de confinamiento y el terror por el contagio. Como sistema educativo hay que dar respuesta a esto. En esto sentido es una oportunidad para proponer relaciones nuevas y propuestas más humanas en nuestro vínculo con nuestro alumnado. Hay quienes lo han aprovechado y otros no, pero entiendo que era una necesidad. Se puede decir que se ha ganado, en parte, una visión más abierta de la educación, que no solo depende ya del libro de texto (o esto me gustaría pensar al menos). Para muchos docentes ha sido la oportunidad de implementar nuevas prácticas e introducir nuevos recursos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La palygorskita, los cimientos del vino rancio en Nava del Rey
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.