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Tener 20 y pocos años, estar en el último curso de la carrera y ver como una puerta está a punto de cerrarse significa, sobre ... todo, una cosa: tener miedo por lo que viene. Después de la etapa universitaria acecha la vida laboral y la realidad desciende de golpe. No hay que llevarse a engaños. En función de lo que se ha estudiado, el futuro se dibuja en el corto plazo con trazos diferentes. O dicho de otra manera: de color rosa para algunos y como abismo para otros.
Dudas sobre uno mismo, pensamientos intrusivos, días vacíos y noches largas. Un enjambre de sensaciones que son normales y que se pueden mitigar, obviamente, con una inserción laboral adecuada. En eso está la Universidad de Málaga (UMA), con la puesta en marcha de su feria de empleo 'Talent y Job'. Arranca este martes en el edificio del Rayo Verde y tendrá continuidad el 2 de abril en el campus de Teatinos y cierra el día 4, en El Ejido.
La feria de empleo cuenta este año con un padrino de lujo. Un 'hijo de la UMA', Bernardo Quintero. Alguien que, a estas alturas, ya no necesita presentación. Flamante 'honoris causa', viralizado por su alegato en pro de la educación pública, es sobre todo un espejo en el que mirarse para las nuevas generaciones.
De la UMA a Google, el gigante tecnológico de Mountain View, y de vuelta a la UMA para trasladar que sí hay un camino. «Cuando yo terminé la carrera, muchos compañeros se tuvieron que ir de Málaga», recordó en una atención a los medios organizada para dar a conocer la feria de empleo, en la que estuvieron, también, el rector de la UMA, Teodomiro López, y otros altos cargos del equipo de gobierno de la universidad. «Ahora, por fortuna, hay muchas más oportunidades en Málaga», añadió Quintero.
Es verdad que de los mensajes no se come. Pero cualquier universitario que haya estado en esta situación de incertidumbre sabe que los impulsos positivos se agradecen. Sobre todo, cuando esta incertidumbre no es algo palpable. En las transiciones de las diferentes fases de la vida, la duda, el sosiego y las vacilaciones oprimen el pecho y cierran los estómagos.
Sobre el papel, esta feria de empleo es como un antídoto a lo descrito. Más de cien empresas, entre ellos algunos de los grandes nombres, cuentan con puestos llenos de reclutadores y expertos en recursos humanos con capacidad para conectar el talento de la UMA con los trabajos del hoy y del mañana. Los alumnos que estudian en la institución malagueña llevan bajo el brazo el aval de la formación precisa y adecuada para no ahogarse en un mercado laboral que a veces parece un tsunami.
¿De verdad es así? Para prueba, una frase que dejó Quintero y que podría pasar, perfectamente, como una declaración de intenciones: «La UMA es el alma del ecosistema. Aquí es donde el talento se transforma». La vicerrectora Adjunta de Empleabilidad, Isabel María Abad, habló de hacer 'match' entre alumnos y empresas, utilizando el símil del 'modus operandi' de las aplicaciones de citas.
Tan fácil como hacer 'match' en Tinder, por ejemplo, se supone que no será. Una cosa es encontrar algo en un contexto en el que entre ambas partes ya existe un preacuerdo previo e implícito. Otra es salir al encuentro en una cita a la vieja usanza. Si para el amor existen muchos días en el calendario, la UMA ha fijado tres en rojo para el empleo: 1, 2 y 4 de abril.
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