Ana Martos (izquierda) en Santiago de Compostela. Carmen Torres se fue a una universidad de Eslovaquia.

Estudiantes malagueños por toda España, incluso el extranjero

Francisco Gutiérrez

Domingo, 11 de junio 2023, 01:06

No hay distancia, ni dificultades, que puedan con una determinación asentada durante años, con el sueño de ser médicos. Cientos de jóvenes estudian lejos de sus familias y amigos, por universidades de toda la geografía española e incluso en el extranjero.La carrera de Medicina ... se puede estudiar en 46 universidades, 35 públicas y nueve privadas. En Andalucía, este curso se ha estrenado en Almería, y para el próximo se incorpora en Huelva, por lo que ya se podrá cursar en todas las capitales andaluzas.

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Hay jóvenes malagueños por toda la geogrfía española. Así, en la Universidad de las Islas Baleares tienen matricuados a 11 malagueños (10 mujeres y un hombre). En la Universidad Pública de Navarra son dos personas (domiciliadas en Alhaurín de la Torre y Marbella), y otra más en la de Vic.

En Santiago de Compostela se ha establecido una pequeña 'colonia' de malagueños: 61 estudiantes cursan allí Medicina (35 con domicilio en la capital). Las 360 plazas de nuevo ingreso (el doble que en Málaga) permitió que su nota de acceso quedara en un 13,050.

Una de estas estudiantes es Ana Martos Navas, de 20 años. Estudió en el Colegio Europa y en la selectividad de 2020 sacó un 13.035, lejos de la nota de corte. Como «no tenía un 'plan b', mi única opción desde Secundaria era estudiar Medicina» –comenta la joven–, solicitó plaza en otras universidades. No obstante, se presentó a subir nota, entonces con la convocatoria extraordinaria aún en septiembre. Consiguió un 13,385, suficiente para haber obtenido plaza, para el curso siguiente, ya que se agotan en la convocatoria ordinaria. Como ya tenía plaza en Santiago, no quiso esperar al año siguiente para entrar en la UMA y decidió irse, con la idea de volver a Málaga.

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Algo que, con el paso del tiempo, ha descartado. «Me he adaptado muy bien, estoy super a gusto, con muchos amigos, hay bastantes malagueños y andaluces, somos una pequeña colonia de Andalucía en Santiago», bromea Ana. Después de dos años en un colegio mayor, este curso comparte piso con unas amigas. Destaca además las buenas conexiones con Málaga, con vuelo directo, por lo que es raro el mes que no visita a su familia. Este curso ya ha comenzado con las prácticas hospitalarias, ha pasado por planta y consultas y se muestra encantada con la experiencia. Aún es pronto para decidir una especialidad, pero en principio le está gustando bastante cirugía.

Aunque en su familia hay escasa tradición sanitaria (su padre es enfermero) Ana recuerda una vocación hacia la medicina «casi desde siempre, podría decir desde Primaria. Veía documentales y series y leía libros relacionados con la sanidad y la medicina. Quizás por ese instituto de cuidar y ayudar a los demás que tenemos más acentuado las mujeres», explica.

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Eslovaquia

Mucho más lejos se fue Carmen Torres Olveira, de 22 años. Nada menos que a Eslovaquia, a la Pavol Jozef Šafárik University, en la ciudad de Košice, la segunda más importante del país. Como otros muchos jóvenes, se encontró con una nota de selectividad insuficiente para estudiar en Málaga. «Lo solicité por toda España, y me admitieron en la Universidad de Vic; pero Cataluña no me apetecía», recuerda la joven. Por mediación de amigos conocieron que hay agencias que hacen de intermediarias para enviar a estudiantes a universidades europeas. Tuvo que prepararse varios exámenes y superar un proceso de selección. Sacó la nota necesaria y se fue allí durante tres años. «Me fue muy bien, el ambiente era buenísimo, estábamos 15 alumnos en clase, y en la universidad éramos más de 40 españoles», explica.

La pandemia trastocó los planes de Carmen, que se volvió a España. Se tomó un año sabático y antes de volver a Eslovaquia lo intentó de nuevo en España. La admitieron en la Católica de Murcia, donde sigue estudiando. «No he podido convalidar todas las asignaturas, por lo que estoy a nivel de segundo», dice, aunque aclara que el título de la universidad eslovaca está convalidado en toda Europa.Carmen sí ha vivido de cerca la pasión por esta profesión: su padre, tíos y primas son médicos. Sus padres han viajado a África como cooperantes y desde pequeña ha disfrutado viendo y jugando a médicos.

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