![Ana Grande: «Al virus hay que combatirlo con sus mismas armas: trabajando, como ellos, en equipo»](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202003/14/media/cortadas/AnaGrande-RNFAr3RAyIRos2BPklLIBSJ-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
![Ana Grande: «Al virus hay que combatirlo con sus mismas armas: trabajando, como ellos, en equipo»](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202003/14/media/cortadas/AnaGrande-RNFAr3RAyIRos2BPklLIBSJ-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Licenciada y doctora en Biología por la Universidad de Santiago de Compostela, pocas personas como ella conocen el mundo de los virus, al que se dedica desde hace 25 años investigando en alguno de los más prestigiosos laboratorios europeos. Profesora titular de Genética en el departamento de Biología Celular, Genética y Fisiología en la Universidad de Málaga.
–¿Qué es un virus?
–Es un parásito intracelular obligado. Esta sería la definición más simple. Intracelular porque necesita una célula viva, un hospedador, para que pueda multiplicarse dentro de ella. Esto le diferencia de las bacterias, que no necesitan entrar en una célula y ellas son capaces de multiplicarse solas. Pero el virus no. Tiene una información genética que puede estar contenida en una o varias moléculas tanto de DNA como de RNA, una u otra, y en esa información genética llevan todo el programa necesario para que una vez entran en la célula empezar a tomar el control y a 'secuestrar' toda la maquinaria celular para producir copias de sí mismos.
–Y, ¿qué es un coronavirus, qué los diferencia?
–Hay muchos virus diferentes, se clasifican en función de si tienen como material genético el RNA o el DNA y si son de cadena sencilla o doble. Según eso, los coronavirus son uno de tantos virus que tienen RNA de cadena sencilla. Tienen un genoma largo, de más de 29.000 nucleóticos. Pero todos son virus, con una cubierta proteica, y en algunos casos con una cubierta por encima lipídica.
–Se habla, en este caso del Covid-19, de virus emergente, ¿qué son exactamente?
–Son virus que aparecen nuevos, como este que no se había visto antes, o bien otros que sí se conocían pero que de alguna manera habían quedado latentes y vuelven a aparecer.
–¿Hay consenso científico sobre si podemos considerar a los virus seres vivos o no?
–No hay consenso. La comunidad científica está dividida a este respecto. De hecho, cuando se habla del tema hay discusiones, incluso acaloradas, porque unos opinan que sí son seres vivos y otros que son inanimados y no se pueden incluir en la categorías de seres vivos.
–Y, ¿cuál es su opinión?
–Creo que desde el momento en que son moléculas, que tienen una información genética y pueden interaccionar y replicarse, producir copias de sí mismos, que pueden mutar, producir proteinas; en fin, que utilizan toda la maquinaria de las células, para mí son algo vivo.
–¿En todos los casos son agentes infecciosos?
–Todos producen una infección, porque es así como funcionan. Ahora, si esa infección desencadena o no una enfermedad dependerá del tipo de virus, de su genotipo y del hospedador. En todos los casos hay una infección porque sin infección no hay replicación del virus y no se reproduce.
–Entre los que hemos conocido últimamente y más letales, el VIH procedía de simios, el ébola de zorro volador, y este coronavirus de murciélagos, ¿es habitual esa transmisión animal-humano?
–Es lo que denominamos zonosis, el paso del virus de un animal al hombre. Estos virus, cuando se replican en la célula, utilizan una polimerasa que comete errores, más o menos por cada mil o 10.000 nucleótidos copiados se produce un error. Al final lo que tenemos en un individuo infectado es una colección de mutantes. Esa colección de mutantes es lo que denominamos cuasiespecie, son moléculas parecidas entre sí, pero no son idénticas. Y esto es como un reservorio de virus variantes. En ese conjunto de variantes puede haber alguna que sea capaz de adaptarse a otra especie. Como ha sucedido ahora, el virus estaba en el murciélago, que era asintomático, no le afectaba el virus. Y ha sido en ese contacto con el hombre cuando una de esas variantes ha tenido éxito.
–Son entonces capaces de adaptarse a situaciones cambiantes..
–Sí, todas esas mutaciones logran el objetivo de asegurarse la supervivencia en el hospedador, en el individuo. Se adaptan así al ambiente. Si este cambia (por ejemplo, le damos al enfermo un antiviral), las secuencias que estén mejor preparadas para superar esa barrera, ese medicamento, serán las que ganen, las que sigan adelante, es una selección natural que asegura la supervivencia del virus. Trabajan en equipo, yendo siempre al optimo de su capacidad de supervivencia y de multiplicación.
–Esta capacidad de mutación supone también una complicación a la hora de atacarlos...
–Sí, claro, esa variabilidad genética tan grande de los virus nos puede afectar de varias maneras. Una es este salto de especie que hemos comentado. Otra, que no son efectivos los antivirales; se hacen resistentes a los tratamientos, o el hecho de que cada año cambie la vacuna de la gripe porque el virus es algo distinto consecuencia de esas mutaciones.
–El virus ha llegado para quedarse?
–Pues no sabemos. El sars de 2002 estuvo unos meses y después desapareció. Pero también era distinto, los pacientes tenían síntomas muy fuertes a los pocos días y había mayor mortalidad. En ese sentido, este es distinto y habrá que ver su evolución.
–¿Qué puede pasar con este virus? ¿Cómo combatirlo?
–No sabemos. Probablemente vaya reduciendo su virulencia. Esas mutaciones suponen una adaptación, a veces hay una coadaptación y con el tiempo tenderá a disminuir su virulencia y capacidad de matar. Hay algunos tipos del virus de la gripe que ya son asintomáticos, por ejemplo. Esto sería lo deseable, que baje su virulencia y virus y organismo se vayan adaptando mutuamente. Y sería bueno que aprendamos de ellos: a la hora de combatirlo debemos usar sus mismas armas, el trabajo en equipo. La colaboración de todos para conseguir un objetivo común, la supervivencia de la especie humana.
