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Cerca de cumplirse un año de la finalización de las obras, el nuevo Rectorado de la UMA sigue vacío. Y lo peor es que no ... hay fecha a la vista para su inauguración. Los alrededores están ocupados por hierbas y plantas que se solapan sobre las zonas ajardinadas. Los árboles se mantienen en pie y la amplia zona de aparcamientos aparece totalmente desierta. El Pabellón de Gobierno de la UMA y el Paraninfo contiguo son espacios inmensamente vacíos que, un año después de que desaparecieran las grúas y los obreros, siguen esperando a sus ocupantes.
El alto coste del amueblamiento del edificio, unos 4 millones de euros, es la razón que explica este injustificable retraso. Según fuentes del equipo de gobierno, amueblar y equipar con el material informático todo el edificio tiene «un coste inasumible» en estos momentos, por lo que tampoco se aventuran a fijar una fecha probable para el traslado y apertura del nuevo edificio, que está dimensionado para unos 350 trabajadores.
En el mes de octubre del año pasado terminaron las obras, se desmontaron las grúas y se despidieron los obreros. Pero la recepción provisional del edificio no se firmó hasta el 9 de diciembre, ya que entre tanto se produjo una modificación presupuestaria de 2,8 millones de euros para «suministros adicionales», unas obras previamente realizadas. Posteriormente, en febrero de este año, de acuerdo con la firma electrónica del acta, la comisión receptora da por recibida la obra, aunque con fecha 9 de diciembre de 2021. Aún así, el edificio ha seguido sin suministro eléctrico, que se ha contratado este pasado mes de julio.
La Universidad está a la espera de que la Junta apruebe un plan extraordinario de infraestructuras que permita poner en uso el edificio. Con el cambio de gobierno esta cuestión quedó en suspenso y el anterior equipo del consejero Velasco solo alcanzó a asegurar la financiación corriente de este año. Los anunciados 16 millones para infraestructuras quedaron sin materializar.
Mientras llega ese dinero, pasarán al menos dos años (en el mejor de los casos) con el edificio cerrado, con los costes consiguientes: la UMA está pagando a vigilantes de seguridad y se perderán al menos dos años de garantía y mantenimiento a los que está obligada la empresa constructora y que han empezado a contar desde el 9 de diciembre de 2021. El plazo de garantía es de 132 meses (11 años). El equipamiento de mobiliario y material informático aún no se ha licitado, lo que supondrá un largo trámite administrativo por su elevado coste.
Buena parte del dinero ahorrado en los últimos años por la UMA (los denominados remanentes de tesorería) fue reclamado por la Junta de Andalucía para el fondo de emergencia social y económica para hacer frente a la pandemia. La UMA fue la universidad andaluza que más aportó a ese fondo, 36 millones. También salieron de estos remanentes las inversiones previstas en 2020, más de 35 millones. De esta manera, la 'hucha' de la UMA quedó reducida a unos 50 millones. «Hemos perdido 85 millones de nuestros remanentes (ahorros), por lo que nuestra situación es solo regular», llegó a decir el rector. La UMA aprobó un ambicioso plan plurianual de inversiones, de hasta 126 millones, que ahora se da por irrealizable. En el aire quedan, por ejemplo, el edificio de aparcamientos previsto junto a la Biblioteca General, las ampliaciones de Informática y Telecomunicación, Industriales o Derecho, la segunda fase de la ordenación paisajística del bulevar Louis Pasteur o los nuevos edificios para los institutos de investigación, estudiantes y el Servicio Central de Informática.
Mientras que el nuevo Pabellón de Gobierno de la UMA permanece vacío, el edificio no deja de cosechar premios. Es una construcción que no deja indiferente a nadie. Así lo entendió el jurado de los premios Mármol Blanco Macael y, más recientemente, el de Málaga de Arquitectura. El año pasado recibió el premio a la Obra en Mármol Blanco Macael, que conceden los empresarios de esta localidad almeriense. Según el jurado de estos premios, el nuevo Rectorado de la UMA se erige a partir de ahora como referencia en cuanto al uso, aplicación y beneficios del Mármol Blanco Macael. Casi 16.000 metros cuadrados del material nacido en las canteras de Macael (Almería) se han instalado en solería, fachada ventilada y techos, escaleras, revestimientos y bancos.
Este pasado mes de julio ha recibido el primer premio Málaga de Arquitectura 2022, un certamen bienal que responde a la voluntad de «reconocer y difundir aquellas obras o trabajos en las que concurran valores de especial interés, calidad y excelencia».
La UMA adjudicó a mediados de 2017 el proyecto del nuevo edificio a los estudios de los arquitectos Roberto Ercilla Abaitua, de Vitoria, y de los navarros Rubén A. Alcolea Rodríguez y Jorge Tárrago Mingo. Cuenta también con un equipo local, con el arquitecto Luis Gil-Delgado Díez, de NEOarquitectos. Las obras salieron a licitación por un valor de 16,9 millones de euros, y la oferta económica de Sando y Conacon fue de 15,3 millones (sin iva). Tras algunas modificaciones del contrato, el coste total ha ascendido a 23 millones de euros, iva incluido.
El nuevo edificio se articula alrededor de dos patios, una imagen muy representativa para este tipo de edificios universitarios, desde la de Bolonia o Cambridge pasando por La Sorbona o Alcalá de Henares. La planta baja se destina para todo el funcionamiento administrativo, y la primera se reserva al rector y vicerrectores. Aunque el personal destinado ahora mismo en todos estos servicios es de unas 329 personas, el edificio deberá estar dimensionado para unos 350 trabajadores, atendiendo así a posibles crecimientos futuros. Los arquitectos plantean en su proyecto una zona de trabajo amplia y flexible, de manera que se propone un gran espacio abierto, con pocos compartimentos rígidos, y con una delimitación en función del área o servicio de trabajo.
Junto al Pabellón de Gobierno se encuentra un auditorio al aire libre y un Paraninfo. El auditorio y los aparcamientos se integran en la pendiente del terreno. También el Paraninfo se sitúa contra el terreno, ligeramente excavado, de manera que se procura mitigar su mayor impacto volumétrico.
Tanto pabellón de Gobierno como Paraninfo se abren a un espacio pavimentado al norte, a modo de plaza pública, de manera que recogerá los flujos de personas que lleguen desde el bulevar o el propio metro y estará abierto al parque previsto más al norte. El Paraninfo tiene aforo para 800 localidades, lo que lo convierte en el segundo de mayor capacidad de la capital, tras el Teatro Cervantes (1.104 localidades). El Paraninfo de El Ejido tiene 468 plazas.
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