Irene Corpas: «La comunidad empresarial internacional ha puesto sus ojos en Málaga»

Irene cuenta que se encontraba trabajando como 'freelance' como traductora audiovisual y escribiendo su trabajo fin de máster. Estaba establecida en Londres, pero con el inicio de la pandemia regresó a Málaga a principios de 2020 y continuó con estas tareas desde casa. «De forma totalmente aleatoria en la vida –explica–, conocí las becas ICEX gracias a una compañera malagueña estudiante de ADE que se quería presentar y me habló de ellas. Me quedé totalmente fascinada con el programa. Entre otras ventajas, obtienes uno de los másteres más cotizados en internacionalización del país, de forma casi totalmente subvencionada».

Sobre el máster universitario que incluye la beca –en Gestión Internacional de la Empresa, MBA in International Management, de 75 créditos académicos, impartido por ICEX-CECO en alianza académica con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo–, la joven señala que «es un máster con fama de ser muy duro y es cierto que el nivel de exigencia es muy alto, pero al final eso es muy beneficioso a nivel de preparación y realmente todas las personas que lo superamos con éxito hemos desarrollado esa capacidad de resiliencia ante situaciones de estrés, manejo del tiempo y resolución de problemas difíciles que al final es lo que te encuentras en un puesto de trabajo con responsabilidad».

Es un máster «muy completo en materias de internacionalización y gestión integral de una empresa, por lo que personalmente me ha resultado muy enriquecedor poder estudiar esos temas que yo, como estudiante de idiomas y letras, nunca había tenido la oportunidad de tocar y tenía esa carencia interna de no haber podido formarme en esos temas, que luego he encontrado muy útiles para mi bagaje personal, además de para el futuro profesional», señala.

La beca incluye también un año de prácticas en la red de oficinas de España en el exterior. En su caso ha estado en Lima, capital de Perú. «La experiencia personal en el país, viajando y conociendo su cultura y realidad, ha sido apasionante, y el trabajo en la oficina ha sido muy divertido, teníamos un muy buen ambiente con nuestros jefes y la consejera, y unas condiciones estupendas», explica. Como becaria, se encargó del mantenimiento tecnológico e informático de la oficina y fue también la responsable TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) en Perú, Bolivia y Ecuador. Su trabajo diario consistía en la resolución de consultas de las empresas, ejecución de misiones comerciales directas e inversas, identificación de socios o participación y coordinación en eventos logísticos, como una presentación de productos por una comisión de empresas agroalimentarias que estuvo coordinando y tuvo mucho éxito. «Al final, nuestro trabajo se resume en facilitar a las empresas españolas que quieren entrar a Perú el contacto con los socios concretos de interés o darles apoyo de la forma en que necesiten».

Como anécdota de su paso por la oficina económica y comercial de España en Perú, Irene cuenta que la jefa de la oficina, sabiendo que canta ópera, le propuso que actuara en el Día de la Hispanidad. Interpretó una romanza típica española, 'De España vengo', de la zarzuela de 'El niño judío', así como el himno peruano ante cerca de un millar de invitados del embajador, Alejandro Alvargonzález.

En este tercer año de beca, Irene ha vuelto a España, en concreto a la Cámara de Comercio de España en Madrid, en proyectos de desarrollo internacional. «Me parece un trabajo precioso, en el que puedo tener un impacto real positivo en el mundo, trabajando por ejemplo la agenda de sostenibilidad, que me interesa mucho, educación, emprendimiento o apoyo a pequeñas y medianas empresas, por ejemplo, en países en desarrollo. Así que he empezado con muchas ganas y si todo va bien espero poder trabajar en esta línea junto a la CCE al más alto nivel».

Con este bagaje y experiencia internacional, Irene Corpas afirma que la comunidad empresarial internacional «ha puesto sus ojos en Málaga». Ya lo percibió durante su estancia de dos años en Londres estudiando el máster, posteriormente en la oficina comercial de Perú y actualmente en la Cámara de Comercio de España. «Se habla muy bien de Málaga y de la Costa del Sol como un lugar apropiado para inversiones», dice. Es muy conocido a nivel internacional el Parque Tecnológico, asegura, y en las reuniones a las que ha podido asistir o promover en su trabajo el nombre de Málaga «suena y es reconocida como un lugar ideal para vivir y trabajar». Por ejemplo, en una reciente cooperación hispano-japonesa, en la Cámara de Comercio, el embajador nipón y la delegación de empresarios mostraron interés por la ciudad y, de hecho, una de las empresas que participó acaba de abrir una delegación en Málaga.

Con toda esta experiencia acumulada, Irene anima a los jóvenes que tengan sus mismas inquietudes en materia formativa, de economía, de empresa, de finanzas o emprendimiento a solicitar estas becas, porque además de cursar un máster, tienen dos años de experiencia laboral, uno trabajando en las Oficinas Económicas y Comerciales de la Embajada de España en el exterior y otro en empresas privadas españolas con actividad internacional u organismos internacionales. «El esfuerzo merece mucho la pena y la experiencia de trabajar en el extranjero es, sin duda, valiosísima, porque supone ese acceso al sector o puesto hacia el que te quieres encaminar».

Gracias a esta experiencia, Irene Corpas asegura que «he descubierto un trabajo que me resulta mucho más enriquecedor a nivel personal, ayudar de forma efectiva a la red empresarial española a obtener oportunidades y negocios en el extranjero, al final apoyando así a impulsar la economía del país y a reforzar la imagen de España en mercados internacionales, así que estoy muy motivada a seguir por esta senda».