–Qué hay de cierto en que los virus se pueden crear en laboratorios?
–Una cosa es crearlo y otra es replicarlo. Crear un virus de cero no conozco ningún caso. Replicarlo sí, se ha demostrado hace años que la secuencia genética de un virus se puede sintetizar. Pero el virus ya existía, no estamos creando nada nuevo.
–¿Y que este se haya podido 'escapar' de un laboratorio?
–El hecho de que el virus se haya encontrado en animales, como es el murciélago, prueba que ya existe en la naturaleza. Y que un científico lo haya 'soltado' de manera intencionada me cuesta trabajo creer: Lo científicos lo que hacemos es buscar soluciones a los problemas, no crearlos.
–¿Hay base científica para suponer que con el calor remita la pandemia?
–Lo que hay de cierto es que los virus son muy sensibles a la acción germicida de la luz ultravioleta. Cualquier superficie sometida a la radiación solar les va a afectar mucho. De hecho, es una forma germicida utilizada con frecuencia, nosotros esterilizamos en el autoclave, que genera calor. Si les da el sol, podemos eliminarlos. También puede influir el comportamiento humano, es decir, si hace buen tiempo salimos, vamos al campo, vamos a lugares donde es más improbable la aglomeración de personas, que es lo que necesita un virus para trasmitirse, contactos, y cercanos.
–Imagino que toda la pseudociencia que circula será dañina..
–Sí, claro, hay circulando muchas tonterías, como lo de beber agua caliente, o limón. Sería estupendo si se eliminara así el virus, sería muy fácil. Pero no. Lo peor de esto es que puede que haya quien se lo crea, y no tome las medidas que en realidad debemos tomar. Estamos ante un problema comunitario, que se transmite entre personas, por esto hay que pensar en la colectividad.
«Hace unos años aquí estábamos un montón de gente», comenta la profesora Ana Grande, en referencia al laboratorio de Genética de la Universidad de Málaga, casi vacío. Con la crisis se quedó sin contratos predoctorales y postdoctorales. Ella misma ha sufrido las consecuencias de la falta de financiación. «Hasta en cuatro ocasiones me han denegado proyectos de investigación», afirma. Precisamente, sobre virus emergentes, como este Covid-19 que ha puesto contra las cuerdas al mundo entero.
Estudió la carrera y el doctorado en Santiago de Compostela, donde empezó a investigar en la interacción del virus con las células, es decir, cómo se unía el virus al receptor. Después realizó estancia postdoctoral en la Unidad de Medicina Molecular y Terapia Génica del Departamento de Medicina de la Universidad de Manchester. Allí lideró un proyecto en lo que se conoce como 'entrada en catástrofe de error', o mutagénesis letal. «Como el virus muta mucho, la estrategia es ver qué pasaría si nosotros forzamos esas mutaciones. Haciendo esos tratamientos encontramos que se podía conseguir la extinción sistemática del virus con solo forzar unas pocas mutaciones más», aclara. Volvió a España, al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. En 2004 se incorporó a la UMA con un contrato Ramón y Cajal y desde 2010 es profesora titular.
En la UMA investiga para aplicar en plantas esta misma estrategia antiviral, la mutagénesis letal. Ha solicitado varias veces proyectos del Plan Nacional de Investigación, pero sin éxito. «Me dicen que lo ven muy interesante, pero no me dan la financiación necesaria. Desde aquí no podemos competir con grupos potentes, yo no tengo a 10 personas en el laboratorio y de esta manera los que formamos terminan yéndose a otros laboratorios», lamenta. Los virus que estudia acaban con cosechas y provocan hambrunas, sobre todo en el Tercer Mundo. Evitarlo es cuestión de tener dinero y personal para investigar.
–Como especialista en virus, ¿Cómo asiste a esta situación, al estado de alarma decretado?
–Tengo sentimientos encontrados. Porque por un lado pienso que, por fin, se están dado cuenta de lo importante que es esto. Llevo años pidiendo proyectos para investigar, hablando del peligro de los virus. Necesitamos conocer los virus, porque aunque llegue otro nuevo, se va a parecer a uno anterior, y tener esa información previa nos va a ayudar bastante. Estoy satisfecha de la labor de los científicos, de inmediato se ha puesto a disposición de toda la comunidad científica la secuenciación de este nuevo virus, sin importarnos quién lo publica primero. Se comparte la información y esto es muy importante, la gente está arrimando el hombro.
–Lo que demuestra este coronavirus es que no hay enemigo pequeño...
–Sí, el tamaño del contrincante no importa. El mensaje es que los humanos pensamos que somos los que dominamos el mundo y que estamos en la cúspide de la evolución, cuando realmente no es así: los microorganismos nos ganan en número por goleada. Y tenemos que ser conscientes de que no estamos solos, vivimos con los microorganismos, virus, bacterias, protozoos ...
–¿Es más peligroso el virus o el cambio climático?
–No debemos olvidar el cambio climático. Nos debe preocupar a todos, incluso a los virólogos. El deshielo está provocando que aparezcan nuevos patógenos, nuevos virus, que llevaban años congelado.
–¿Qué mensaje transmitiría en estos momentos tan excepcionales?
–Tenemos que reducir el nivel de alarma. Es un virus con escasa mortalidad y tenemos muy buenos profesionales. Es fundamental seguir los consejos, quedarnos en casa, reducir al máximo los contactos. La gente con su comportamiento puede hacer que la situación vaya a mejor o a peor, la responsabilidad es ahora más que nada individual.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.