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Paula Gutiérrez, Carmen Ramírez, Mara Anaya y Candela Cordero disfrutan de un día primaveral en el barrio de Slowianska, donde está la residencia en la que viven. Sur
Estudiantes erasmus, la universidad de la vida

Estudiantes erasmus, la universidad de la vida

La UMA es la sexta española que más alumnos envía al extranjero. Paula, Carmen, Mara y Candela cuentan su experiencia en Polonia

Domingo, 21 de abril 2024, 00:19

Más de 1.200 universitarios malagueños están viviendo este curso la experiencia de estudiar fuera de Málaga. Para muchos de ellos es la primera vez que salen del hogar familiar. Erasmus se convierte así en una experiencia vital, una escuela de vida que les hará crecer, mejorar el idioma y entablar relaciones con jóvenes de otras partes del mundo.

Candela, Carmen, Mara y Paula son cuatro jóvenes malagueñas de la misma edad, 21 años, y que cursan la misma carrera, el doble grado de Educación Primaria y Estudios Ingleses. En su experiencia Erasmus también han coincidido en el destino, la ciudad polaca de Poznań, donde están terminando su carrera, y comparten residencia, la Jagienka dormitory.

Candela Cordero Alcaraz cuenta que, después de escuchar hablar a amigos y familiares de Erasmus, desde que entró en la Universidad de Málaga «sabía que iba a solicitarlo». Como es de Málaga y vive con sus padres, Erasmus suponía para ella «salir de mi casa y vivir por primera vez de manera independiente». Aunque la joven también reconoce que «da un poco de respeto de primeras; irte a otro país, el idioma, las personas nuevas que conocerás, finalmente pienso que es una experiencia que todo el mundo debería hacer porque, aparte de conocer personas nuevas, en este camino también te conoces a ti mismo».

La motivación de sus compañeras es similar, como suele suceder a todos los estudiantes erasmus. Mara Anaya Fontalba no había vivido hasta ahora sola y lejos de su domicilio familiar. «Creo que es muy importante aprender a llevar la independencia que te ofrece el Erasmus, tanto en lo bueno como en lo malo». Tampoco se olvida de esa vertiente aventurera propia de la juventud: «Después de vivir 21 años en la misma ciudad me parecía una gran idea salir a explorar un poco el mundo, conocer a gente nueva y nuevos lugares», señala.

Precisamente aventurera se considera Paula Gutiérrez Montiel. «Siempre he tenido muy claro que quería vivir esta experiencia. Irme de Erasmus era un punto importante de la lista de cosas que hacer antes de terminar la universidad y cuando llegó el momento de presentar la solicitud no me lo pensé dos veces». Como sus compañeras, vive en casa de sus padres y «quería tener la experiencia de vivir sola y estudiar fuera. Es imposible no querer experimentar lo que muchos llaman 'el mejor año de tu vida' o por lo menos así lo describe mi hermano, que también se fue a Polonia hace un par de años».

La situación geográfica de Polonia y la vida universitaria de Poznań son dos de las razones que llevaron a estas jóvenes a elegir este destino. «Conocía que desde aquí podías viajar a casi toda Europa de manera rápida y económica gracias a su estupenda localización. Por otro lado, consideraba que al encontrarse tan lejos de España la cultura sería bastante diferente y me apetecía bastante vivir una experiencia así», dice Mara Anaya. Carmen Ramírez, por su parte, añade que Polonia es un destino ideal para conocer otras culturas. «Te hace abrir la mente y conocer de primera mano otras partes del mundo con las que antes no contabas», dice.

Candela Cordero tenía claro desde un principio que se quería ir a un país completamente distinto a España, «por lo que Polonia era una buena opción. Además, tenía la fama de un ambiente internacional universitario, algo que me llamaba mucho la atención. Por otro lado, es un país más barato que España, ¡punto importante para los estudiantes! Esto nos permite realizar una mayor cantidad de planes». El ambiente universitario de Poznań también es destacado por Paula: «La vida universitaria aquí es increíble; muchísimos españoles, italianos, turcos y griegos. Desde luego, es muy interesante la mezcla de culturas e idiomas que tenemos en mi grupo de amigos».

Sobre la ciudad y la universidad, Carmen Ramírez indica que los primeros días «fueron muy intensos, se conoce a mucha gente en poco tiempo y siempre hay algo que descubrir, tanto personas como lugares». En estas circunstancias, la joven considera que «hay que ser abierto y dispuesto a conocer personas y por supuesto tener ganas de exprimir esta experiencia al máximo desde el primer momento. Es cierto que puede resultar un poco complicado adaptarse -añade-, ya que el papeleo universitario conlleva un proceso duro, tienes que apañártelas en muchas ocasiones tú solo y el idioma es una barrera, (aunque fácil de llevar una vez te adaptas) para comunicarse, pero con paciencia y positivismo todo llega».

Candela reconoce que está aprendiendo bastante, y no solo de la universidad: «Estoy realmente aprendiendo de diferentes culturas y dejando atrás estereotipos que vemos en distintos medios, ya sea la televisión, redes sociales,… En conclusión, estoy muy contenta de la experiencia que estoy viviendo, estoy conociendo a muchas personas diferentes y yendo a sitios que nunca me imaginaba. Por esto y mucho más, el Erasmus está siendo una experiencia inolvidable», afirma.

Mara, por su parte, indica que, «excepto por el clima», no puede decir nada negativo de esta experiencia: «he conocido personas maravillosas de todos los lugares del mundo y he descubierto lugares que estoy segura de que nunca hubiera hecho desde Málaga. Además, el aprendizaje ha sido enorme y creo que las inmersiones en este tipo de actividades hay que aprovecharlas y exprimirlo máximo de ellas, ya que son prácticamente únicas e irrepetibles».

Paula Gutiérrez aconseja a futuros erasmus «perder la vergüenza», porque «todos están tan perdidos como tú». Y dice que esta experiencia «me está haciendo crecer mucho como persona y es algo que de verdad recomiendo a cualquier persona que se lo esté planteando. Aunque el papeleo pueda ser tedioso, desde luego es lo mejor que me ha pasado. He conocido a tanta gente, tantos lugares y tanta cultura que me siento completa. Y todavía me quedan unos meses. No sé lo que me espera en este tiempo, pero yo solo te comparto la frase estrella entre estas cuatro que estamos aquí: 'fluye hermana'».

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